Los siete acusados de matar al alcalde de Polop se centran en desacreditar al testigo protegido
Las defensas han se?alado que el relato que incrimina a sus clientes apareci¨® por la ¡°desesperaci¨®n¡± de los investigadores y depar¨® beneficios al confidente policial que las realiz¨®
Las defensas del juicio del crimen de Polop, en el que muri¨® a tiros en 2007 el alcalde de esta localidad alicantina, Alejandro Ponsoda, tienen un objetivo casi ¨²nico. Se trata de desacreditar por completo el relato del testigo protegido, principal baza de las acusaciones, al que los letrados de los acusados han calificado este martes de ¡°espejismo de soluci¨®n eficaz¡±, mentiras, historia de ciencia ficci¨®n o ¡°f¨¢bula bien inventada¡±. Adem¨¢s, a?aden que esta declaraci¨®n sirvi¨® para atenuar la ¡°desesperaci¨®n¡± de los investigadores, que no fueron capaces de hallar una sola prueba del crimen, y report¨® beneficios para quien las realiz¨®.
Los siete letrados de la defensa coinciden en el mismo punto. Sus representados no tuvieron nada que ver con el asesinato, el 19 de octubre de 2007 y en su mismo domicilio, de Ponsoda. Ni los presuntos instigadores, el exedil polopino Juan Cano, el empresario Salvador Ros y el propietario y el gerente del club de alterne Mesalina, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, en el que supuestamente se orquest¨® el complot. Ni tampoco los presuntos autores materiales, un narcotraficante extreme?o, Ra¨²l Montero Trevejo, y dos presuntos sicarios checos, Radim Rakowski y Robert Franek. Por tanto, para todos ellos, sus respectivos abogados piden la absoluci¨®n.
A lo largo de este martes, se han ido sucediendo las lecturas de los escritos de cada una de las nueve partes implicadas, la fiscal, la acusaci¨®n particular que representa a las dos hijas de la v¨ªctima y los siete defensores. Buena parte de ellos se han dedicado a recordar que la causa se sobresey¨® en su momento y que solo se retom¨® tras la adhesi¨®n de la acusaci¨®n particular y tras la declaraci¨®n del testigo protegido, cuya intervenci¨®n en el juicio est¨¢ prevista para el pr¨®ximo jueves y sobre el que han descargado toda su furia. Su relato de los hechos fue ¡°una soluci¨®n enga?osa¡±, alega Jorge Mart¨ªnez Navas, defensor del empresario Salvador Ros, quien se?ala que ¡°cada una de sus declaraciones difiere de la anterior¡±. Y su reputaci¨®n, muy oscura, ya que ¡°posee una larga lista de antecedentes¡± y se trata de ¡°un confidente policial con fama de fabulador¡±, contin¨²a el letrado.
Similar es la opini¨®n del defensor de Gatto, Jaime P¨¦rez Linares. A su juicio, el testimonio principal de la acusaci¨®n es un relato ¡°de ciencia ficci¨®n¡± constituido por ¡°declaraciones interesadas que proporcionaron beneficios al testigo protegido¡±. Es m¨¢s, se?ala que estas declaraciones se deben a ¡°la desesperaci¨®n de los investigadores¡±, ¡°acuciados por la presi¨®n de los medios¡±, tras una instrucci¨®n en la que ¡°se carec¨ªa de indicios y pruebas¡±, y ni siquiera se lleg¨® a localizar ¡°las armas¡± empleadas en el tiroteo. ¡°La investigaci¨®n dio un vuelco¡±, apunta Jos¨¦ Mar¨ªa Borja, defensor de Montero Trevejo, cuando apareci¨® ¡°no se sabe bien c¨®mo¡± este testigo.
Los representantes de los dos presuntos sicarios, Mariana Ivanov y Sebasti¨¢n Padilla, han hilado una trama similar a la del resto de letrados. Sin embargo, la de los dos principales implicados, Cano y Ros, se ha basado tambi¨¦n en determinar que ninguno de los dos manten¨ªa una mala relaci¨®n con Ponsoda, m¨®vil principal aducido por la parte contraria para la comisi¨®n del crimen, que la fiscal, Lourdes Gim¨¦nez-Peric¨¢s, y el letrado de la acusaci¨®n particular, Vicente Guerri, achacan a la ¡°animadversi¨®n¡± de los acusados contra Ponsoda.
Ros no manten¨ªa ninguna ¡°enemistad¡± con el alcalde asesinado, sino con el que se?alan como su presunto c¨®mplice, Cano. Tampoco ten¨ªa ¡°ning¨²n inter¨¦s urban¨ªstico ni de ning¨²n otro tipo con el ayuntamiento de Polop¡±, explica su defensor. Y solo comenz¨® a frecuentar el burdel Mesalina ¡°en 2008¡±, despu¨¦s del asesinato, ¡°tras una ruptura familiar¡±.
Por su parte, los representantes de Cano, Carlos Ruiz y Javier Boix, niegan la presunta ¡°animadversi¨®n¡± y aseguran que se le apart¨® de las listas electorales en 2003 por una simple ¡°confusi¨®n¡±, que posteriormente fue ¡°aclarada¡± y condujo a su reposicionamiento como n¨²mero dos de Ponsoda en 2007. Tambi¨¦n sostienen que del resto de los acusados, solo conoc¨ªa previamente a Ros ¡°por ser vecino de Polop¡± y a Hermosilla, que era ¡°cliente de la oficina de Caja Mediterr¨¢neo (CAM) en la que trabajaba el exconcejal de Urbanismo.
Los defensores de Cano, adem¨¢s, no han dejado pasar la oportunidad de tratar de aducir otro posible m¨®vil del crimen, la homofobia, debido a la orientaci¨®n sexual de Ponsoda. La tarde del crimen, han recordado los defensores, ¡°Ponsoda pas¨® por la sauna Adonis de Benidorm¡±.
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