La boda confinada que el coronavirus no ha podido parar

El padre de la novia ley¨® un salmo desde Mor¨®n de la Frontera (Sevilla), los sobrinos realizaron las peticiones desde Osuna y la hermana miraba atenta desde la sevillana calle Betis. A la ceremonia los novios llegaron conduciendo sus propios coches y por separado. Y Natalia Cort¨¦s y Rafael Cuevas se dieron el "s¨ª quiero" en una iglesia en la que solo hab¨ªa otras tres personas: los padres de ¨¦l y el cura. "Estaba vac¨ªo, pero fue muy emocionante y nos sentimos muy acompa?ados", cuenta Natalia, a la que bastaba girar la mirada desde el altar para ver a su familia. No estaban en los bancos de primera fila, pero s¨ª les ve¨ªa a trav¨¦s de un ordenador port¨¢til en los sof¨¢s de sus casas con vestido o traje y corbata. Lo mismo hac¨ªan los amigos que, en vez de una invitaci¨®n, hab¨ªan recibido un enlace para seguir el evento en directo desde Alicante, Madrid o M¨¢nchester, en el Reino Unido.

El estado de alarma pill¨® a esta pareja con los ¨²ltimos preparativos de una boda a la que llegaban tras 13 a?os de relaci¨®n. De hecho, Natalia iba camino de la localidad sevillana de Osuna para dar los ¨²ltimos retoques a su vestido de novia cuando la modista le llam¨® para cancelar la cita. "Pedro S¨¢nchez decret¨® el estado de alarma y me tuve que dar la vuelta", asegura esta abogada de 34 a?os. Sorprendida y decepcionada, lleg¨® a casa envuelta en dudas sobre si merec¨ªa la pena mantener la boda o era mejor posponerla. "Lo solventamos r¨¢pido: pensamos que lo importante en un matrimonio es la pareja. As¨ª que decidimos seguir adelante, aunque no pudiera venir nadie a la iglesia", recuerda Rafael, de 38 a?os y que trabaja como dependiente en una tienda.

Lo primero que hicieron fue cancelar el banquete y los servicios que hab¨ªan contratado para celebrar su compromiso, desde la maquilladora al DJ?o el fot¨®grafo. M¨¢s tarde, y antes de arrancar los preparativos de su nueva boda, hicieron comprobaciones. Llamaron al p¨¢rroco, que les apoy¨®. Tambi¨¦n a la Guardia Civil y a la Polic¨ªa Nacional, cuyos funcionarios les recordaron que no podr¨ªan ir en el mismo coche a la iglesia ni tener invitados. Todo eran bendiciones, as¨ª que se pusieron en marcha. Natalia compr¨® un vestido a trav¨¦s de Internet, que le lleg¨® apenas cuatro d¨ªas antes de la boda. Y en la iglesia les propusieron contactar con Victoriano Giralt, vecino del barrio muy involucrado en la comunidad y con conocimientos tecnol¨®gicos para que la ceremonia pudiera seguirse en directo a trav¨¦s de Internet. "Me llamaron y, por supuesto, nos lanzamos a prepararlo todo" cuenta Giralt.

La ma?ana del viernes, el timbre de casa del futuro matrimonio no dej¨® de sonar. Llegaron ramos de flores, emotivas tarjetas, botellas de vino, un jam¨®n. "Los amigos nos sorprendieron mucho", asegura Natalia. Ella vivi¨® con mucha paz la ceremonia, porque una de las cosas que m¨¢s le agobiaba era el pase¨ªllo inicial, el baile o tener que hablar ante los invitados. "Un juzgado no me impone, pero en la iglesia ante tanta gente me habr¨ªa puesto muy nerviosa. Pero, mira, fue todo supertranquilo", asegura. "Es verdad que faltaron los besos, el cari?o; pero fue una boda preciosa", a?ade su pareja. Ambos han podido ver c¨®mo se promet¨ªan fidelidad toda su vida gracias al v¨ªdeo que Giralt grab¨® desde su casa mientras ejerc¨ªa de realizador de la ceremonia.

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Tras un par de fotos con el tel¨¦fono m¨®vil frente a la parroquia, la singular boda no qued¨® ah¨ª. De camino a casa, pararon a recoger la cena que una amiga les hab¨ªa preparado como regalo de boda. Los platos bajaron por el ascensor: cigalas, patas de cangrejo y mariscos varios junto a una botella de champ¨¢n. Cuando la pareja lleg¨® a su nueva casa en el barrio de El Palo, sus vecinos hicieron sonar la marcha nupcial y tiraron arroz desde los balcones. La celebraci¨®n posterior, a trav¨¦s de conexiones con familiares y amigos, se extendi¨® hasta las seis de la ma?ana. "Nos levantamos con resaca, est¨¢bamos hechos polvo", dice ahora la pareja.

"La celebraci¨®n de esta boda ha sido un momento de gracia en medio de tanto dolor como estamos viviendo", relataba el p¨¢rroco Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa en la web de la Di¨®cesis de M¨¢laga. "El amor ha estado por encima de todo lo dem¨¢s", afirmaba el cura y confirmaban los novios. "Nos alegramos much¨ªsimo de haber tomado esta decisi¨®n, ha superado todas nuestras expectativas", aseguran ahora m¨¢s descansados y con multitud de videollamadas a¨²n pendientes. Eso s¨ª, la luna de miel ¡ªque estaba prevista en Tailandia¡ª tendr¨¢ que esperar, al menos, hasta el a?o que viene. "Mientras tanto, nuestra luna de miel ser¨¢n los viajes al Mercadona y el Supersol", cuentan entre risas. Pero tendr¨¢n que ir por separado.