El misterio de la vitamina D: la mayor¨ªa de la poblaci¨®n espa?ola vive con d¨¦ficit a pesar del sol
La falta de evidencia cient¨ªfica sobre la suplementaci¨®n influye en la falta de esta vitamina, que aumenta el riesgo de fracturas ¨®seas
La vitamina D que almacenamos en nuestro organismo se sintetiza en un 90% a trav¨¦s de la exposici¨®n solar. Seg¨²n datos de la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), en un pa¨ªs como Espa?a, que suma m¨¢s de 2.500 horas de sol al a?o, bastar¨ªa con exponer al sol la cara y los brazos entre 5 y 15 minutos diarios durante las horas centrales del d¨ªa (y solo entre marzo y octubre) para mantener unos niveles adecuados. Sin embargo, y pese a ese punto de partida, una gran parte de la poblaci¨®n espa?ola vive con d¨¦ficit de vitamina D y con niveles de esta vitamina muy inferiores a los que presentan los ciudadanos de otros pa¨ªses del norte de Europa que cuentan con muchas menos horas de sol anuales.
As¨ª lo ha constatado un estudio publicado en la revista Scientific Reports (Nature) y dirigido por la doctora Diana D¨ªaz Rizzolo, doctora en Biomedicina, miembro del Instituto de Investigaciones Biom¨¦dicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y docente de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Seg¨²n los resultados de la investigaci¨®n, centrada en Catalu?a, el 75% de la poblaci¨®n presentar¨ªa niveles bajos de vitamina D, una cifra que sube hasta el 80% en el caso de la poblaci¨®n joven.
¡°Los datos podr¨ªan sorprendernos de entrada dada la exposici¨®n solar que tenemos en Espa?a, pero si indagamos un poco m¨¢s veremos que muchos pa¨ªses de la cuenca mediterr¨¢nea como Italia o Grecia presentan los mismos d¨¦ficits¡±, explica por tel¨¦fono a EL PA?S la investigadora, que considera que este d¨¦ficit generalizado tiene varias explicaciones. Por un lado, hay una baja exposici¨®n al sol en las horas de m¨¢s calor (¡°nos cuesta m¨¢s salir a la calle en esas horas que nos ayudar¨ªan a guardar bastante vitamina D para otros momentos del a?o en que no tenemos tanto sol¡±). Por otro, se usan, cada vez de forma m¨¢s generalizada, protectores solares: ¡°Sabemos que su uso es muy beneficioso para muchas cosas, pero por, otra parte, impiden sintetizar la vitamina D¡±.
Y, por ¨²ltimo, la dieta, que aunque no es la fuente principal de absorci¨®n de vitamina D, tambi¨¦n ayuda. ¡°No tomamos las suficientes raciones de alimentos ricos en vitamina D como el pescado azul, y tampoco solemos apostar por alimentos enriquecidos con esta vitamina como la leche. Y, adem¨¢s, tampoco tenemos campa?as de suplementaci¨®n para asegurarnos de que la poblaci¨®n tiene unos niveles ¨®ptimos, como s¨ª hacen en los pa¨ªses n¨®rdicos¡±, reflexiona. En Suecia, por ejemplo, incluso en las regiones m¨¢s al norte, el porcentaje de personas con deficiencia de vitamina D no llega al 20%.
Las deficiencias en la suplementaci¨®n y en el control de la vitamina D son precisamente otros dos de los datos m¨¢s significativos aportados por la investigaci¨®n liderada por D¨ªaz Rizzolo. Seg¨²n los mismos, apenas el 10% de la poblaci¨®n espa?ola tiene analizados sus niveles de vitamina D y, cuando se analizan, muchas veces, pese a ser deficitarios, no se suplementan. ¡°Estamos suplementando a menos de la mitad de la poblaci¨®n con d¨¦ficit de vitamina D¡±, se?ala la autora, que reconoce no obstante que estos datos van en consonancia con lo que dictan las gu¨ªas de las principales sociedades cient¨ªficas como la Sociedad Europea de Endocrinolog¨ªa, que recomiendan ¨²nicamente el an¨¢lisis y la suplementaci¨®n en los grupos de poblaci¨®n considerados de riesgo, entre ellos los ancianos, las personas con desnutrici¨®n y con problemas ¨®seos y fracturas, los pacientes de enfermedades que afecten al metabolismo ¨®seo o los ciudadanos que tienen muy baja exposici¨®n solar.
¡°Lo curioso es que, hasta hace poco la vitamina D era algo que no se analizaba casi nunca, salvo en los casos recomendados¡±, explica Violeta Ram¨ªrez, m¨¦dica de atenci¨®n primaria en las Islas Baleares y coordinadora del grupo de trabajo de Nutrici¨®n y Alimentaci¨®n de la semFYC. Sin embargo, a?ade, ahora hay much¨ªsimo inter¨¦s en la vitamina D y cada vez se est¨¢n pidiendo m¨¢s los niveles en las consultas de atenci¨®n primaria. Por ejemplo, en mujeres que est¨¢n buscando el embarazo sin conseguirlo, o en personas de 40 o 50 a?os que llegan a consulta refiriendo dolores musculares y ¨®seos. ¡°Estos casos no est¨¢n entre los supuestos para pedir los niveles, pero lo curioso es que cada vez que los pides, ves que s¨ª, que los resultados coinciden con los del estudio: los niveles son sub¨®ptimos e, incluso, hay personas que presentan una deficiencia severa de vitamina D¡±, explica la experta, que considera que es necesaria m¨¢s investigaci¨®n para ver si es recomendable generalizar la petici¨®n de estos an¨¢lisis: ¡°Al final, en medicina, todo es dinero. Yo dir¨ªa que s¨ª podr¨ªa ser necesario generalizar estos an¨¢lisis, pero luego los gestores nos dir¨¢n que es insostenible hac¨¦rselos a todo el mundo¡±.
Falta evidencia s¨®lida sobre el papel de la vitamina D
Para Violeta Ram¨ªrez, el mayor riesgo del d¨¦ficit de vitamina D se asocia a la fragilidad en las personas ancianas. ¡°En este grupo de poblaci¨®n el d¨¦ficit aumenta el riesgo de fractura ¨®sea y, consecuentemente, la morbimortalidad, ya que en esas personas una fractura puede ser el final¡±. En ese mismo sentido, un estudio reciente publicado en Annals of Internal Medicine por investigadores australianos bas¨¢ndose en los datos de m¨¢s de 300.000 pacientes del Biobanco del Reino Unido conclu¨ªa que el d¨¦ficit de vitamina D se asocia con un mayor riesgo de mortalidad; y que cuanto mayor es ese d¨¦ficit, m¨¢s se incrementa el riesgo.
¡°Nuestro estudio resalta la necesidad de prevenir la deficiencia de vitamina D y sugiere que los beneficios de hacerlo son generalizados, sobre todo en personas que tienen concentraciones muy bajas de esta vitamina, que a menudo son tambi¨¦n las personas m¨¢s vulnerables, como por ejemplo los ancianos que viven en una residencia y apenas pueden pasar tiempo al aire libre¡±, reflexiona por correo electr¨®nico Elina Hypp?nen, autora principal del estudio y directora del Australian Centre for Precision Health.
Para Diana D¨ªaz Rizzolo, lo complicado en este tipo de estudios es probar una relaci¨®n de causalidad entre el d¨¦ficit de vitamina D y la mortalidad. Un h¨¢ndicap, el de falta de evidencia cient¨ªfica robusta, que para la investigadora del Instituto de Investigaciones Biom¨¦dicas August Pi i Sunyer es lo que lastra la generalizaci¨®n de los an¨¢lisis y la suplementaci¨®n de vitamina D. Hay mucho inter¨¦s, pero poco dato concluyente. Solo en 2022, de hecho, se publicaron investigaciones que, por ejemplo, relacionaban el d¨¦ficit de vitamina D con la inflamaci¨®n cr¨®nica, con un peor funcionamiento cerebral y con la demencia (liderado por la propia Elina Hypp?nen), con una mayor gravedad de la enfermedad y mayores ¨ªndices de mortalidad entre los pacientes hospitalizados con covid 19, con el riesgo de perder fuerza muscular, con unos peores datos de supervivencia en pacientes con melanoma y su suplementaci¨®n con una mejora de los s¨ªntomas en pacientes con depresi¨®n.
Sin embargo, tambi¨¦n hay estudios que apuntan en la direcci¨®n contraria. Sin ir m¨¢s lejos, una investigaci¨®n publicada en verano en The New England Journal of Medicine conclu¨ªa que la suplementaci¨®n con vitamina D, en comparaci¨®n con el placebo, no redujo las fracturas totales, no vertebrales o de cadera, en adultos mayores y de mediana edad sanos. Y otras investigaciones alertan de los riesgos de la suplementaci¨®n excesiva.
¡°Lo primordial ahora mismo es saber exactamente qu¨¦ implicaci¨®n tiene la vitamina D en diferentes aspectos de la salud, ya que hasta ahora tenemos una evidencia cient¨ªfica muy b¨¢sica que impide que se puedan tomar decisiones cl¨ªnicas que afecten a todo un grupo de poblaci¨®n. Necesitamos m¨¢s ciencia¡±, concluye D¨ªaz Rizzolo.
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