Los test de microbioma de venta al p¨²blico no son ¨²tiles
Un art¨ªculo publicado en la revista ¡®Science¡¯ pide m¨¢s regulaci¨®n para un tipo de pruebas que, por ahora, no sirven para mejorar la salud de los pacientes
En 1904, en una charla en el Instituto Pasteur de Par¨ªs, Elie Metchnikoff, uno de los padres de la inmunolog¨ªa moderna, plante¨® su idea de que el envejecimiento lo provocaban bacterias da?inas que viven en nuestro intestino. Para retrasarlo, recomendaba comer yogur, un alimento con bacterias beneficiosas muy consumido en una regi¨®n de Bulgaria conocida por la longevidad de sus habitantes. Aunque despu¨¦s intent¨® matizar las propiedades milagrosas del yogur, la noticia escrita por un periodista en la conferencia provoc¨® un auge en el consumo del producto, visto como un elixir antienvejecimiento.
Desde entonces, lo que se sabe sobre los microbios que tenemos dentro se ha multiplicado y cada vez est¨¢ m¨¢s clara su relevancia en la salud humana, pero ese conocimiento a¨²n despierta expectativas excesivas. Los cient¨ªficos reconocen que todav¨ªa se sabe poco sobre c¨®mo aplicar ese conocimiento para mejorar la salud humana. Sin embargo, hay una gran cantidad de compa?¨ªas que venden test para conocer el microbioma dirigidos a personas con todo tipo de dolencias.
La compa?¨ªa Synlab, por ejemplo, recomienda su test myBiome a personas con alteraciones digestivas, enfermedades cardiovasculares o fatiga cr¨®nica. La prueba, que se realiza a partir de una muestra de heces, se vende por 313 euros a trav¨¦s de su web. El grupo Quir¨®n propone dos tipos de test de microbiota intestinal, uno simple, por 290 euros, y uno completo, por 490, para pacientes con patolog¨ªas gastrointestinales, incluido el c¨¢ncer de colon. En su p¨¢gina se especifica que no es necesaria la prescripci¨®n m¨¦dica. Ni Synlab ni Quir¨®n quisieron hablar con este peri¨®dico para este art¨ªculo.
En un art¨ªculo que publica la revista Science, varios expertos en aspectos legales y m¨¦dicos afirman que la industria de los test de microbioma de venta directa a los consumidores necesita m¨¢s regulaci¨®n. En referencia al mercado de EE UU, escriben: ¡°Las afirmaciones de las compa?¨ªas de que son capaces de detectar microbiomas anormales no est¨¢ fundamentada en la investigaci¨®n. Los test carecen de validez anal¨ªtica y cl¨ªnica y requieren [m¨¢s supervisi¨®n gubernamental] para prevenir el da?o a los consumidores¡±, concluyen.
Las t¨¦cnicas de secuenciaci¨®n empleadas para analizar las muestras, normalmente de heces enviadas por correo, identifican los microorganismos presentes, su abundancia relativa y, en algunos casos, las funciones metab¨®licas de esos microbios. Al cabo de unas semanas, un tiempo que var¨ªa seg¨²n compa?¨ªas, se recibe un informe en el que se describe el estado del microbioma, que se coloca en el espectro sano o enfermo. Este veredicto, seg¨²n explican los autores del art¨ªculo de Science, se basa en la comparaci¨®n del microbioma del usuario con el de otros sujetos saludables o que sufren algunas dolencias. La composici¨®n de las bases de datos de las compa?¨ªas, limitadas, hacen que los datos no sean representativos y las comparaciones poco ¨²tiles.
¡°Se lanzan productos que analizan la microbiota en busca de una disbiosis [un desequilibrio el ecosistema microbiano de los pacientes] con el grand¨ªsimo defecto de que no hay una tecnolog¨ªa universalmente validada¡±, afirma Francisco Guarner, digest¨®logo y miembro del comit¨¦ cient¨ªfico del Consorcio Internacional del Microbioma Humano. ¡°Hay muchas tecnolog¨ªas en marcha, algunas mejores que otras, pero lo m¨¢s importante es que no hay marcadores claros que se puedan asociar a una decisi¨®n cl¨ªnica. Los m¨¦dicos no suelen pedir estos test, ni en el sistema p¨²blico ni en el privado, los piden m¨¢s los dietistas o la gente de la medicina alternativa, pero el negocio va dirigido al consumidor¡±, explica. ¡°Como el producto final no lo sabe interpretar nadie y no hay validaci¨®n del significado de los marcadores, se crean unos informes para justificar lo que cobran, de 20 o 30 p¨¢ginas, que el paciente lee muchas veces horrorizado y que, a veces, lleva al m¨¦dico, que no sabe qu¨¦ decir¡±, concluye Guarner.
El equipo liderado por Diane Hoffmann, de la Universidad de Maryland (EE UU), se?ala que ¡°aproximadamente el 45% de las compa?¨ªas identificadas venden suplementos que las compa?¨ªas recomiendan a los consumidores a partir de sus resultados. Adem¨¢s, estas compa?¨ªas animan a repetir los test para determinar si estos suplementos o los cambios en la dieta han modificado el microbioma de los clientes¡±, a?aden.
La falta de validez anal¨ªtica se observ¨® en que, con la misma muestra, distintos laboratorios ofrec¨ªan diferentes resultados, algo que tambi¨¦n sucedi¨® cuando se envi¨® la misma muestra al mismo laboratorio. Los autores creen que estas inconsistencias se pueden deber a defectos en la recogida de muestras, en su env¨ªo y preservaci¨®n, diferencias en el software o en las bases de datos empleadas como referencia o por las tecnolog¨ªas empleadas en los an¨¢lisis. Adem¨¢s, incluso contando con sistemas que permitan un an¨¢lisis v¨¢lido, no hay consenso sobre lo que significa tener la microbiota sana.
¡°Hay un rango de microbiotas diferentes que pueden estar sanas y hay una enorme heterogeneidad entre individuos. Cada persona tiene una historia diferente y eso hace que cada uno tenga una microbiota diferente¡±, explica Ferm¨ªn Milagro, director de la l¨ªnea de nutrici¨®n de precisi¨®n del Centro de Investigaci¨®n en Nutrici¨®n de la Universidad de Navarra. En su opini¨®n, los datos de los tests podr¨ªan ser ¨²tiles ¡°para ver una disbiosis enorme, si hay tres especies que dominan mucho o, si los precios fuesen m¨¢s baratos, para ver si con un tratamiento estoy variando un par¨¢metro que me interesa¡±. ¡°Pero no te van a permitir predecir tu riesgo de alzh¨¦imer en la pr¨®xima d¨¦cada¡±, a?ade. ¡°Creo que, en breve, los tests pueden tener aplicaciones muy interesantes, pero con una interpretaci¨®n de profesionales formados, no enviando al cliente un informe que no va a saber entender¡±, indica.
El uso de los an¨¢lisis del microbioma, con objetivos bien definidos e interpretados por profesionales, tambi¨¦n lo defiende la investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) Nuria Malats. Ella public¨® un estudio en el que consigui¨® asociar una combinaci¨®n de 17 microorganismos del intestino con el riesgo de sufrir c¨¢ncer de p¨¢ncreas. Este sistema se plantea como un m¨¦todo para detectar el c¨¢ncer de p¨¢ncreas antes de que sea tarde para tratarlo, pero a¨²n requerir¨¢ mucho trabajo para validar su utilidad cl¨ªnica y poder utilizarlo como m¨¦todo de diagn¨®stico precoz. Malats coincide con la tesis de Hoffman y sus colegas sobre los test que se venden directamente a los consumidores. ¡°Es demasiado prematuro¡±, afirma. ¡°Esto es como los test gen¨¦ticos, que te dicen que tienes un gen, pero eso, ?qu¨¦ significa? Esto es a¨²n m¨¢s complejo, porque los test gen¨¦ticos no cambian a lo largo de la vida, pero el microbioma es muy din¨¢mico¡±, se?ala.
Los expertos coinciden en la necesidad de una mejor regulaci¨®n. Ahora, ni la Agencia Europea del Medicamento, ni su hom¨®loga estadounidense, la FDA, controlan estos productos. ¡°Aunque muchas de las compa?¨ªas aclaran que sus tests no son diagn¨®sticos, muchos de las afirmaciones del m¨¢rketing implican, y pueden llevar a los consumidores a creer, que los resultados se basan en la precisi¨®n cient¨ªfica y que son m¨¦dicamente relevantes, cuando eso no se ha fundamentado¡±, aseveran los autores del art¨ªculo. Entre los riesgos de esta informaci¨®n poco fiable, que en muchos casos utilizan personas que han peregrinado durante a?os en busca de soluciones para sus problemas de salud, se se?ala un autodiagn¨®stico err¨®neo o la sustituci¨®n de suplementos por medicamentos prescritos por profesionales. ¡°Es una p¨¦rdida de dinero¡±, resume Guarner.
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