No son tus hijos, no es tu jefe; es el sistema. As¨ª se genera el agotamiento o ¡®burnout¡¯ parental
Los tab¨²es sobre la maternidad impiden que muchas mujeres sepan qu¨¦ les ocurre o que sientan que pueden hablar sobre ello con los dem¨¢s
Cuando Ane Bengoa, de 36 a?os, empez¨® a criar a su beb¨¦ no sinti¨® esa conexi¨®n m¨¢gica de la que todo el mundo hablaba. Solo ten¨ªa ganas de llorar. Pero se trag¨® las l¨¢grimas, al final ten¨ªa un beb¨¦ sano, una pareja amorosa y una familia que los apoyaba. No ten¨ªa derecho a quejarse. Ane viv¨ªa en Ibiza y su familia, en Bilbao. Apenas ten¨ªa amigas con ni?os ni una red de apoyo. Se sent¨ªa sola, estaba enfadada con el mundo y no sab¨ªa muy bien por qu¨¦. ¡°Y de repente, pasa el tiempo y me doy cuenta de que no he tenido un minuto para m¨ª¡±, explica por WhatsApp. ¡°De que no me he mirado al espejo en varios meses, no he dormido m¨¢s de dos horas seguidas desde que naci¨® mi hijo. Todo mi mundo ha cambiado, la vida de los dem¨¢s sigue en movimiento y yo estoy quieta en casa y a la vez, no tengo un momento de quietud de calidad¡±.
Ane Bengoa ten¨ªa burnout o agotamiento parental, un t¨¦rmino no cl¨ªnico que designa a padres que est¨¢n tan agotados por la presi¨®n de cuidar a sus hijos que no les da la vida para m¨¢s. Un informe de la Universidad de Ohio, publicado en mayo, asegura que el 66% de los padres trabajadores cumple con los criterios para encajar en este perfil. El estudio incluye un test para comprobarlo.
Seg¨²n este an¨¢lisis, las mujeres son m¨¢s propensas que los hombres a sufrir agotamiento parental. Lo hacen en un 68%, frente al 42% de sus compa?eros. ¡°Es porque, a menudo, las mujeres siguen teniendo gran parte de la responsabilidad de cuidar a sus hijos, as¨ª como de equilibrar su vida laboral y familiar¡±, explica Bernadette Melnyk, autora del estudio, por correo electr¨®nico. Esta variable era, hasta cierto punto, esperable, pero la doctora Melnyk destaca otros aspectos menos evidentes a primera vista: ¡°El estudio proporcion¨® pruebas de que el agotamiento de los padres afecta negativamente no solo a estos, sino a sus hijos, que acaban externalizando de alguna forma el estr¨¦s¡±. El estudio se llev¨® a cabo entre enero y abril de 2021. Ofrece la instant¨¢nea de una ¨¦poca diferente, cuando Estados Unidos estaba encerrado en casa debido al coronavirus. El confinamiento fue la guinda, pero el pastel, confirma la doctora, llevaba tiempo cocin¨¢ndose.
Los datos son extrapolables a Europa y tambi¨¦n a esta nueva normalidad. No lo dice la autora, sino otra encuesta, elaborada por Lingokids en Espa?a, que llega a conclusiones llamativamente similares: un 67 % de los consultados admite que ¡°la importancia que conceden a ser un buen padre o madre y el esfuerzo que destinan a ese fin llega a ser agotador¡±.
El s¨ªndrome del agotamiento parental no solo no aparece en los manuales cl¨ªnicos, sino que tampoco lo hace en los diccionarios. Y no es porque sea un anglicismo, sino porque es algo de lo que no se habla. Hasta hace poco, hab¨ªa un tab¨² en torno a la maternidad y solo se pod¨ªa mencionar su parte positiva. Muchas de las afectadas ni siquiera sab¨ªan poner un nombre a lo que les estaba pasando. Lo que no tiene nombre no existe y tiende a ser invisibilizado por la sociedad. Lo confirma Lola, una profesora de 38 a?os de Sevilla: ¡°Muchos padres est¨¢n as¨ª, pero no lo cuentan, a menos que seas muy amiga y tengas confianza, la gente no se va a quejar¡±. Despu¨¦s de hablarlo con madres de distintas edades, ella cree que estamos ante un problema generacional. ¡°Mi madre no se sent¨ªa as¨ª, yo no s¨¦ qu¨¦ pasa¡ creo que, por un lado, no tenemos las herramientas que ellos ten¨ªan y, por otro, tenemos m¨¢s presi¨®n y m¨¢s informaci¨®n¡±.
De tus sobrinos a la ¡®influencer¡¯: c¨®mo la falta de modelos reales afecta a las madres
Ane Bengoa tuvo que ir a una psic¨®loga para exteriorizar lo que le suced¨ªa. Conoci¨® a un grupo de madres y cre¨® ¡°una tribu¡±. Hoy, meses despu¨¦s de poner nombre a lo que le pasaba, est¨¢ disfrutando de la crianza y se siente menos agotada. ¡°Ahora que ha pasado m¨¢s de un a?o, tengo una visi¨®n clara de lo que me ocurri¨®¡±, reflexiona. ¡°No tuve ejemplos de madres cerca de m¨ª, nunca tuve beb¨¦s cerca ni vi amamantar a ning¨²n familiar¡ Me faltan ejemplos en mi entorno¡±.
En Espa?a, nunca hab¨ªan nacido tan pocos ni?os como ahora. Ni siquiera durante la Guerra Civil. Y esto, de alguna forma, afecta a las madres primerizas: ¡°Las mujeres aprend¨ªan mucho de crianza por proximidad¡±, explica la psic¨®loga Isabel del Campo. ¡°Ten¨ªan contacto con amigas que ten¨ªan ni?os, con primos, con sobrinos¡ pero ahora, al bajar la natalidad, baja esa exposici¨®n a estar con otras madres antes de serlo. La mayor¨ªa de las mujeres se enfrenta a esa experiencia sin un conocimiento previo¡±. Y eso puede ser un problema.
Este se agrava a¨²n m¨¢s cuando la falta de referentes cercanos se sustituye por los famosos e influencers. ¡°La imagen que venden de la maternidad est¨¢ muy romantizada¡±, se?ala Natalia L¨®pez, barcelonesa de 33 a?os, con un hijo de tres. Desde las redes sociales, denuncia, se establecen unos est¨¢ndares poco realistas, con los que una madre primeriza tiende a compararse. Y en esa comparaci¨®n siempre sale perdiendo. ¡°Es como la imagen de c¨®mo ten¨ªa que ser la mujer en los a?os cincuenta, pero adaptada a la actualidad. Y da miedo. Tienes que estar siempre enamorada de tu hijo, que adem¨¢s tiene que ser el m¨¢s majo y compartir tus valores y ser el m¨¢s divertido. Y t¨² tienes que llegar a todo con tu mejor sonrisa y, si dejas de sacar tiempo para irte de ca?as, eres una de esas que desde que son madres han cambiado y se han vuelto imb¨¦ciles¡±.
El problema, coinciden las entrevistadas, no son los hijos ni el trabajo; es el sistema. La incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral ha hecho que los padres m¨¢s pudientes externalicen los cuidados y que los que no puedan permit¨ªrselo conjuguen trabajo y crianza, en un reparto de roles en el que la mujer suele tener las de perder. Por otro lado, hay mucha informaci¨®n sobre la crianza y muchos modelos idealizados con los que es dif¨ªcil identificarse. La maternidad se vende en las redes pasada por un filtro de Instagram. ¡°Tenemos un problema como sociedad¡±, se?ala la doctora Del Campo. ¡°Si se compaginan trabajo y crianza, lo m¨¢s probable es que se resientan las relaciones sociales y el tiempo para uno mismo. Y esto es dif¨ªcil de asumir en un contexto en el que hay mucha presi¨®n sobre los padres para educar de forma consciente, ser positivos, no perderse ni un minuto¡¡± Las entrevistadas coinciden con este diagn¨®stico. Tambi¨¦n lo hacen los estudios. Lo resume Natalia L¨®pez en una frase que ley¨® una vez y que se repite sin cesar desde entonces: ¡°Tenemos que criar a nuestros hijos como si no tuvi¨¦semos trabajo y tenemos que trabajar como si no tuvi¨¦ramos hijos¡±.
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