El fallo del ¡®caso Polop¡¯ ve insuficiente la declaraci¨®n del ¨²nico testigo para condenar a los acusados
El jurado no dio credibilidad al testimonio, ¡°¨²nica prueba directa que pod¨ªa incriminar a los acusados¡±, seg¨²n la magistrada
El veredicto de no culpabilidad del juicio del crimen de Polop se puede resumir en apenas una sola frase: los jurados no creyeron al testigo protegido. As¨ª lo recoge la sentencia firmada hoy lunes por la magistrada, Cristina Costa, quien ya dict¨® la sentencia absolutoria in voce tras la lectura del dictamen. El jurado argument¨® que no hab¨ªa ¡°encontrado pruebas ni indicios que corroboren las afirmaciones, ya que la ¨²nica prueba directa que podr¨ªa incriminar a los acusados es la testifical del testigo protegido¡±, que, en su opini¨®n, ¡°no es suficiente por su falta de credibilidad debido a las distintas versiones¡± presentadas. ¡°Tampoco se corrobora la autor¨ªa material puesto que no hay testigos directos ni vestigios de los acusados en la zona¡±, contin¨²a el documento judicial.
El proceso, desarrollado durante las ¨²ltimas tres semanas en la Audiencia de Alicante, ha tratado de determinar qui¨¦n asesin¨® en 2007 de tres disparos al alcalde del municipio alicantino de Polop, Alejandro Ponsoda. La investigaci¨®n hab¨ªa desembocado en el relato de un testigo que incriminaba a los siete encausados: el exedil Juan Cano, el empresario Salvador Ros y el propietario y el gerente del club de alterne Mesalina, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, respectivamente, como autores intelectuales; y Radim Rakowski, Robert Franek y Ra¨²l Montero Trevejo, como autores materiales.
Seg¨²n esta declaraci¨®n, en una reuni¨®n en el Mesalina, Cano, Ros, Hermosilla y Gatto planearon el asesinato y se lo encargaron al testigo protegido, que rechaz¨® cometer el crimen y les recomend¨® a Rakowski y Franek, a quienes supuestamente se habr¨ªa unido Montero Trevejo. Sin embargo, no hay pruebas directas que relacionen a los acusados entre s¨ª, que demuestren su reuni¨®n en el Mesalina y que, en el escenario del crimen, apunten a cualquiera de los encausados.
¡°Tras haber presenciado las pruebas que se practicaron en el plenario¡±, se?ala la sentencia, el jurado ¡°afirma, con toda raz¨®n, que la ¨²nica prueba directa es la testifical del testigo protegido¡±. Esta declaraci¨®n, recabada por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dos a?os despu¨¦s del crimen, carece del ¡°car¨¢cter de suficiente para desvirtuar el principio de presunci¨®n de inocencia¡±, en opini¨®n del jurado. Es m¨¢s, el declarante tampoco tiene ¡°la credibilidad que precisar¨ªan para formarse una convicci¨®n de tal intensidad y calidad que sustentase la condena de los acusados por los delitos de los que eran acusados, de ah¨ª que apliquen el principio in dubio pro reo¡±. Es decir, en caso de duda, el beneficiado es el acusado.
Agrega la magistrada que cuando solo existe ¡°la palabra de un solo testigo, sin ninguna otra prueba adicional¡±, no se puede ¡°apoyar una condena sobre la base de la mera creencia en la palabra del testigo, a modo de un acto ciego de fe¡±. ¡°No basta cre¨¦rselo¡±, contin¨²a Costa, ¡°es necesario explicar por qu¨¦ es objetiva y racionalmente cre¨ªble¡±. En este caso, se?ala en la sentencia, los jurados no han atribuido al testigo protegido ¡°una credibilidad que les despeje las dudas sobre la veracidad del testimonio prestado en el acto de juicio, al incurrir en contradicciones¡±. O, en las propias palabras del jurado del caso, ¡°debido a las distintas versiones¡± ofrecidas por la ¨²nica baza de que dispon¨ªan la Fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular.
La sentencia refleja algunas de estas contradicciones. ¡°En la primera declaraci¨®n dec¨ªa el testigo que hab¨ªa escuchado de otra persona algo relacionado con el encargo de una muerte, aunque ¨¦l no lo oy¨® directamente y no sab¨ªa de quien se trataba¡±, relata. En otra declaraci¨®n, en cambio, el testigo ¡°dijo que ¨¦l escuch¨® una conversaci¨®n¡± entre los cuatro presuntos instigadores del crimen ¡°que se estaba produciendo en los pasillos del club Mesalina¡± y en la que aparecieron los nombres de los tres supuestos autores de los disparos.
En una tercera ocasi¨®n, el mismo declarante ¡°dijo que fue a ¨¦l a quien le propusieron matar a una persona por 35.000 euros, cosa que acept¨®¡± y ¡°finalmente en el acto de juicio, dijo que le propusieron a ¨¦l matar a una persona pero nunca lo acept¨® y ¨¦l dio los nombres¡± de Rakowski y Franek. Todos estos cambios han llevado al jurado, seg¨²n la sentencia, a expresar ¡°dudas fundadas sobre la veracidad del testimonio cambiante del ¨²nico testigo, lo que conlleva tambi¨¦n para ellos el dictado de una sentencia absolutoria¡±.
Lo ¨²nico que ha quedado acreditado, tal como estableci¨® el jurado por unanimidad, es que el 19 de octubre de 2007, Ponsoda ¡°par¨® su veh¨ªculo en la puerta del garaje de su domicilio¡± y, en ese momento, ¡°una o varias personas, provista o provistas de dos pistolas con munici¨®n de distinto calibre¡± dispararon ¡°sucesivamente en tres ocasiones al menos, de forma sorpresiva¡±, al alcalde de Polop, ¡°huyendo r¨¢pidamente del lugar¡±. Uno de los disparos realizados impact¨® en la cabeza de Ponsoda, que muri¨® ocho d¨ªas despu¨¦s ¡°como consecuencia de las lesiones causadas por el proyectil¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.