Qu¨¦ es lo que deber¨ªamos hacer (y no hacemos) para evitar morir antes de tiempo
En Espa?a, que cuenta con una de las esperanzas de vida m¨¢s altas en el mundo, las principales causas de muerte en 2020 fueron las enfermedades del sistema circulatorio y las enfermedades tumorales
Espa?a es uno de los pa¨ªses con la esperanza de vida m¨¢s alta del mundo. Seg¨²n estimaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), en 2019 ten¨ªa una esperanza de vida de 83,2 a?os (83,68 a?os en mujeres y 80,68 a?os en hombres), solo superada por Jap¨®n, Suiza y Corea del Sur.
Chile tampoco anda muy lejos: 80,7 a?os de esperanza de vida media. Por encima de los 79,9 a?os de Per¨² y los 76,6 de M¨¦xico y Argentina.
Pero, como es comprensible, siempre queremos vivir m¨¢s a?os.
La esperanza de vida es un indicador de salud promedio de la poblaci¨®n de referencia. Pero hay personas que viven muchos menos a?os y personas que viven bastantes m¨¢s. ?De qu¨¦ nos morimos antes de tiempo?
Las causas de muerte y muerte temprana
Seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, las principales causas de muerte en Espa?a en 2020 fueron las enfermedades del sistema circulatorio (un 24,3%) y las enfermedades tumorales (un 22,8%).
Si nos fijamos en las muertes tempranas ¨Ddefinidas como los a?os que una persona deja de vivir si fallece a una edad que no es la habitual de defunci¨®n para ese colectivo¨D, las causas cambian. En concreto, las principales causas de muerte prematura son aquellas relacionadas con la primera infancia (malformaciones, problemas en el parto) o con la edad joven (accidentes).
Esto nos deja una primera lecci¨®n en t¨¦rminos de prevenci¨®n: no son iguales las acciones para aumentar los a?os de vida que se pierden de forma prematura (por ejemplo, reducir los accidentes de tr¨¢fico) que las acciones para prevenir las principales causas de muerte (enfermedades del sistema circulatorio y tumorales, como hemos visto antes).
No todo es morirse: la esperanza de vida saludable
Aunque, evidentemente, las personas nos preocupamos por cu¨¢ndo vamos a morir, no todo es cuesti¨®n de si vivimos o fallecemos: tambi¨¦n interesa vivir con la mayor calidad de vida posible.
Para cuantificarlo existen indicadores de cu¨¢ntos a?os vivimos con mayor salud. Es el caso de la esperanza de vida saludable, que se define como el promedio de n¨²mero de a?os esperados que vive una persona disfrutando de buena salud, es decir, en ausencia de limitaciones funcionales o de discapacidad. En Espa?a, esta esperanza de vida saludable en el a?o 2019 era de 69,4 a?os en los hombres y 70,4 a?os en las mujeres.
Otra medida diferente es la esperanza de vida saludable a los 60 a?os. Se trata de un indicador de calidad de vida una vez se llega a la jubilaci¨®n, y en 2019 fue ligeramente superior en hombres (12,4) que en mujeres (12,3).
Para poder saber cu¨¢les son las causas que nos hacen perder m¨¢s a?os de vida saludable, existe un proyecto llamado Carga Global de Enfermedad (o Global Burden of Disease en ingl¨¦s). Su prop¨®sito es calcular, para diferentes tipos de causa, cu¨¢ntos a?os de vida saludable hacen perder. Este proyecto est¨¢ coordinado por el Institute of Health Metrics and Evaluation y en ¨¦l colaboran m¨¢s de 3 000 investigadores en 146 pa¨ªses. Para Espa?a, se estima que las principales causas de p¨¦rdida de a?os de vida saludable son el tabaquismo, la diabetes, la obesidad y la hipertensi¨®n.
Ni caso a los consejos m¨¦dicos
Las estad¨ªsticas, las descripciones epidemiol¨®gicas de lo que ocurre en nuestras sociedades, son una de las herramientas clave que tenemos sobre las que guiar nuestras acciones para mejorar la salud. Atendiendo a las estad¨ªsticas que hemos visto de esperanza de vida saludable, deber¨ªamos evitar fumar, comer mejor, hacer ejercicio o controlar la hipertensi¨®n.
A un adulto, cualquier m¨¦dico le har¨ªa estas cinco recomendaciones para una existencia longeva y saludable:
- No fumar.
- No consumir alcohol, y, si se consume, que sea la menor cantidad posible.
- Practicar ejercicio f¨ªsico a diario.
- Consumir frutas y verduras.
- No consumir comida r¨¢pida.
Por desgracia, si todo fuese tan f¨¢cil como decir a la gente lo que debe hacer, seguramente el trabajo de la medicina preventiva ser¨ªa mucho m¨¢s sencillo y los niveles de salud y calidad de vida ser¨ªan alt¨ªsimos. La realidad es que desde hace mucho tiempo sabemos que las decisiones y los comportamientos en salud son muy complejos y dependen de muchos factores.
Desde la epidemiolog¨ªa se ha estudiado c¨®mo la probabilidad de morir, la de vivir con buena o mala salud, o la de fumar, consumir alcohol o hacer ejercicio se distribuyen de forma desigual entre las personas que componen una misma poblaci¨®n.
De forma sistem¨¢tica, diferentes estudios epidemiol¨®gicos han vinculado, por ejemplo, una posici¨®n socioecon¨®mica desfavorecida con mayor riesgo de mala salud y una muerte prematura. Y esto no se debe a que las personas de clase m¨¢s baja no sepan que fumar o consumir alcohol es perjudicial, ni mucho menos. La raz¨®n es que estas personas est¨¢n expuestas a condiciones de vida que hacen que sea m¨¢s probable que tengan mala salud. Esto es lo que se conoce como el gradiente social de las enfermedades.
Las condiciones de nuestro barrio, nuestro trabajo, nuestra clase social, nuestro g¨¦nero, la educaci¨®n que recibimos o el entorno familiar modulan en gran medida c¨®mo nos comportamos. Por eso, a la hora de hacer recomendaciones de c¨®mo vivir con mejor salud se deben tener en cuenta los fen¨®menos sociales que influyen sobre nuestra salud, lo que llamamos determinantes sociales de la salud.
No sea pobre, no tenga padres pobres
Replicando un ejercicio de humor que realiz¨® David Gordons en 1999, una alternativa de recomendaciones de estilo de vida podr¨ªa ser:
- No sea pobre.
- No tenga padres pobres.
- No tenga un empleo estresante.
- Viva en una casa de buena calidad.
- No viva al lado de una f¨¢brica contaminante.
Pueden sonar como recomendaciones absurdas a nivel individual. Sin embargo, bajo un marco de determinantes sociales de la salud, se deben ver como esfuerzos colectivos que hacemos como sociedad para proteger, promover y promocionar la salud de todas las personas que la componemos.
Y de eso trata precisamente la salud p¨²blica: de esfuerzos colectivos que mejoren nuestra salud y bienestar globales, que eviten muertes prematuras y aumenten la esperanza de vida en buena salud de la poblaci¨®n.
Art¨ªculo realizado con el asesoramiento de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa.
Pedro Gull¨®n Tosio es profesor ayudante doctor en salud p¨²blica en la Universidad de Alcal¨¢.
Manuel Franco es profesor asociado en la Universidad de Alcal¨¢.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en The Conversation. Aqu¨ª puede leer el original.
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