La ingeniera que busca arte en la innovaci¨®n

Esther Borao (Zaragoza, 32 a?os) vivi¨® los primeros a?os de su vida profesional intentando encontrar la f¨®rmula que le ayudara a unir las dos cosas que m¨¢s le gustan: la creatividad y la tecnolog¨ªa. Es ingeniera industrial especializada en rob¨®tica y electr¨®nica, pero siempre ha tenido una visi¨®n muy art¨ªstica. Esta combinaci¨®n la ha llevado a ganar concursos de la NASA, colaborar en la creaci¨®n de respiradores artificiales al inicio de la pandemia y acercar la tecnolog¨ªa a las ni?as. Desde octubre del a?o pasado, es la directora general del Instituto Tecnol¨®gico de Arag¨®n, donde ayuda a hacer m¨¢s competitivas a las pymes buscando soluciones creativas a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa.

OTRAS ENTREGAS

1. Arquitectura | Construir para que nadie se quede fuera

2. Inteligencia Artificial | Nerea Luis, de fan del manga a doctora en inteligencia artificial

3. Arte | El arte que abre los o¨ªdos

4. Cambio clim¨¢tico | De los prism¨¢ticos del abuelo a la defensa del planeta

Siempre le gustaron mucho las matem¨¢ticas y los robots, pero tambi¨¦n dise?ar ropa y la fotograf¨ªa. Le parece especialmente interesante crear cosas por s¨ª sola y ense?ar a otros a hacerlo. Aunque para muchos estos dos mundos habr¨ªan sido excluyentes, Borao encontr¨® la forma de aunarlos. ¡°Cuando termin¨¦ la carrera tuve una crisis: segu¨ªa apasion¨¢ndome lo creativo y ya ten¨ªa mente de ingeniera, pero no sab¨ªa c¨®mo sacarle partido a estas dos facetas¡±. Le salv¨® la cultura maker, un movimiento que se basa en compartir conocimiento y usar la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n para resolver problemas.

¡°Descubr¨ª una web donde mezclaban arte y tecnolog¨ªa para inventar cosas nuevas y me abri¨® los ojos¡±, recuerda. A partir de ese momento empez¨® a saciar su curiosidad form¨¢ndose para programar con Arduino (una plataforma de c¨®digo abierto que se utiliza para aprender a desarrollar software) y con otros sistemas de programaci¨®n creativa. Se implic¨® en la asociaci¨®n Makeroni Lab de Zaragoza, con quienes desarroll¨® unas gafas que permiten que personas en ingravidez puedan controlar objetos utilizando solo la mirada. Este proyecto les llev¨® a ganar un concurso organizado por la NASA en 2015, pero lo que es m¨¢s importante para Borao es que esas gafas se acabaron utilizando para ayudar a personas con discapacidad.

Esa misma cultura maker fue la que hizo posible que m¨¦dicos, programadores e ingenieros trabajaran conjuntamente para crear respiradores impresos en 3D al principio de la pandemia. Esther Borao fue la precursora de Coronavirus Makers, un grupo de profesionales que se unieron para intentar ampliar las existencias de todo tipo de material m¨¦dico: respiradores, viseras, diademas para mascarillas... ¡°A mediados de marzo me dijeron que se estaban quedando sin respiradores en Italia, y que eso mismo pod¨ªa pasar en Espa?a¡±, explica. ¡°Se me ocurri¨® crear un grupo de Telegram para poner en contacto a distintos makers y ver qu¨¦ pod¨ªamos hacer. Dos semanas despu¨¦s ¨¦ramos 16.000 personas¡±.

El grupo de makers era tan numeroso que tuvieron que dividirse por regiones y coordinarse. Seg¨²n Borao, demostr¨® que ¡°con ingenio y buenas ideas se pueden solucionar problemas muy complejos¡±, pero recalca que ella solo fue quien promovi¨® esta uni¨®n de profesionales y que el m¨¦rito es de quienes aportaron su conocimiento voluntariamente.

Educaci¨®n temprana

Buena parte de su carrera tambi¨¦n se ha basado en desarrollar proyectos educativos para acercar la tecnolog¨ªa a los m¨¢s peque?os y ayudarles a descubrir su potencial. ¡°Escuchar a profesionales como el educador Ken Robinson [recientemente fallecido] o el m¨²sico y maestro Jorge Ruiz, que hablan mucho del talento de las personas y la creatividad, es una de las razones por las que acab¨¦ implic¨¢ndome tambi¨¦n en la educaci¨®n¡±, cuenta. ¡°Para ayudar a los ni?os a encontrar su talento, que desde peque?os conozcan la tecnolog¨ªa y su mente se abra a otras posibilidades. Algo que yo no conoc¨ª hasta que llegu¨¦ a la universidad¡±.

Para avanzar por este camino, cre¨® la empresa Innovart junto a Luis Mart¨ªn y Jorge Mata, enfocada a la educaci¨®n, el desarrollo de proyectos art¨ªsticos y la electr¨®nica personalizada. Tambi¨¦n particip¨® en proyectos donde desarroll¨® juguetes para ense?ar a programar a ni?os desde los tres a?os. ¡°Intent¨¢bamos que la tecnolog¨ªa llegara a m¨¢s personas¡±, dice Borao, que gracias a este proyecto obtuvo una plaza para viajar a Silicon Valley junto a otros 51 emprendedores espa?oles.

Tras uno de los m¨²ltiples viajes que realiz¨® mientras participaba en concursos de todo el mundo, fue consciente de que la creaci¨®n e incluso el juego con robots est¨¢ m¨¢s dirigido a los ni?os que a las ni?as. ¡°Ahora parece una obviedad pero en ese momento fue muy revelador¡±, cuenta. Empez¨® entonces a interesarse por el lugar que ocupa la mujer dentro del mundo de la tecnolog¨ªa. ¡°De peque?a, yo misma ten¨ªa mil mu?ecas y no supe que hab¨ªa alternativas que quiz¨¢ habr¨ªan saciado m¨¢s mi curiosidad¡±. Se acerc¨® a Cristina Aranda, cofundadora de Mujeres Tech, una asociaci¨®n que promueve acciones para que se desarrolle m¨¢s talento de mujeres en el sector digital. Desde entonces, han viajado por EE UU junto a otras emprendedoras, han creado un campamento para ense?ar nuevas tecnolog¨ªas a ni?as y celebran un evento anual en Zaragoza con el apoyo de Google.

Desde octubre est¨¢ al frente del Instituto Tecnol¨®gico de Arag¨®n. ¡°De momento, sigo aprendiendo. Nunca antes hab¨ªa dirigido equipos y ahora tengo a 230 personas a mi cargo. Estoy aprendiendo a trabajar con empresas privadas desde el ¨¢mbito p¨²blico y est¨¢ siendo muy estimulante¡±, cuenta. ¡°Lo que tengo claro es que la creatividad, la innovaci¨®n, la educaci¨®n y la tecnolog¨ªa son cosas que est¨¢n dentro de m¨ª y van a seguir gui¨¢ndome¡±.