La mitad de las muertes por c¨¢ncer en el mundo se deben a factores de riesgo evitables
Un estudio refleja que el impacto del tabaco, el alcohol o los malos h¨¢bitos alimenticios, entre otros, estaba detr¨¢s de 4,45 millones de muertes por esta enfermedad en el planeta en 2019. Los fallecimientos por causas prevenibles han aumentado un 20% en la ¨²ltima d¨¦cada por el crecimiento en los pa¨ªses en desarrollo
Algunos de los causantes del c¨¢ncer tienen nombre y apellidos. No todos, pero buena parte de ellos, s¨ª. Nombre, apellidos y remedio. Porque son evitables, como ya recordaba en 2017 el onc¨®logo Josep Tabernero en una entrevista a EL PA?S: ¡°Cambiando los h¨¢bitos, ya se podr¨ªan reducir el 40% de los tumores¡±. Y no iba mal encaminado. Un estudio internacional publicado este jueves en la revista The Lancet dibuja el impacto real de estos carcin¨®genos: casi la mitad de las muertes por c¨¢ncer que se produjeron en el mundo en 2019 (4,45 millones), se deben a factores de riesgo evitables, como el tabaco, el alcohol, la obesidad, la poluci¨®n, las dietas poco saludables o la exposici¨®n laboral a elementos nocivos como el amianto, entre otros. Hace unos meses, otro onc¨®logo, el franc¨¦s Thierry Philip, apuntaba en la diana del gran enemigo: ¡°Si los europeos menores de 20 a?os dejasen ma?ana de fumar, la mortalidad por c¨¢ncer se reducir¨ªa a la mitad en 50 a?os¡±.
Los investigadores revisaron los datos del estudio de carga global de enfermedades, lesiones y factores de riesgo (GBD, por sus siglas en ingl¨¦s), que analiza 369 causas de muerte y discapacidad y 87 factores de riesgo para 204 pa¨ªses y territorios. En concreto, se centraron en estudiar el impacto de 34 factores de riesgo en las muertes y la mala salud de 23 tipos de c¨¢ncer y encontraron que, efectivamente, estos factores de riesgo explican el 44,4% de las muertes por c¨¢ncer en el mundo. M¨¢s en hombres que en mujeres: la mitad de todas las muertes masculinas por c¨¢ncer y m¨¢s de un tercio de los decesos derivados de procesos oncol¨®gicos en ellas tienen como punto de partida estos elementos potencialmente prevenibles.
Hay factores de riesgo ambientales, como la poluci¨®n; comportamentales, como fumar, beber alcohol o practicar sexo no seguro; y metab¨®licos, como los altos ¨ªndices de masa corporal o niveles elevados de glucosa en sangre. Pero en el punto de mira est¨¢, especialmente, el tabaco, que azuza la aparici¨®n de hasta 16 tipos de c¨¢ncer. Es el factor de riesgo m¨¢s determinante, a a?os luz del segundo, el alcohol, y del tercero, los altos ¨ªndices de masa corporal, que se asocian con el sobrepeso y la obesidad. Para ver el impacto de cada uno de ellos, los investigadores usaron el indicador de a?os de vida ajustados por discapacidad (DALY, por sus siglas en ingl¨¦s), que mide la carga de enfermedad global y expresa los a?os perdidos debido a enfermedad, discapacidad o muerte prematura. La tasa de DALY estandarizada por edad para el tabaco era de 677,3 a?os perdidos por 100.000 habitantes/a?o, mientras que la tasa para el alcohol era de 155 y para los ¨ªndices altos de masa corporal, 134.
Los investigadores encontraron tambi¨¦n diferencias entre hombres y mujeres: ellos est¨¢n m¨¢s expuestos a esos factores de riesgo y la carga de la enfermedad se traduce en m¨¢s a?os perdidos debido a la enfermedad, discapacidad o muerte prematura que provoca el c¨¢ncer. Hubo disparidad en los DALY atribuidos a fumar y consumo de alcohol, mucho mayores en hombres, ¡°lo que podr¨ªa deberse a una mayor exposici¨®n a estos factores de riesgo conductuales entre los hombres que entre las mujeres¡±, explican los autores. Asimismo, los a?os de vida ajustados por discapacidad atribuibles a carcin¨®genos en el trabajo tambi¨¦n fueron m¨¢s elevados en ellos, lo que podr¨ªa indicar, a?aden los investigadores, ¡°que los hombres son m¨¢s propensos que las mujeres a ser empleados en lugares de trabajo con mayor riesgo de exposici¨®n a carcin¨®genos¡±.
Auge de riesgos metab¨®licos
A pesar de que estos factores de riesgo son viejos conocidos de los onc¨®logos y de la ciudadan¨ªa, la investigaci¨®n alerta de que las muertes asociadas a estos factores prevenibles han aumentado un 20% en la ¨²ltima d¨¦cada. Y aunque el tabaco sigue a la cabeza como el gran espoleador del c¨¢ncer, los riesgos metab¨®licos representaron el mayor aumento porcentual en las muertes por c¨¢ncer y la mala salud, con un incremento de las muertes del 34,7 %.
El peso de los factores metab¨®licos crece a la par que los ¨ªndices de obesidad y sobrepeso, que se han disparado en los ¨²ltimos 20 a?os: seg¨²n el repositorio de datos Our World in Data, el exceso de grasa ha pasado de ser el causante de dos millones de muertes en 1990 a alcanzar los cinco millones en 2019. La comunidad cient¨ªfica ha alertado, adem¨¢s, de que las dietas poco saludables y el sedentarismo que inducen a la obesidad siguen al alza y los niveles de sobrepeso tambi¨¦n, en adultos y en ni?os. Una investigaci¨®n del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones M¨¦dicas (IMIM) de Barcelona concluy¨® en 2019 que ocho de cada 10 hombres y el 55% de las mujeres tendr¨¢n sobrepeso u obesidad en 2030.
La situaci¨®n, por pa¨ªses, es muy variable. Pero la carga de enfermedad m¨¢s elevada est¨¢ en los estados m¨¢s desarrollados. A pesar de disponer de m¨¢s acceso al diagn¨®stico, los mejores tratamientos y tasas de supervivencia m¨¢s elevada, tiene todo el sentido que la carga de esta enfermedad recaiga sobre los pa¨ªses ricos, explica Esteve Fern¨¢ndez, director de Epidemiolog¨ªa, Prevenci¨®n y Control del C¨¢ncer del Instituto Catal¨¢n de Oncolog¨ªa: ¡°El c¨¢ncer es una enfermedad cr¨®nica propia de los pa¨ªses desarrollados y es hacia donde van los pa¨ªses en desarrollo. A medida que crece un pa¨ªs, evoluciona de un patr¨®n de enfermedades infecciosas a un patr¨®n de enfermedades cr¨®nicas¡±.
Precisamente, apunta la investigaci¨®n, los pa¨ªses de medios o bajos ingresos est¨¢n en plena ¡°transici¨®n epidemiol¨®gica¡±: si bien en 2019 el peso de los a?os de vida perdidos atribuibles a los factores de riesgo del c¨¢ncer sol¨ªa aumentar en los pa¨ªses ricos, al ver la evoluci¨®n de la ¨²ltima d¨¦cada, esas tasas de DALY cayeron en los territorios m¨¢s desarrollados y los valores aumentaron en los pa¨ªses de medios-bajos ingresos. ¡°El aumento de la carga de c¨¢ncer atribuible al riesgo metab¨®lico podr¨ªa ser el resultado de que estos pa¨ªses experimenten una transici¨®n epidemiol¨®gica en la que las mejoras en el estado de desarrollo a nivel de pa¨ªs est¨¢n relacionadas con el aumento de los niveles de obesidad¡±, sopesan los investigadores en el art¨ªculo.
El mito de la dieta mediterr¨¢nea
En el mapa que dibuja el peso de los factores de riesgo en la carga de enfermedad y los a?os perdidos debido a los tumores, Espa?a est¨¢ a mitad de camino de los peores y los mejores en todos los indicadores. En el medio, explica C¨¦sar Rodr¨ªguez, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica: ¡°No estamos a la cabeza de nada, pero estamos segundos de todo. Incluso en factores metab¨®licos, por ejemplo, como la obesidad o el sobrepeso. El mito de la dieta mediterr¨¢nea est¨¢ muy bien, pero hay pa¨ªses mejor que nosotros. Parece que estamos adoptando costumbres y h¨¢bitos que se semejan a pa¨ªses que est¨¢n peor que nosotros¡±.
La tasa de DALY ajustada por edad para los factores ambientales y ocupacionales, como la exposici¨®n a la poluci¨®n o a carcin¨®genos como el amianto, el cadmio o el cromo, est¨¢ disparada en China y casi toda Europa (excepto Espa?a, Portugal, Irlanda y algunos pa¨ªses del centro del continente). La tasa de DALY para los factores comportamentales, como el tabaco, el alcohol o las dietas no saludables, est¨¢n bajas en los pa¨ªses escandinavos, mientras que en el este de Europa y Argentina, por ejemplo, se muestran en los umbrales m¨¢s elevados; Espa?a, Francia, Italia, Reino Unido y Norteam¨¦rica est¨¢n justo detr¨¢s de los niveles m¨¢s altos. El peso de los riesgos metab¨®licos, por su parte, se muestra con m¨¢s dureza en Estados Unidos, parte de Am¨¦rica Latina, Reino Unido y el este de Europa.
Muertes evitables
Rodr¨ªguez asegura que el estudio es ¡°de mucha calidad¡±: ¡°Y nos viene a decir de forma indirecta cu¨¢les son las muertes evitables. El 45% de las muertes por c¨¢ncer dependen de factores de riesgo que podr¨ªamos modificar y, por tanto, evitar¡±. La otra mitad de decesos, a?ade Rodr¨ªguez, se apunta a otras causas: desde hereditarias, hasta otros factores de riesgo no prevenibles, como el envejecimiento, o variables a¨²n por conocer. De hecho, los propios investigadores se?alan en el art¨ªculo que, entre sus limitaciones, aparte de la propia recogida de datos, que es m¨¢s o menos compleja seg¨²n el pa¨ªs, est¨¢ que los factores de riesgo incluidos en el estudio ¡°se basan en el conocimiento actual de los factores de riesgo de c¨¢ncer, pero a medida que se ampl¨ªa el conocimiento, puede haber factores de riesgo adicionales importantes para incorporar¡± a otras actualizaciones del GBD, apuntan. ¡°Adem¨¢s, existen factores de riesgo conocidos para el c¨¢ncer, como la exposici¨®n a la luz solar (es decir, radiaci¨®n ultravioleta) y agentes infecciosos, como Helicobacter pylori, que no est¨¢n incluidos en el estudio GBD¡±, a?aden.
Los investigadores se?alan la necesidad de ¡°m¨¢s compromiso pol¨ªtico¡± para alentar pol¨ªticas de salud para prevenir el c¨¢ncer. ¡°A nivel mundial, ha habido un progreso sustancial en la reducci¨®n de la exposici¨®n a tabaco que se puede vincular a esfuerzos de prevenci¨®n nacionales e internacionales coordinados. Las intervenciones a trav¨¦s de pol¨ªticas tributarias y regulatorias para el tabaquismo, incluidas pol¨ªticas libres de humo, aumento de los impuestos al tabaco y prohibiciones publicitarias (...) ha desempe?ado un papel importante en estos esfuerzos. Se han recomendado esfuerzos similares, incluidos impuestos y prohibiciones publicitarias, para ayudar a reducir el uso nocivo del alcohol¡±, apuntan.
Fern¨¢ndez asegura que todav¨ªa queda mucho recorrido para seguir ganando espacios y vidas al tabaco. ¡°Su impacto es entre cuatro y cinco veces m¨¢s elevado que el resto de factores. Lo triste es que no hagamos nada y lo peor es que sabes qu¨¦ pol¨ªticas funcionan, pero los gobiernos no las implementan. Hay una brecha entre lo que sabemos que funciona y lo que se pone en pr¨¢ctica: la legislaci¨®n de espacios sin humos va bien porque protege a los no fumadores y hace que los fumadores se lo piensen. Tambi¨¦n sabemos que subir el precio disminuye la compra de tabaco y controlar la publicidad o hacer el empaquetado gen¨¦rico. Son medidas baratas¡±, defiende el experto, que tambi¨¦n propone incrementar los impuestos a las bebidas azucaradas o quitar m¨¢quinas expendedoras con productos poco saludables de las escuelas.
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