Las migraciones prehist¨®ricas explican la predisposici¨®n de los europeos a sufrir esclerosis, alzh¨¦imer y diabetes
El an¨¢lisis gen¨¦tico de miles de restos humanos del Neol¨ªtico y el Mesol¨ªtico explica c¨®mo las mutaciones que protegieron a los primeros pastores predisponen a sufrir enfermedades autoinmunes
La prehistoria es, en gran medida, un misterio. Sin escritura, no ha dejado relatos, solo ruinas, polvo y huesos. Pero acontecimientos grandes y peque?os quedaron registrados en el interior de estos huesos. Cuentan historias que la humanidad no ha aprendido a leer hasta hace apenas 10 a?os, cuando las t¨¦cnicas modernas de secuenciaci¨®n del genoma empezaron a funcionar. Fue entonces cuando cient¨ªficos de la Universidad de Copenhague se pusieron a investigar el material gen¨¦tico de 1.600 restos humanos, principalmente del Neol¨ªtico y el Mesol¨ªtico. Empezaron entonces una investigaci¨®n tit¨¢nica que cristaliza este mi¨¦rcoles en la publicaci¨®n cuatro estudios en la revista Nature. ¡°Nos hemos llevado muchas sorpresas¡±, explican los autores. ¡°Y estamos seguros de que hay muchas m¨¢s esperando a ser descubiertas¡±. Los resultados proporcionan informaci¨®n sobre la historia europea de los ¨²ltimos 15.000 a?os y destacan c¨®mo las migraciones del pasado explican qui¨¦nes son y por qu¨¦ enferman los europeos modernos. La gen¨¦tica ha abierto una ventana a un pasado remoto y desconocido que arroja luz sobre el presente.
Se sabe que los europeos tienen hoy hasta un 80% m¨¢s de probabilidades de desarrollar esclerosis m¨²ltiple que las personas de origen asi¨¢tico. Que los europeos del norte son m¨¢s propensos a sufrir esta enfermedad autoinmune del sistema nervioso que los del sur. Ahora, tambi¨¦n se sabe por qu¨¦. Esta predisposici¨®n se empez¨® a formar hace unos 5.000 a?os, cuando llegaron al continente los pastores de la estepa p¨®ntica, una zona que se extiende por parte de la actual Ucrania, el sur de Rusia y la frontera de Kazajist¨¢n. Se cree que las variantes gen¨¦ticas asociadas con la esclerosis tuvieron una ventaja inmunol¨®gica para estos pastores, en un momento en que aumentaban las enfermedades infecciosas por su contacto directo y prolongado con el ganado.
¡°Es un ejemplo muy bonito de c¨®mo los cambios en el estilo de vida pueden aumentar o disminuir el riesgo de enfermar o incluso introducir nuevos pat¨®genos¡±, explic¨® en la presentaci¨®n virtual del estudio Astrid Iversen, vir¨®loga de la Universidad de Oxford. ¡°Nuestro estilo de vida ha cambiado gracias a la higiene, tenemos menos contacto con los animales y vemos menos beneficios en estas variantes, que pueden degenerar en respuestas autoinmunes, pero es importante darse cuenta de que esto es algo nuevo, de los ¨²ltimos 200 a?os¡±.
Los mismos genes que hace milenios nos empezaron a proteger de nuevas enfermedades, llevan un pu?ado de d¨¦cadas revolvi¨¦ndose contra nosotros. Pero cabe pensar que en el futuro, si el ambiente no var¨ªa, estas mutaciones se ir¨¢n descartando para adaptarse a la nueva realidad. ¡°Una de las cosas que hemos visto es que los genes relacionados con el sistema inmune se seleccionan dependiendo de los pat¨®genos con los que este tiene que lidiar, las variaciones gen¨¦ticas dependen del ecosistema¡±, explic¨® la vir¨®loga. Esta idea, reconoci¨®, ya se ha manejado como hip¨®tesis con anterioridad. ¡°Pero no se ha demostrado de una forma tan clara como lo hemos visto nosotros, tenemos una evidencia s¨®lida¡±.
Otro an¨¢lisis ha rastreado las variantes gen¨¦ticas asociadas con el riesgo de diabetes y el alzh¨¦imer. Y ha concluido que est¨¢n relacionadas con la ascendencia de cazadores-recolectores occidentales. Una vez m¨¢s, esta mutaci¨®n gen¨¦tica, que hoy tiene efectos negativos, tuvo en su momento cierto sentido desde el punto de vista evolutivo. ¡°La combinaci¨®n de genes que predispone a sufrir alzh¨¦imer tiene tambi¨¦n efectos protectores en el embarazo¡±, se?al¨® la doctora Iversen. ¡°Hay una ventaja enorme, especialmente en poblaciones donde muchos ni?os mueren j¨®venes y donde la esperanza de vida no va a ser muy alta, as¨ª que el alzh¨¦imer no tendr¨ªa mucho impacto¡±.
No se puede tratar algo sin saber de donde viene, y estos estudios dan una idea muy clara del origen de las enfermedades, resumi¨® en la presentaci¨®n Rasmus Nielsen, bi¨®logo de la Universidad de Berkley. El an¨¢lisis, explic¨®, pone en evidencia que la evoluci¨®n gen¨¦tica supone aceptar un cierto balance: ¡°Hay mutaciones que pueden ser protectoras en un ambiente y negativas en otro. Esto nos da una visi¨®n global que puede desmitificar el origen de estas enfermedades¡±.
Por qu¨¦ en el sur de Europa son m¨¢s bajos
El estudio gen¨¦tico tambi¨¦n explica aspectos m¨¢s triviales, pero igualmente interesantes. La estatura media de un hombre en Espa?a se sit¨²a en 1,76 cent¨ªmetros, mientras que en Holanda est¨¢ en torno al 1,84. Estas diferencias de altura entre el norte y el sur de Europa son de sobra conocidas, pero gracias a este an¨¢lisis se sabe que empezaron a gestarse hace miles de a?os. Estar¨ªan asociadas con una ascendencia esteparia diferencial, no tanto con cuestiones de selecci¨®n o alimentaci¨®n actual. El estudio tambi¨¦n pone de manifiesto c¨®mo el genoma humano cambi¨® al modificar la dieta, con la llegada de la agricultura. Lo interesante, se?alan los expertos, no es tanto lo que revela sobre nuestro pasado, sino ponerlo en contexto con los mapas gen¨¦ticos actuales.
¡°En estos vemos que existen estas diferencias entre Europa del norte y del sur; o del este y el oeste¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica el genetista del CSIC Carles Lalueza-Fox, que tambi¨¦n ha participado en el estudio. ¡°Pero no somos capaces de saber a cu¨¢nto se remontan estas, ni de entender por qu¨¦ han ocurrido¡±. Disponer de una escala temporal de genomas permite hacerlo. Antes ten¨ªamos una fotograf¨ªa, ahora se han ido a?adiendo fotogramas anteriores, componiendo una pel¨ªcula. ¡°En los ¨²ltimos a?os hemos estado reconstruyendo las migraciones. Pero ahora, a partir de ellas, se est¨¢ proporcionando una explicaci¨®n del origen de la enfermedad¡±.
Se cree que tres grandes migraciones han dado forma a la diversidad gen¨¦tica de las poblaciones modernas de Eurasia occidental: la llegada de cazadores-recolectores de hace unos 45.000 a?os, la expansi¨®n de los agricultores neol¨ªticos de Oriente Medio de hace unos 11.000 y la llegada de los pastores esteparios hace unos 5.000 a?os. ¡°Estas tres grandes ancestralidades tienen frecuencias distintas de genes que predisponen a ciertas enfermedades¡±, se?ala Lalueza-Fox. ¡°Entonces, puedes verlas y compararlas¡±. El estudio, de hecho, cotej¨® el genoma antiguo con el de unos 410.000 europeos blancos actuales del Reino Unido. As¨ª, los investigadores pudieron cuantificar la proporci¨®n de material gen¨¦tico de estas poblaciones prehist¨®ricas en los europeos modernos y su relaci¨®n con ciertas enfermedades.
El genetista destaca como fortaleza de este estudio el hecho de que haya secuenciado los genomas enteros. ¡°La mayor¨ªa de trabajos se limitan a genotipar un mill¨®n de posiciones variables en el genoma, de las cuales te salen la mitad. Con eso ya tienes bastante como para hacer gen¨¦tica de poblaciones¡±, explica. ¡°Pero aqu¨ª se ha secuenciado todo el genoma, lo que da m¨¢s capacidad de rastrear fen¨®menos¡±.
La parte m¨¢s d¨¦bil del estudio, por contra, se debe a una limitaci¨®n arqueol¨®gica. El ADN se conserva mejor en climas fr¨ªos que en aquellos templados y c¨¢lidos, especialmente si han pasado miles de a?os. ¡°Hay un sesgo claro hacia zonas del norte, porque se han conservado pocas muestras en el sur de Europa¡±, lamenta el experto. De hecho, uno de los cuatro estudios se limita a Dinamarca, al analizar los cambios demogr¨¢ficos, culturales y de dieta de la poblaci¨®n danesa en la prehistoria.
En cualquier caso, este estudio a?ade 1.600 genomas prehist¨®ricos a una base que ya sobrepasa los 10.000. ¡°Y en pocos a?os, la cifra se va a doblar¡±, apunta Lalueza-Fox. ¡°Es una progresi¨®n exponencial, limitada solo por el n¨²mero de individuos disponibles¡±. La carrera por arrancar la historia de la prehistoria pasa por yacimientos milenarios y modernos laboratorios. Herramientas del pasado y tecnolog¨ªa del futuro que se combinan para leer relatos que nunca fueron escritos en libros, sino en el coraz¨®n de los huesos.
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