Absueltos los siete acusados del asesinato del alcalde de Polop en 2007
El jurado no considera probado que Juan Cano, sucesor de la v¨ªctima en el Ayuntamiento, instigara el crimen
El jurado popular no ha considerado probados ninguno de los indicios presentados en contra de los siete acusados del asesinato de Alejandro Ponsoda, alcalde de Polop (Alicante) en 2007. En su opini¨®n, no se ha demostrado ninguna de las tesis de la Fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular, basadas en el relato de un testigo protegido. Seg¨²n el dictamen definitivo, no existi¨® una reuni¨®n en la que Juan Cano ¨Csucesor de Ponsoda al frente del Ayuntamiento¨C y el empresario Salvador Ros, junto al propietario y el gerente de un club de alterne, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, conspiraron contra la v¨ªctima. Y tampoco han encontrado pruebas suficientes de que Radim Rakowski, Robert Franek y Ra¨²l Montero Trevejo fueran los autores materiales del crimen. La magistrada, Cristina Costa, ha dictado sentencia absolutoria para todos los acusados.
La deliberaci¨®n, que ha durado apenas 24 horas, solo ha validado la evidencia de que el 19 de octubre de 2007, Ponsoda recibi¨® tres tiros de dos armas distintas en su veh¨ªculo, justo cuando acababa de llegar a su domicilio y se dispon¨ªa a aparcar en su garaje particular. Una de las balas impact¨® en su cabeza y le caus¨® la muerte tras una agon¨ªa de ocho d¨ªas en el Hospital General de Alicante. El resto de indicios presentados se han resuelto con el rechazo de los nueve integrantes del jurado popular, bien por mayor¨ªa simple (cinco votos contra cuatro), bien por unanimidad.
En el escenario del crimen, los agentes responsables de la investigaci¨®n no encontraron ninguna evidencia f¨ªsica. Ni arma, ni huellas, ni rastros de ADN que pudieran servir para identificar al autor o autores de los disparos. Por ese motivo, las tres semanas del juicio se han ce?ido principalmente a examinar la verosimilitud de la declaraci¨®n de un testigo protegido que se convirti¨® en el detonante para que se detuviera a todos los acusados y, al mismo tiempo, en la principal baza de la acusaci¨®n.
Este testimonio fue el que situ¨® a Cano y Ros en una reuni¨®n celebrada en la sala VIP del club de alterne Mesalina, junto a su propietario, Hermosilla, y su gerente, Gatto. All¨ª, seg¨²n relat¨® el testigo protegido a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, los cuatro le encargaron el asesinato de Ponsoda. Sin embargo, rechaz¨® el trabajo y recomend¨® a sus dos amigos Rakowski y Franek, quienes acompa?ados de Montero se convirtieron en presuntos autores materiales del crimen. Por estos hechos se ped¨ªan 25 a?os de prisi¨®n para cada uno de los acusados y dos m¨¢s para los tres presuntos autores materiales, por tenencia il¨ªcita de armas.
Doce a?os despu¨¦s del asesinato, tras una tortuosa instrucci¨®n que se atasc¨® tambi¨¦n ante el colapso de los juzgados de Villajoyosa, las declaraciones de los acusados han pesado m¨¢s que la del testigo principal. A su salida de la Audiencia Provincial, el que era considerado cabecilla de la conspiraci¨®n, Juan Cano, ha soltado parte de la tensi¨®n acumulada durante estos doce a?os. ¡°Dejadme tranquilo, ya soy una persona normal, soy inocente¡±, ha declarado. Su presunta mala relaci¨®n con la v¨ªctima y su supuesta ambici¨®n eran los argumentos esgrimidos por las acusaciones que ha tenido que contrarrestar su abogado, Javier Boix.
La defensa del resto de encausados? ¨Cejercida por los letrados Jorge Mart¨ªnez Navas, Francisco Gonz¨¢lez, Jaime P¨¦rez Linares, Sebasti¨¢n Parrilla, Mariana Ivanov y Jos¨¦ Mar¨ªa Borja¨C se ha ce?ido a negar su participaci¨®n en el asunto y cualquier beneficio que hubieran podido obtener tras la muerte de Ponsoda. La dilaci¨®n en el desenlace del juicio ha causado mella en todos ellos. ¡°Nos han castigado trece a?os por la cara¡±, ha declarado Hermosilla en la puerta de la Audiencia.
Otro de los acusados, Ra¨²l Montero, ha celebrado su absoluci¨®n y ha subrayado que, a partir de ahora, ¡°las fuerzas de seguridad deben dedicarse a averiguar qui¨¦n es el culpable de la ejecuci¨®n de Alejandro Ponsoda¡±. El crimen, doce a?os despu¨¦s, sigue sin resolver.
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