El a?o en el que todos los planes cambiaron
Las restricciones de movilidad tambi¨¦n afectan a los grandes viajeros de nuestro tiempo. As¨ª han rehecho su verano algunos de los autores cuyos libros nos han ayudado a conocer mundo
Cambiar de planes es un derecho y una forma de aprender en la vida. En medio de una pandemia global, supone tambi¨¦n una obligaci¨®n. Y un modo de reajuste de las rutinas. Para los grandes viajeros de nuestro tiempo, periodistas y escritores bregados en los desiertos m¨¢s ¨¢ridos, las monta?as m¨¢s escarpadas y las poblaciones m¨¢s remotas del mundo, los desplazamientos de verano no siempre suponen ¡ªcomo para la mayor parte de los mortales¡ª los m¨¢s intensos y esperados de sus agendas anuales, pero aun as¨ª, de un modo u otro, todos han tenido que rehacer sus proyectos y adaptarse a la nueva realidad de las excursiones de cercan¨ªa. No est¨¢ resultando f¨¢cil para nadie, tampoco para ellos. Con las gafas de descubridor siempre puestas, estos trotamundos espa?oles e internacionales ¡ªnombres como Eduardo Mart¨ªnez de Pis¨®n, Paul Theroux, Javier Reverte, Patricia Alm¨¢rcegi y Lawrence Osborne¡ª se han montado en su moto, en la bici, en el tren o incluso han salido con sus dos piernas como ¨²nico medio de transporte para recorrer tierras ya vistas y lugares pr¨®ximos, recuperando el gusto por algo que puede ser tan extranjero como lo conocido. M¨¢s, en un tiempo donde la posibilidad de cambiar de continente y de cultura se encontraba hasta hace nada a solo unas horas de distancia en avi¨®n. Convencidos de que el viaje lo hace el camino, abiertos siempre a la posibilidad de conocer y reinterpretar, estos exploradores abogan por que, en ocasiones, la aventura tambi¨¦n se puede encontrar a la vuelta de la esquina.
Eduardo Mart¨ªnez de Pis¨®n
Sin olvidar lo terrible de la situaci¨®n que atraviesa el planeta, para el escritor y alpinista vallisoletano Eduardo Mart¨ªnez de Pis¨®n esta ¨¦poca tambi¨¦n puede traer ventajas como la de ayudar a ¡°recuperar otro modo de estar¡±; a ¡°volver al detalle y la lentitud, al ritmo de la naturaleza¡±. ?l lo ha hecho traslad¨¢ndose al Pirineo, un gozoso retorno al esp¨ªritu de ¡°los viajes de siempre¡±, esos en los que no hay prisa por recorrer todas las atracciones y fotografiarse en todos los rincones posibles, sino que se degustan con la placidez del que tiene tiempo para regalarse a uno mismo. ¡°Es una maravilla tener el Pirineo disponible, yo vendr¨ªa aqu¨ª de cualquier manera¡±, asegura el autor de La monta?a y el arte, que, m¨¢s que hacer turismo, recomienda viajar. Con todas las letras. ¡°Muchas veces es indiferente el objetivo final, pero eso el avi¨®n lo ha suprimido por completo: ya no empleas vida en el traslado. El tren ser¨ªa el medio de transporte casi perfecto: puedes ir solo, acompa?ado, hablar o mirar al paisaje... Lo malo es que el viajero de tren de hoy est¨¢ m¨¢s absorto en el m¨®vil que en la ventanilla¡±.
Paul Theroux dedica el verano a terminar una novela
Paul Theroux
Reconocido amante de los trenes como medio para adentrarse en un mundo del que lleva d¨¦cadas nutri¨¦ndose, Paul Theroux admite que para ¨¦l los veranos nunca han sido una ¨¦poca de ajetreo, sino un momento para reencontrarse con sus ra¨ªces. ¡°Raramente viajo fuera de EE UU¡±, cuenta. ¡°Soy muy feliz en Cape Cod, Massachusetts, donde crec¨ª: amo el clima veraniego, la playa, salir en barco¡±. De modo que la pandemia no le ha causado grandes trastornos, aunque, asegura, s¨ª le ha llevado a una conclusi¨®n tajante: ¡°Evitar hacer planes de viaje definitivos para el futuro¡±. Con su ¨²ltimo libro, un periplo por M¨¦xico titulado En el plano de las serpientes reci¨¦n publicado en EE UU, el autor de vol¨²menes fundamentales de la moderna literatura de viajes como El gran bazar del ferrocarril dedica ahora ¡°todos los d¨ªas de la semana¡± a terminar una novela, eso que ¨¦l denomina ¡°la gran cosa¡±: ¡°The big thing¡±. La ficci¨®n es para ¨¦l el verdadero ¡°viaje interior¡±, mientras que el peregrinaje por el planeta ha sido la ¡°indulgencia¡± que se ha podido permitir. ¡°Los libros, las pel¨ªculas, etc. nos permiten entran en un mundo diferente. Pero no se trata de viajar, sino de ilustrarse. Sabemos mucho m¨¢s de los personajes de ficci¨®n que de nuestra familia¡±, reflexiona. ¡°De hecho, las personas m¨¢s dif¨ªciles de comprender son aquellos a los que tenemos al lado: nuestra familia, nuestros vecinos. Y los paisajes m¨¢s extra?os son los que est¨¢n al lado de casa. As¨ª que s¨ª: creo que quedarse en casa ofrece grandes posibilidades de descubrimiento¡±.
Paco Nadal
Casi siempre se viaja para vivir, pero cuando se vive de viajar, un frenazo en seco como el ocasionado por la pandemia puede generar efectos devastadores. Para el reportero de viajes de EL PA?S, Paco Nadal, las limitaciones ha afectado tanto su vida profesional como la personal, ¡°que ha sido dinamitada¡±. La crisis ha supuesto, dice, ¡°todo un torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n. No solo este verano. El mundo ha dejado de ser lo que era y viajar ha pasado de ser una actividad cotidiana y saludable a algo as¨ª como una gymkana de obst¨¢culos. Desde marzo he suspendido viajes al ?rtico, a Estambul, a Groenlandia, a Bahamas, a Zimbabue, a Botsuana... Una debacle¡±. Acostumbrado a reservar el mes de agosto para descansar en su casa en Murcia, este a?o Nadal lleva all¨ª desde junio. ¡°No me quejo, es un sitio fabuloso, pero no hab¨ªa pasado cinco meses sin subirme a un avi¨®n desde que tengo uso de raz¨®n¡±, reconoce el periodista, que est¨¢ aprovechando para retomar el contacto con lo cotidiano con ¡°una mirada m¨¢s sosegada, m¨¢s reflexiva, m¨¢s de cercan¨ªa con los que te rodean¡±.
Miquel Silvestre
A¨²n quedan territorios por descubrir incluso en un pa¨ªs tan tur¨ªstico como Espa?a, especialmente en las sendas hacia el interior. Miquel Silvestre, el aventurero del programa de La 2 Diario de un n¨®mada, aprovech¨® los meses de confinamiento para explorar tierras castellanas ¡ªsalvoconducto mediante, ya que se trataba de viajes de trabajo¡ª y reencontrarse con los espacios m¨ªsticos de la Sierra de Gredos en ?vila, el ¨¢rea del rom¨¢nico en el norte de Palencia, o la Sierra de San Vicente en Toledo, donde se encontraba cuando se decret¨® la cuarentena. ¡°Es una oportunidad para redescubrir el pa¨ªs, que est¨¢ lleno de patrimonio hist¨®rico¡±, concede. ¡°Aunque es terrible ver la cantidad que est¨¢ en la Lista Roja: las ruinas son interesantes, pero dan un poco de pena¡±. Estos meses ya no podr¨¢ montarse en la moto en direcci¨®n a Pakist¨¢n tras las huellas de Alejandro Magno, pero a cambio tiene previsto una escapada a Sig¨¹enza, en Guadalajara, y un trayecto al estilo de la Ruta 66 por la Nacional 2 de Portugal. ¡°Es muy poco transitada y recorre el pa¨ªs de norte a sur, por el interior: es un balc¨®n al Portugal vac¨ªo y rural, alejado de la costa¡±, explica, para reivindicar los viajes por carretera ¡°como aquellos que hac¨ªamos de peque?os: no por la autov¨ªa, sino perdi¨¦ndote en el paisaje que te rodea¡±.
¡°Es tiempo de reconstruir la sociedad¡± reivindica Javier Reverte
Javier Reverte
Javier Reverte, el hombre que volvi¨® a internarse en el coraz¨®n de las tinieblas en su famosa Trilog¨ªa de ?frica, no ha tenido que cambiar de planes porque, en verano, sus planes son siempre los mismos: ¡°Me quedo en la Sierra de Segovia encerrado: escribo, corrijo, vienen los nietos, juego al mus, paso el tiempo con los paisanos¡±. Impulsado a lo largo de su vida a ir siempre m¨¢s afuera, m¨¢s lejos, admite que Espa?a es un pa¨ªs que no conoce en profundidad, y lo considera un ¡°peque?o continente¡± por la ¡°enorme variedad de sus tierras, folklore, comida, lenguas...¡±. Que ahora haya menos turistas, negativo por el varapalo econ¨®mico, conlleva la ventaja de de ¡°enfocar¡± los viajes nacionales ¡°de otra manera¡±. ¡°Va a cambiar la forma de trabajar, cada vez m¨¢s telem¨¢tica, y eso va a facilitar que se llene la Espa?a vac¨ªa, donde se puede llevar una vida m¨¢s barata y humana. Es el tiempo de redescubir y reconstruir una Espa?a distinta, y estar¨ªa bien reconstruir tambi¨¦n la sociedad global¡±.
Gabi Mart¨ªnez
Para su ¨²ltimo libro, Un cambio de verdad, el escritor Gabi Mart¨ªnez regres¨® a un lugar cercano a los or¨ªgenes de su madre, las tierras de dehesa de la Siberia extreme?a, donde pas¨® siete meses pastoreando ovejas. Aunque en su trayectoria viajera acumula periplos desde China a la barerra de coral australiana, lo cierto es que el ¨²ltimo a?o ha pasado muchas temporadas en Espa?a: en Lanzarote, el Cabo de Gata, en el Empord¨¢ gerund¨¦s donde acostumbra a pasar los veranos junto a la playa. As¨ª que la nueva situaci¨®n va a modificar ¡°un poquito¡± su agenda, que necesariamente ser¨¢ de proximidad. Pero tampoco va a romperle del todo los esquemas. ¡°En invierno estuve en los Pirineos, en Esterri (Lleida), en un espacio de recuperaci¨®n de animales, escribiendo y reuniendo informaci¨®n para un libro que estoy preparando sobre animales dif¨ªciles de ver en Espa?a¡±, cuenta el autor, que en 2019 ya public¨® Animales invisibles, una investigaci¨®n sobre especies legendarias. Este verano, aprovechar¨¢ para volver unos d¨ªas con su familia a ese enclave.¡±Es el momento de darse cuenta de que no hace falta irse muy lejos para conocer el entorno: yo no tengo coche y voy con el tren, aunque para m¨ª las dos piernas son el mejor medio de transporte, tambi¨¦n la bicicleta¡±, opina el barcelon¨¦s, que en cualquier caso dice no estar de acuerdo ¡°con el discurso de no usar el avi¨®n¡±: ¡°La tecnolog¨ªa est¨¢ ah¨ª para usarla, pero hay que hacerlo con equilibrio¡±.
Mar¨ªa Belmonte ensalza ir a pie, por sendas solitarias
Mar¨ªa Belmonte
En medio de la incertidumbre que reina, de entre lo poco que saca en claro la escritora Mar¨ªa Belmonte es que no se pueden armar demasiados proyectos. De momento ella no los tiene, aunque ¡°de todos modos, para m¨ª el verano es la peor ¨¦poca para viajar: si te lo puedes permitir, incluso el invierno es mejor¡±, asegura la autora de t¨ªtulos como Los senderos del mar, donde hilvana recuerdos propios e historias ajenas en una traves¨ªa por la costa vasca. En cualquier caso, ella no ha sido nunca amiga ¡°de coger un avi¨®n un avi¨®n e irme a la otra punta del mundo: a m¨ª me gusta viajar a pie, soy de monta?a, de senderos solitarios¡±. As¨ª que ni Bali ni Vietnam ni ning¨²n otro destino ¡°ex¨®tico¡±. Mejor ¡°Asturias, el Pirineo navarro, la Sierra de Cazorla¡±. Y sin sacar fotos: solo guardando recuerdos en la memoria. ¡°Lo malo¡±, barrunta ¡°es que esos lugares se pongan de moda¡±. De salir al extranjero, la tambi¨¦n traductora se decanta por para¨ªsos m¨¢s a mano. ¡°Viajo por Europa, sobre todo por el Mediterr¨¢neo, por lugares donde conozco m¨¢s la cultura. Para ir m¨¢s lejos tendr¨ªa que prepararme, y adem¨¢s no tengo presupuesto¡±, dice la autora, que el a?o que viene sacar¨¢ un nuevo libro sobre Grecia, un pa¨ªs que ya atraves¨® en su libro Peregrinos de la belleza.
Patricia Alm¨¢rcegui
Con el confinamiento, como dice Patricia Alm¨¢rcegui, ¡°todos nos hemos tenido que reinventar¡±. De las rutinas hay que ingeniar una aventura y, del lugar de residencia, una improvisada vivienda vacacional. Aunque en el caso de la periodista y autora de Los viajes de Marco Polo las necesarias renuncias de estos meses han supuesto decir adi¨®s a destinos tan apetecibles como San Petersburgo, Ecuador, Andorra, Alicante y Valencia, cuando una reside en Menorca parece que la imposibilidad de trasladarse se vuelve m¨¢s llevadera. ¡°En el verano aprovecho a escribir, as¨ª que este a?o voy a hacer lo mismo¡±, relata. ¡°Despu¨¦s del confinamiento, estoy disfrutando much¨ªsimo de la isla¡±. Ahora, en ¡°cinco kil¨®metros a la redonda¡±, la escritora ha aprendido ¡°a contemplar los mismos paisajes con otra mirada, y a reinventar la relaci¨®n con mi casa: ahora veo con ojos viajeros lo que tengo m¨¢s pr¨®ximo¡±. Quiz¨¢, todo esto sirva para repensar el modo de hacer las cosas. ¡°Yo quiero que cambiemos de verdad y que esto haga viajar de otra manera: que haya un debate sobre la ecolog¨ªa, sobre a qui¨¦n le llega el dinero de los viajes¡±.
Paco Cerd¨¤
En Voces de la Laponia espa?ola, Paco Cerd¨¤ se intern¨® en las tripas de la Espa?a que se desangra para denunciar el abandono de sus tierras y sus culturas y reivindicar la val¨ªa de sus gentes. Este verano volver¨¢ a uno de esos pueblos, Morella, en el interior de Castell¨®n, un lugar al que lleva regresando desde hace 15 a?os y que, explica, ¡°sembr¨® la semilla de mi estima por las tierras que sufren la despoblaci¨®n¡±. ¡°La aridez de su piedra en seco que separa unos bancales de otros, sus murallas que a¨ªslan y abrazan a la vez, su tempo moroso y su densidad hist¨®rica la convierten, para m¨ª, en ¨²nica¡±, asegura. Para el verano, el periodista suele reservarse un tiempo para la aventura: ¡°Un verano recorr¨ª ?en bicicleta de paseo! los 155 kil¨®metros del trazado del Muro de Berl¨ªn. Otro verano camin¨¦, durante un d¨ªa, los 64 kil¨®metros que separan Orihuela, ciudad natal de Miguel Hern¨¢ndez, hasta la antigua prisi¨®n de Alicante en la que muri¨®. En otra aventura tem¨¢tica, pedale¨¦ desde el frente de Teruel hasta el cementerio de Paterna, pared¨®n de Espa?a, en dos d¨ªas. En otra subimos escalando a la cima del Monte Perdido, un tremil pirenaico, siguiendo la memoria de La 43 Divisi¨®n del Ej¨¦rcito republicano¡±, enumera. Para este agosto, se ha propuesto ¡°un reto de proximidad¡±: ¡°Coronar los cuatro picos de las comarcas centrales valencianas, y hacerlo todo en solo 24 horas del caluroso Ferragosto¡±.
¡°Con la bici te puedes reorganizar¡±, presume Ander Izagirre
Ander Izagirre
Ciclista empedernido, al caer el confinamiento Ander Izagirre ya ten¨ªa planificados varios meses de este a?o: con su novia, coger¨ªan en abril un ferry hasta Cerde?a, de ah¨ª pasar¨ªan a Sicilia y por ¨²ltimo dar¨ªan el salto a la pen¨ªnsula italiana, que iban a recorrer de tac¨®n a ca?a a pedales. Pero claro, todo tuvo que suspenderse. ¡°Lo bueno de la bici es que se puede reorganizar f¨¢cilmente¡±, se consuela. Para cuando se levantaron las restricciones, volvieron a subirse al sill¨ªn y marcharon de San Sebasti¨¢n, donde residen, hasta Catalu?a. De ah¨ª tomaron finalmente el deseado ferry hasta Cerde?a, y hace unos d¨ªas se encontraban descansando en Parma. ¡°Cuando continuemos, ser¨¢ m¨¢s o menos improvisado: podemos coger un tren hasta donde queramos, y seguir con la bici¡±, presume el periodista, que ve esta ¨¦poca de recogimiento solo como un trance, un lapso que se prolongar¨¢ ¡°mientras estemos obligados¡±. ¡°Este a?o vamos a redescubir lo cercano, s¨ª, pero porque no tenemos m¨¢s remedio¡±.
Lawrence Osborne
Paradigma del escritor salvaje y descarnado, el ingl¨¦s Lawrence Osborne, siempre ha querido huir de los destinos m¨¢s recomendados por las agencias de viajes. Su b¨²squeda por un espacio virgen de excursionistas le llev¨® hasta Pap¨²a Nueva Guinea, un periplo que recogi¨® en El turista desnudo, un libro que tambi¨¦n da cuenta de su paso por metr¨®polis como Bali y Bangkok. Ir¨®nicamente, en la capital tailandesa, ¡°posiblemente la ciudad m¨¢s tur¨ªstica de la Tierra¡±, acab¨® encontrando su refugio, y all¨ª, en ¡°un enorme complejo de apartamentos que parece una peque?a ciudad¡±, se ha pasado los meses de cuarentena, surtido ¨Ceso s¨ª¨C de un buen vino que pidi¨® que le enviaran. ¡°He de reconocer que prefiero la ciudad as¨ª, a pesar de que no se puede olvidar los problemas econ¨®micos que est¨¢ causando a todos los que dependen del turismo¡±, admite. ¡°Quiz¨¢, en este tiempo estemos posando una mirada m¨¢s atenta sobre nuestros vecinos y viendo cu¨¢n extra?os -y, de hecho, alarmantes- son en realidad. Las calles tambi¨¦n parecen muy diferentes. Ahora me dedico a recorre la ciudad de noche, con moto, y descubro peque?os barrios que nunca hab¨ªa sabido que exist¨ªan pero que ten¨ªa al lado. He descubierto una zona musulmana llena de p¨¢jaros en jaulas que cantan toda la noche. En ocho a?os, nunca lo hab¨ªa visto...¡±.
Geoff Dyer
Al brit¨¢nico Geoff Dyer, cuyo vagar por el planeta ha supuesto una b¨²squeda de la iluminaci¨®n no solo cultural sino quiz¨¢ sobre todo espiritual, recopilada en libros como Arenas blancas, el confinamiento le pill¨® en California, donde se dedic¨® a ¡°pasear en bici por las pistas de tenis donde normalmente suelo jugar en Santa M¨®nica: estaban cerradas y vac¨ªas y hab¨ªan quitado las redes, as¨ª que, filos¨®ficamente hablando, de alg¨²n modo ya no eran pistas de tenis¡±, narra. ¡°Fue algo frustrantemente antifamiliar¡±. De vuelta en Londres, adonde lleg¨® en un vuelo semivac¨ªo, ¡°el m¨¢s f¨¢cil que he tomado nunca¡±, los proyectos truncados, como un viaje a un festival literario en Sun Valley , Idaho, desde donde luego ten¨ªa pensado conducir a Utah, y las otras limitaciones derivadas de la pandemia, le han llevado a sentirse como ¡°un anciano, medio jubilado y deprimido, cuya vida se ha reducido a una serie de simples rutinas¡±. Del lado positivo, ¡°escuchar a Beeethoven te transporta a lugares muy extremos, pero francamente, no puede sustituir una noche en Berl¨ªn con un potente sistema de sonido, las luces, y todo lo que va con ello¡±.
Para Kia Abdullah, nada sustituye caminar sobre un volc¨¢n
Kia Abdullah
Un viajero es por definici¨®n alguien dispuesto a correr riesgos. Ah¨ª es cuando se dispara la adrenalina. Pero como se?ala la autora y reportera de viajes brit¨¢nica Kia Abdullah, una cosa es ponerse en peligro a uno mismo, y otra muy diferente a los otros. ¡°Es una perspectiva inc¨®moda¡±, apunta. ¡°Viajar de un modo precavido, constre?ido y est¨¦ril no es algo que me llame la atenci¨®n¡±. De momento sus visitas proyectadas a Gambia y Senegal se quedan en el caj¨®n. Le toca esperar con paciencia. ¡°Creo que se puede encontrar la aventura en donde vives¡±, se conforta. ¡°Yo nac¨ª y crec¨ª en el Reino Unido y siempre he asociado la idea de viaje con los viajes al extranjero, pero enseguida me di cuenta de que hay gran riqueza en mi pa¨ªs, ya sea en las colinas ondulantes de los Yorkshire Dales o en el encantador pueblo de Clovelly en Devon¡±. No importa el lugar, para la editora de la web Atlas & Boots es en la traves¨ªa donde se descubre la vida. ¡°Creo que no tiene sustituto. Para m¨ª, nada puede simular la extraordinaria experiencia de caminar por el borde de un volc¨¢n activo o ver c¨®mo un glaciar cruje y se parte¡±.
Jeff Soloway
El editor y autor de novelas de viajes y misterio Jeff Soloway, que durante a?os tambi¨¦n escribi¨® gu¨ªas, ya pas¨® en marzo la covid. Se trat¨® de un caso leve, y los test de anticuerpos resultaron positivos, para ¨¦l y los dem¨¢s adultos de su familia. ¡°As¨ª que nos encantar¨ªa salir con nuestros anticuerpos a la carretera¡±, suspira, ¡°pero el resto del mundo comprensiblemente tiene menos ganas de recibir a estadounidenses demasiado confiados. La levedad del coronavirus en nuestro caso nos ha liberado de mucha ansiedad, pero no de la responsabilidad de evitar asustar a la gente comport¨¢ndonos como unos tontos ego¨ªstas¡±. Su visita estival a Inglaterra e Irlanda se ha cancelado, y no cree que haya nada que vaya a poder remplazar la emoci¨®n de partir a otro pa¨ªs. ¡°Viajar no consiste tanto en agrandar la mente (para eso tenemos los libros), sino en sorprenderla. Hoy en d¨ªa el aburrimiento amenaza con sobrepasarnos. Todo tipo de experiencias ¨²nicas, impredecibles y memorables se han quedado perdidas en el mundo por la covid. Pero el aburrimiento tambi¨¦n puede aclararnos el pensamiento¡±, considera. ¡°En primavera, en mi pa¨ªs y en muchos otros, infinidad de personas se pusieron las mascarillas, salieron de sus casas y se unieron a las marchas en apoyo a las vidas negras. No todos era j¨®venes y arriesgados, y muchos descubrieron m¨¢s de s¨ª mismos y de sus capacidades que si hubieran viajado al extranjero¡±.
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