Piedad Isla, realismo ind¨®mito
Una exposici¨®n recupera la figura de la pionera fot¨®grafa espa?ola, que retrat¨® con pulso etnogr¨¢fico la Monta?a Palentina
Esa mujer espigada que nos mira sonriente montada en su Vespa delante de una casa de pueblo, en una imagen de 1962, es Piedad Isla, gran fot¨®grafa, que hoy da nombre a un premio de prestigio y a un museo etnogr¨¢fico en la localidad palentina donde naci¨®, Cervera de Pisuerga, un centro fruto de su af¨¢n por coleccionar objetos y que guarda su legado fotogr¨¢fico. Sin embargo, su nombre no figura en algunos libros de historia de la fotograf¨ªa espa?ola. Tampoco ayuda que la exposici¨®n en Alcal¨¢ de Henares (Madrid), que muestra cerca de 70 de sus im¨¢genes, haya llegado al poco de acabar el confinamiento.
Pero Piedad Isla (1926-2009) -de quien Cristina Garc¨ªa Rodero dijo cuando descubri¨® su obra: ¡°Es mi maestra sin yo saberlo¡±- fue una mujer que cre¨® todo un universo fotogr¨¢fico entre las paredes de la monta?a palentina, que fue su paisaje y su fondo. La exposici¨®n Piedad Isla. Realismo po¨¦tico, hasta el 6 de septiembre en el Antiguo Hospital de Santa Mar¨ªa la Rica, dentro de PHotoEspa?a, da cuenta de c¨®mo retrat¨® la vida cotidiana en los a?os cincuenta y sesenta de ni?os, mujeres, hombres, as¨ª como de ceremonias, trabajos¡ desde la naturalidad que le otorgaba estar en su ambiente. No lo ten¨ªa f¨¢cil: era mujer -antes de ella se cuentan con los dedos de una mano las fot¨®grafas en Espa?a-, hac¨ªa fotos, un oficio ¡°que no estaba muy bien visto¡±, admit¨ªa, y llevaba pantalones, para disgusto de su madre, pero es que la falda se le enredaba en los radios de la bicicleta con la que empez¨® a trabajar. ¡°Encarg¨® unos pantalones a un sastre y ya siempre iba con ellos puestos. Era una ind¨®mita¡±, se?ala Esteban Sainz Vidal, presidente de la Fundaci¨®n Piedad Isla & Juan Torres -nombre del que fue su esposo- y comisario de la exposici¨®n junto a Feliciano L¨®pez Pastor.
Sainz la define como ¡°una pionera del neorrealismo¡±, el movimiento con el que renovaron la mirada fotogr¨¢fica en Espa?a los miembros de la Escuela de Madrid, con Gabriel Cuallad¨®, Paco Onta?¨®n, Ram¨®n Masats¡ y los maestros de Barcelona, como Catal¨¤-Roca o Joan Colom. ¡°Pero ella no los conoc¨ªa, ni de o¨ªdas¡±, a?ade Sainz.
Sin embargo, su obra no es la de una aficionada. Isla se form¨® en un estudio fotogr¨¢fico de Oviedo a comienzos de los a?os cincuenta. El inter¨¦s por la fotograf¨ªa hab¨ªa nacido en los domingos de su adolescencia: ¡°Alquilaba con mis amigas una c¨¢mara en un bazar del pueblo y pag¨¢bamos a escote¡±. De aquellos juegos pas¨® a comprar su primera c¨¢mara, una Kodak Retina de segunda mano, para el estudio que abri¨® en Cervera, en 1953. ¡°Se present¨® en Madrid en la casa Kodak y les convenci¨® para que le dieran un cr¨¦dito en pel¨ªcula para poder empezar¡±, agrega.
Su llegada a los pueblos era un acontecimiento. La anunciaban las campanas de la iglesia.
Con su motillo iba por unos 70 pueblos para hacer las fotos de los carn¨¦s de identidad, bodas, bautizos¡ y empez¨® a documentar c¨®mo era aquella vida. En una entrevista con EL PA?S, en 2005, contaba el acontecimiento que supon¨ªa su llegada a los pueblos. Ella avisaba al alcalde por tel¨¦fono y su entrada la anunciaban las campanas. ¡°Se reun¨ªan todos y no se iban hasta que no acababa mi trabajo. Luego enviaba las fotos al alcalde, que se encargaba de repartir los retratos y recibir el dinero, y ¨¦l me lo hac¨ªa llegar¡±. Fue corresponsal de la agencia Efe y colabor¨® en varios peri¨®dicos. ¡±Lo que le sobraba de pel¨ªcula de su labor profesional lo empleaba en hacer lo que le apetec¨ªa, que era retratar tareas que estaban llamadas a desaparecer¡±.
Sufri¨® contratiempos, como cuando se le cay¨® su Rolleiflex desde un puente al r¨ªo: ¡°Se dio un buen remoj¨®n, pero fui a una gasolinera, la sequ¨¦ con la bomba de aire de inflar neum¨¢ticos y pude seguir¡±. Ante la falta de focos se las ingeniaba para retratar en la calle con luz natural y una s¨¢bana de fondo.
Sainz destaca de su estilo ¡°la normalidad¡±. ¡°Piedad conoc¨ªa a los personajes que fotografiaba, y ellos la reconoc¨ªan como alguien de su entorno¡±. No estaban ante el fot¨®grafo venido de fuera para captar lo pintoresco, sino que dejaban a aquella mujer meterse con su c¨¢mara hasta la dram¨¢tica intimidad de una extremaunci¨®n.
¡°Reverenciaba a los ancianos¡±
Entre los fragmentos de vida que fij¨® en blanco y negro, sobresale su cari?o por los ni?os, como el peque?o To?o, al que retrat¨® tirando de un burrito, o a Juanito Cuadrado, que sonr¨ªe con la cara tiznada por estar jugando con carb¨®n. En sus retratos hay siempre respeto por la persona, ¡°reverenciaba a los ancianos¡±, una mirada que se percibe en su fotograf¨ªa a la se?ora Quica, con su rostro arrugado y vestida de negro. En la exposici¨®n hay varios retratos de estudio que impresionan por la dignidad del fotografiado, aunque fuese un mendigo con la chaqueta remendada y la camisa zurcida.
Costureras, mineros, pastores trashumantes, carreteros, guardias civiles, o el maravilloso retrato de un grupo de personas que limpia el monte¡ Y, por supuesto, las ceremonias, como la de la imagen titulada Cantamisa en Estalaya (1958), estampa en la que los feligreses llevan en alto en una silla al religioso. Isla puso el foco en lo tradicional, pero ello no impidi¨® que tomara instant¨¢neas modernas para su ¨¦poca, como Rosita y Maruja (1954), en la que captur¨® desde una ventana a dos mujeres que caminan por la calle embarrada, pero la mitad de la imagen es la contraventana de madera.
Su obra no empez¨® a conocerse hasta los a?os ochenta. ¡°Ella no le daba importancia a lo que hac¨ªa. Hoy hay m¨¢s de 200.000 negativos, incluido material en color que no hemos estudiado por falta de presupuesto¡±, seg¨²n Sainz. En el Museo Etnogr¨¢fico Piedad Isla, el que cre¨® junto a su esposo en 1980 en la casona del siglo XV en la que vivi¨® en Cervera, hay m¨¢s de 2.000 objetos de carpinteros, labradores, herreros, junto a juguetes, vestidos, instrumentos musicales... Acompa?ado de unas 300 fotos relacionadas con ese conjunto.
Piedad Isla se jubil¨® en 1992, pero solo dej¨® su oficio cuando falleci¨® el 6 de noviembre de 2009 en Madrid. A sus 83 a?os ten¨ªa programada una conferencia sobre fotograf¨ªa que no pudo dar. Preocupada siempre por propiciar un mundo mejor a los que ven¨ªan detr¨¢s, dej¨® escrito: ¡°Tenemos una herencia recibida con una obligaci¨®n de cumplimiento, de nosotros depende el ritmo y direcci¨®n que la demos¡±.
Una fot¨®grafa comprometida con su entorno
Las ocupaciones de Piedad Isla desbordaron su actividad como fot¨®grafa. Fue concejal y primer teniente de alcalde de su pueblo, cre¨® asociaciones culturales y, comprometida con el patrimonio art¨ªstico, la naturaleza y el turismo de su comarca, organiz¨® jornadas para la recuperaci¨®n de la arquitectura tradicional y el cuidado del medio ambiente. ¡°Se enfrent¨® a los inmovilistas y le met¨ªa el dedo en el ojo a los pol¨ªticos¡±, apunta Esteban Sainz. En 2005, la Diputaci¨®n de Palencia instituy¨® un concurso fotogr¨¢fico con su nombre, que premia una trayectoria y que han recibido, entre otros, Cristina Garc¨ªa Rodero, Ram¨®n Masats, Colita, Juan Manuel Castro Prieto, Chema Madoz y Marisa Fl¨®rez. En la imagen, Piedad Isla en moto, en 1962 (FUNDACI?N PIEDAD ISLA & JUAN TORRES)
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