La falta de consumo de micronutrientes es un problema global: el 60% de la poblaci¨®n no ingiere los suficientes

En 2017, cuando era un investigador de doctorado en la Universidad de California Davis, Ty Beal (Phoenix, Arizona, 38 a?os) hizo su primera publicaci¨®n en una revista acad¨¦mica. Fue sobre el suministro mundial de micronutrientes. Analiz¨® su disponibilidad global, lo contrast¨® con las necesidades de consumo y demostr¨® la existencia de un gran d¨¦ficit. Beal quiso seguir estudiando y, ahora, como especialista t¨¦cnico de la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrici¨®n, ha conseguido un hito: publicar el primer estudio que proporciona estimaciones del consumo inadecuado de 15 micronutrientes esenciales por parte de cinco mil millones de personas.

La investigaci¨®n, publicada a finales de agosto en la revista de medicina The Lancet Global Health, en colaboraci¨®n con la Escuela de Medicina de Harvard y la Universidad de California Santa B¨¢rbara, se?ala que el 60% de la poblaci¨®n mundial no consume suficiente yodo; lo mismo le sucede al 67% con la vitamina E; al 66% con el calcio; al 65% con el hierro y al 53% con la vitamina C.

La carencia de cada micronutriente conlleva sus propias consecuencias para la salud, que pueden ir desde ¡°resultados adversos en el embarazo hasta ceguera, pasando por una mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas¡±. ¡°Esta carencia generalizada es m¨¢s grave de lo que se cre¨ªa y tiene graves consecuencias para la salud mundial, especialmente en t¨¦rminos de salud materno-infantil, inmunidad y potencial humano en general¡±, recoge el documento.

Por videollamada desde Washington, Beal hace hincapi¨¦ en la necesidad de que las personas entiendan las consecuencias de estas deficiencias: ¡°Si se trata de un ni?o peque?o, por ejemplo, puede que no sea capaz de aprender en la escuela. Un adulto podr¨ªa tener anemia y no ser capaz de funcionar muy bien y puede que sea m¨¢s propenso a las infecciones¡±.

Bases de datos mundiales

Seg¨²n explica Beal, previo a su nueva publicaci¨®n ya exist¨ªa un cuerpo importante de investigaciones sobre cadenas de alimentaci¨®n y d¨¦ficit de micronutrientes, y algunos pa¨ªses tambi¨¦n ten¨ªan datos locales. ¡°En las cadenas de alimentaci¨®n, los dos componentes que se analizan son c¨®mo se produce y c¨®mo se consume la comida. Pero no siempre la comida que se produce es la que se come, por lo que hay un vac¨ªo de conocimiento¡±, se?ala Beal. Adem¨¢s, el cient¨ªfico afirma que muchas de las encuestas sobre la dieta hechas por gobiernos estaban desactualizadas o no eran de buena calidad.

Beal sostiene que ¡°nunca¡± se hab¨ªa publicado un estudio mundial sobre el consumo de micronutrientes como este, porque los vac¨ªos de informaci¨®n representaban grandes obst¨¢culos. As¨ª fue hasta que la Escuela de Ciencias de Nutrici¨®n de la Universidad de Tufts (Boston) creo el Global Dietary Database, un gran modelo de datos que detalla las cantidades y tipos de alimentos que las personas comen alrededor del mundo. Beal y sus compa?eros usaron esta herramienta para su investigaci¨®n, pero sab¨ªan que tiene limitaciones, al tratarse solo de estimaciones, por lo que la complementaron con las otras bases de datos locales del Banco Mundial y la FAO, tambi¨¦n con encuestas diet¨¦ticas disponibles de 31 pa¨ªses.

Los investigadores contrastaron todos estos datos con las necesidades nutricionales y desarrollaron su base de datos propia, que incluye a 185 pa¨ªses. En la evaluaci¨®n se estudiaron quince micronutrientes: calcio, yodo, hierro, riboflavina, folato, zinc, magnesio, selenio, tiamina, niacina y vitaminas A, B6, B12, C y E. Decidieron, adem¨¢s, que pondr¨ªan toda esta informaci¨®n disponible en abierto para poder ¡°orientar otras investigaciones m¨¢s espec¨ªficas¡±.

Diferencias por g¨¦nero, edad y regi¨®n

Los investigadores decidieron dividir a la poblaci¨®n en hombres y mujeres pertenecientes a 17 grupos de edad de 0 a 80 a?os en intervalos de cinco a?os, y un grupo de 80 a?os o m¨¢s. Esta divisi¨®n permiti¨® realizar hallazgos que Beal considera de los m¨¢s sorprendentes de la investigaci¨®n. Se dieron cuenta de que existe un problema com¨²n de consumo de nutrientes en el mundo, pero c¨®mo se manifiesta esta deficiencia var¨ªa enormemente entre los grupos estudiados.

El documento revela que hombres y mujeres sufren carencias de micronutrientes diferentes. Por ejemplo, las mujeres tienen m¨¢s probabilidades de presentar ingestas inadecuadas de yodo, vitamina B12, hierro y selenio, mientras que los hombres son m¨¢s propensos a sufrir carencias de calcio, zinc y ¡°varias vitaminas esenciales¡±.

Para Beal, esto se debe a que, por lo general, hombres y mujeres tienen dietas diferentes. Sin embargo, las diferencias tambi¨¦n se deben a que las necesidades de micronutrientes son distintas seg¨²n el sexo. ¡°Las mujeres en edad reproductiva necesitan m¨¢s hierro. Los hombres necesitan m¨¢s zinc, vitamina C y vitamina A¡±, se?ala Beal.

En cuanto a las diferencias por regiones, el documento apunta ¡°patrones muy claros¡±. ¡°Algunos nutrientes como el folato, la vitamina E y la riboflavina hacen falta en la dieta de Norteam¨¦rica para los hombres, pero si est¨¢s en el ?frica subsahariana, son las mujeres las que tienen m¨¢s dificultades para obtenerlos¡±, afirma.

En t¨¦rminos absolutos, la regi¨®n del mundo donde se encuentran los d¨¦ficits de micronutrientes m¨¢s graves es el sudeste de Asia, pero el ?frica subsahariana es ¡°muy pobre¡± espec¨ªficamente en hierro, zinc y vitamina B12, tres componentes esenciales.

Beal cree que estos datos plantean retos para el futuro: ¡°Creo que esto nos orienta un poco para saber qu¨¦ nutrientes son un problema, d¨®nde hacen falta, en cu¨¢les grupos de poblaci¨®n, qu¨¦ tipos de alimentos hay que promover y c¨®mo se abordan estas necesidades¡±. Hay una carencia de nutrientes en el mundo entero, pero cada regi¨®n y grupo poblacional tiene necesidades diferentes. Para el cient¨ªfico, ahora el meollo del asunto est¨¢ en empezar a trabajar para buscar soluciones ¡°sin dejar a nadie atr¨¢s¡±.

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