De hacer ¡®slime¡¯ en el sal¨®n de casa a facturar m¨¢s de dos millones al a?o

Cada viernes, a las tres de la tarde, decenas de miles de personas entran en la p¨¢gina web de Olivya Soth y Christine Ly, ambas de 26 a?os. Todos saben que a esa hora, sin faltar una semana, reponen existencias. En menos de 10 minutos, como ocurre en los conciertos de los grandes artistas, no quedar¨¢ nada. Un decepcionante cartel de sold out (agotado) aparecer¨¢ junto a la foto de todos y cada uno de los productos. Tambi¨¦n una cuenta atr¨¢s que indica el d¨ªa de la pr¨®xima venta. El codiciado tesoro cabe en una cajita redonda de pl¨¢stico, es blando, un poco viscoso y de infinitos colores y olores: slime, una masa de aspecto gelatinoso m¨¢s conocida en Espa?a como blandibl¨². La empresa de Ly y Soth, OG Slime, afincada en Los ?ngeles, factura m¨¢s de dos millones de d¨®lares al a?o (unos 1,8 millones de euros) y ha convertido la venta de moco en un negocio refinado y en auge. Sus clientes principales son adultos que lo utilizan para relajarse y manosearlo mientras hacen otra cosa, compartir tiempo y diversi¨®n con sus familias o por probar c¨®mo se siente.

El slime se populariz¨® en 2015-2016, cuenta por videollamada Soth, cuando empezaron a circular miles de videos de c¨®mo hacerlo en casa y se convirti¨® en el tutorial m¨¢s buscado en Google. Las redes y las nuevas formas de publicitar productos han permitido que empresas tan espec¨ªficas y fuera de lo com¨²n, con un modelo de negocio impensable hace unos a?os, se conviertan en un ¨¦xito global.

En Instagram, la etiqueta supera los 15,4 millones de publicaciones y los hashtags #slimetutorial y o #slimevideo los 2,2 y 2,5 millones respectivamente. En TikTok ya hay m¨¢s de 4,7 millones de v¨ªdeos de slime colgados. ¡°Tenemos tanto miedo de que un d¨ªa simplemente muera. Pero cada a?o crece y la gente est¨¢ cada vez m¨¢s interesada¡±, admite. Y a?ade: ¡°Hemos subido y bajado a lo largo de los a?os, pero ahora estamos subiendo y esperamos facturar entre seis y 10 millones de d¨®lares este a?o¡±.

La ahora empresa millonaria ech¨® a andar en esa especie de ¨¦poca dorada que describe Soth. Su socia, Ly, acababa de entrar en la Universidad y, como tantos otros, un d¨ªa de aburrimiento se top¨® con un v¨ªdeo de slime en Instagram. ¡°Se obsesion¨®, empez¨® a experimentar en casa y se convirti¨® en su pasatiempo principal¡±, relata. Lo hac¨ªa en su habitaci¨®n y en el sal¨®n, probando nuevas texturas y f¨®rmulas, y grababa lo que creaba. Cada vez m¨¢s personas ve¨ªan sus v¨ªdeos y quer¨ªan comprar el moco de colores. Tres a?os despu¨¦s, Soth se uni¨® al emergente negocio y ambas dejaron los estudios.

Parte del ¨¦xito de OG Slime, opina Soth, es que han conseguido sofisticar un producto originalmente destinado a los ni?os. Su p¨¢gina web no tiene nada de infantil, m¨¢s bien imita el estilo de una moderna tienda de ropa y a la tipograf¨ªa de los artistas pop actuales. Tambi¨¦n los tipos de slime que ofrecen, con nombres originales, texturas sorprendentes y olores poco comunes. El m¨¢s vendido, por ejemplo, parece nieve y huele al ung¨¹ento Vicks Vaporub. Otros imitan el sushi o incluyen piedras, cristales o abalorios. Hasta han creado uno con olor y color a gasolina. ¡°Tenemos entre 20 y 25 texturas diferentes, aunque no todas disponibles al mismo tiempo¡±, cuenta Soth.

Cada semana sacan a la venta entre cinco o seis nuevos y fabrican casi 1.000 unidades de cada uno de ellos, adem¨¢s de los b¨¢sicos que siempre reponen. En total, venden unos 12.000-15.000 botecitos de slime al mes, por un precio de entre 14,95 y 18,95 d¨®lares. ¡°Trabajamos mucho durante semanas para que se terminen en diez minutos. Luego mucha gente se queja en los comentarios y correos electr¨®nicos. Pero lleva m¨¢s de un mes preparar [cada tanda]¡±, explica Soth. En la empresa son 13 personas y cada tipo de slime lo planifican con uno o dos meses de antelaci¨®n. El almac¨¦n recuerda a la parte trasera de una pasteler¨ªa o tienda de gominolas, con m¨¢quinas de mezclado, estanter¨ªas llenas de elementos decorativos y tarros de colores.

La receta es sencilla: pegamento y b¨®rax, un compuesto de ¨¢cido b¨®rico, sosa y agua que consigue que el slime tenga textura gelatinosa. Se puede encontrar tambi¨¦n en productos como detergentes, pesticidas, limpiadores del hogar o suavizantes, entre otros. Despu¨¦s le a?aden el color, el aroma y los distintos tipos de abalorios y sustancias para conseguir diferentes texturas. La mayor¨ªa de sus clientes son adultos, se?ala Soth, entre 18 y 40 a?os y que compran el slime para ellos mismos: ¡°Muchos son personas que tratan de reconfortar a su ni?o interior y simplemente quieren un poco de alegr¨ªa y divertirse, y pueden compartir esa experiencia con sus hijos, su familia o sus amigos, ya sean mayores o m¨¢s j¨®venes que ellos¡±.

En Estados Unidos, otros han visto lo que Ly y Soth advirtieron en su d¨ªa, que el slime no pasa de moda y da dinero, y han montado empresas que acumulan cientos de miles de seguidores en redes sociales: Pilotslime, Momoslime, Slime Obsidian, etc. En Espa?a, por ahora, no hay ninguna compa?¨ªa similar. En parte, por el material que hace que el blandibl¨² sea blandibl¨². El b¨®rax suscit¨® pol¨¦mica en 2017 porque una madre de Manchester (Reino Unido) subi¨® a Facebook fotos de las quemaduras que ten¨ªa su hija en las manos despu¨¦s de jugar con un slime que hab¨ªa hecho siguiendo un v¨ªdeo de YouTube. Y la regulaci¨®n europea considera el b¨®rax candidato a la lista de ¡°sustancias altamente preocupantes¡± por sus posibles efectos sobre la salud, y debe advertirse en el etiquetado su riesgo para la fertilidad y el desarrollo fetal.

Pero, ?qu¨¦ tiene el slime que lo hace tan popular? Gran parte, dice Soth, es el marketing. Que las etiquetas, los nombres y los v¨ªdeos lo hagan parecer interesante, diferente y cool. ¡°Hacer que quieran tocarlo. Adem¨¢s, es realmente relajante y se puede usar para calmar el estr¨¦s o la ansiedad. Varios terapeutas nos han comprado y dicho que los usan en sus sesiones con pacientes. Es una experiencia multisensorial¡±, explica. Algunos de los v¨ªdeos de OG Slime superan los 3 millones de visualizaciones y la mayor¨ªa tiene m¨¢s de medio mill¨®n. En Instagram les siguen 1,3 millones de personas y en TikTok un mill¨®n y medio.

Aun as¨ª, no muchos apostaron por su idea al principio. Lo m¨¢s complicado, relata, fue que les tomaran en serio: ¡°Cuando habl¨¢bamos con alguien, ten¨ªamos reuniones o incluso trat¨¢bamos de conseguir el almac¨¦n, no lo entend¨ªan y no lo quer¨ªan. Y somos mujeres j¨®venes. Lo m¨¢s dif¨ªcil es demostrarles [que podemos] todo el tiempo¡±. Ahora est¨¢n a punto de mudarse a un almac¨¦n mucho m¨¢s grande y duplicar la producci¨®n. ¡°No puedo creer que cada a?o sigamos haciendo esto¡±.