Las bacterias multirresistentes matan 20 veces m¨¢s que los accidentes de tr¨¢fico en Espa?a

Las infecciones por bacterias multirresistentes son, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), una de las diez principales amenazas para la salud p¨²blica en todo el mundo. En 2019, estas bacterias que no responden al tratamiento con antibi¨®ticos estuvieron presentes en unos cinco millones de muertes y fueron la causa directa de 1,27 millones de fallecimientos. Para 2050, algunas estimaciones colocan a estas resistencias microbianas como la primera causa global de muerte, algo que hace imperativo instaurar mejores medidas de prevenci¨®n, limitar el uso de antibi¨®ticos a los casos en que son necesarios para reducir la aparici¨®n de nuevas resistencias, controlar su uso veterinario y desarrollar nuevos compuestos.

Medir la dimensi¨®n de este problema es esencial para controlarlo y saber qu¨¦ funciona para combatirlo. Esta ma?ana, en un encuentro de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica (SEIMC), en el Colegio Oficial de M¨¦dicos de Madrid, se ha presentado un estudio realizado por 260 investigadores en 130 hospitales que trata de evaluar el problema. Jos¨¦ Miguel Cisneros, coordinador del informe, ha resaltado que, seg¨²n las estimaciones de este trabajo, ¡°en el a?o 2023 fallecieron en Espa?a 23.303 personas¡±. ¡°La cifra es veinte veces superior a la de personas fallecidas en accidentes de tr¨¢fico¡±, ejemplific¨®. Los datos son semejantes a dos estudios anteriores, realizados en 2018 y 2019.

En total, se produjeron m¨¢s de 150.000 infecciones con bacterias resistentes a los antibi¨®ticos. La infecci¨®n m¨¢s frecuente fue la de v¨ªas urinarias, con un 42,7% del total, seguida por un 15,6 que representan las gastroenteritis. De media, la mortalidad por este tipo de infecciones fue del 15%, pero la cifra llegaba al 31,3% en el caso de las neumon¨ªas, que son las m¨¢s letales, y las de foco desconocido, que son menos numerosas, pero casi igual de mortales.

Aunque, como en el resto de las enfermedades, la edad es un factor de riesgo, Cisneros ha incidido en que ¡°le puede tocar a todo el mundo¡±. ¡°Hay personas j¨®venes, sin patolog¨ªas previas, que pueden ingresar en el hospital por un traumatismo y pueden infectarse y morir, en algunos casos con un riesgo similar a la etapa anterior a la aparici¨®n de los antibi¨®ticos¡±, ha advertido.

De estas infecciones multirresistentes, casi la mitad se adquirieron durante un ingreso en el hospital por otros motivos. La media de edad de las personas infectadas fue de 70,8 a?os y los autores del estudio han calculado que estas bacterias supusieron una p¨¦rdida acumulada de 189.535 a?os de vida, estimando la esperanza de vida media de los afectados, aproximadamente, ocho a?os, de media, por cada fallecido.

Para combatir el problema de las resistencias, desde la SEIMC han enfatizado la importancia de los Programas de Optimizaci¨®n de Uso de los Antibi¨®ticos (PROA). Estos programas trabajan, tanto en el ¨¢mbito hospitalario como en el de atenci¨®n primaria, para optimizar la prescripci¨®n de antibi¨®ticos, para mejorar el pron¨®stico de los pacientes que los necesitan, minimizar los efectos adversos y controlar la aparici¨®n de resistencias. El objetivo es reducir el consumo en un 27%.

En 2016, por cuarta vez en su historia, la Asamblea General de las Naciones Unidas firm¨® una declaraci¨®n para coordinar a los estados miembros frente a una amenaza sanitaria. Despu¨¦s del VIH/sida, el ¨¦bola y las enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares o el c¨¢ncer, los pa¨ªses de la ONU llegaron a un acuerdo para combatir la resistencia a los antibi¨®ticos por considerarla una de las mayores amenazas para la medicina moderna.

Hasta hace menos de un siglo, una simple infecci¨®n por estos microorganismos, que ahora se cura con una semana de antibi¨®ticos, pod¨ªa poner en peligro la vida. La llegada de estos antimicrobianos acab¨® con esa posibilidad, pero las bacterias han seguido evolucionando y adapt¨¢ndose para resistir a los medicamentos. El uso masivo de antibi¨®ticos en granjas, la globalizaci¨®n y una falta de inter¨¦s econ¨®mico por desarrollar nuevos tratamientos han agravado el peligro de las bacterias resistentes.

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