Los nanopl¨¢sticos llegan a la leche materna y al interior de las c¨¦lulas: ?c¨®mo afectan a la salud?
Estudios en c¨¦lulas y en animales sugieren que estas part¨ªculas pueden provocar da?os, a falta de pruebas de que realmente son perjudiciales para los humanos
En 2022, un equipo liderado por Marja H. Lamoree, de la Universidad Libre de ?msterdam, public¨® unos resultados inquietantes. Empleando un nuevo m¨¦todo anal¨ªtico en las muestras de sangre de 22 voluntarios, vieron que en el 77% hab¨ªa part¨ªculas de pl¨¢stico. Si estas part¨ªculas son transportadas por c¨¦lulas del sistema inmune, dec¨ªan los investigadores, deber¨ªamos preguntarnos si eso puede afectar a la regulaci¨®n de las defensas del organismo o la predisposici¨®n a enfermedades inmunol¨®gicas. En Italia, en 2021, un equipo liderado por Antonio Ragusa, director de Ginecolog¨ªa y Obstetricia del Hospital Fatebenefratelli de Roma, hab¨ªa detectado por primera vez micropl¨¢sticos en la placenta de embarazadas, aunque no pudieron averiguar si hab¨ªan llegado a los beb¨¦s. Un a?o despu¨¦s, tambi¨¦n hallaron part¨ªculas de pl¨¢stico en la leche de tres de cada cuatro madres que participaron en otro estudio sobre la presencia de estas sustancias.
¡°Hasta hace nada, se cre¨ªa que los micropl¨¢sticos entraban en nuestro cuerpo y sal¨ªan. Se pensaba que una part¨ªcula pod¨ªa causar una inflamaci¨®n en el tracto digestivo al pasar, pero no que pod¨ªa atravesar las barreras celulares y acumularse en los ¨®rganos. Ahora se sabe que eso s¨ª sucede¡±, explica Ana Isabel Ca?as, directora del Centro Nacional de Sanidad Ambiental, en Majadahonda (Madrid). Pese a que el pl¨¢stico est¨¢ por todas partes desde hace muchas d¨¦cadas, la preocupaci¨®n se hab¨ªa centrado en los residuos casi eternos que se acumulan en el mar o en el campo. En los ¨²ltimos a?os, el desarrollo de nuevas t¨¦cnicas de microscop¨ªa y espectroscop¨ªa ha permitido ver c¨®mo min¨²sculas part¨ªculas de pl¨¢stico, algunas menores que una bacteria, han convertido nuestros organismos en vertederos.
Con los nuevos m¨¦todos de detecci¨®n, los resultados alarmantes se acumulan. En un estudio reciente publicado en la revista PNAS, investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU) descubrieron que en cada botella de pl¨¢stico de un litro se pod¨ªan encontrar alrededor de un cuarto de mill¨®n de estos trocitos de pl¨¢stico. Estos materiales se pueden descomponer en partes cada vez m¨¢s peque?as, permitiendo que tambi¨¦n se inhalen, adem¨¢s de ingerirse con la comida o la bebida.
¡°Considerando que nuestros pulmones filtran unos 12.000 litros de aire al d¨ªa, estamos expuestos continuamente a diferentes micro y nanopl¨¢sticos, a sus aditivos asociados y a otros contaminantes y microorganismos que hacen que la inhalaci¨®n sea una v¨ªa de especial preocupaci¨®n¡±, escriben investigadores del Instituto de Investigaci¨®n Germans Trias i Pujol, en Badalona, y de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Es probable que esta sea la principal ruta de transporte de los nanopl¨¢sticos que liberan la ropa o la goma de los neum¨¢ticos en su roce contra el asfalto; y esos pl¨¢sticos pueden ser especialmente peligrosos porque no se dise?aron para uso alimentario como el de las botellas.
Jos¨¦ Dom¨ªnguez, l¨ªder del grupo del Germans Trias i Pujol, explica que hay evidencias en modelos celulares y animales de que los nanopl¨¢sticos se acumulan y tienen efectos sobre la respuesta inflamatoria y producen toxicidad celular, ¡°algo que hace plausible que a la larga produzcan problemas de salud¡±. Pero reconoce que ¡°en humanos a¨²n no existe esa certeza¡±. Su equipo trabaja en la comprensi¨®n del efecto de estas sustancias omnipresentes en su interacci¨®n con microbios que producen enfermedades respiratorias. ¡°Los pl¨¢sticos pueden introducir microorganismos en el cuerpo, pero a veces son tan peque?os que son los pl¨¢sticos los transportados por los microorganismos¡±, apunta Dom¨ªnguez. El pl¨¢stico puede producir una inflamaci¨®n, o atenuar la respuesta inmunitaria, para que una bacteria como Staphylococcus aureus produzca infecciones m¨¢s virulentas. A esta interacci¨®n se deben a?adir las que se producen con el humo del tr¨¢fico para empezar a comprender el efecto sobre la salud de elementos fundamentales de nuestro estilo de vida.
Los pl¨¢sticos que llegan al mercado y se ponen en contacto con los alimentos se estudian para que no sean t¨®xicos, pero el envejecimiento o el efecto de la luz ultravioleta del sol degrada el material y cambia sus caracter¨ªsticas. A partir de ah¨ª surgen inc¨®gnitas sobre su nuevo papel, que se incrementan cuando los micropl¨¢sticos interact¨²an con otros elementos en el medio ambiente. ¡°Eso puede ser t¨®xico porque va m¨¢s all¨¢ de los controles de calidad¡±, apunta Jorge Bernardino de la Serna, del Imperial College de Londres. Seg¨²n explica el investigador, se asum¨ªa que los micropl¨¢sticos seguros pod¨ªan entrar en el organismo, pero se esperaba que despu¨¦s de ingerirlos, se expulsasen. ¡°Cuando se vio que en las bolsas de sangre hay trozos de pl¨¢stico, todos nos empezamos a preocupar¡±, afirma.
Nanopart¨ªculas que transportan t¨®xicos
El investigador explica que los pl¨¢sticos puros est¨¢n tan bien hechos y son tan poco nocivos que las c¨¦lulas se los tragan como si fuesen un alimento m¨¢s. Como no son biodegradables, las part¨ªculas de pl¨¢stico se integran dentro de la c¨¦lula que, cuando se divide, reparte el pl¨¢stico entre las nuevas c¨¦lulas como hace con el resto de sus constituyentes. ¡°Esto es preocupante, porque, si no se elimina, puede pasar a la sangre y de ah¨ª ir a otros ¨®rganos o a los n¨®dulos linf¨¢ticos, afectando el sistema inmune, e incluso puede atravesar la barrera hematoencef¨¢lica que protege el cerebro¡±, explica Bernardino de la Serna. Hay cient¨ªficos que se plantean este mecanismo como una explicaci¨®n posible a algunas enfermedades mentales o neurol¨®gicas, quiz¨¢ no por el efecto del pl¨¢stico, sino de otros elementos t¨®xicos o disruptores endocrinos, que pueden viajar adheridos a estas nanopart¨ªculas. En estudios en ratones, se ha observado que los micropl¨¢sticos pueden reducir la calidad del esperma; algo que podr¨ªa explicar, al menos en parte, el descenso observado en humanos en el ¨²ltimo medio siglo.
Ana Isabel Ca?as se?ala que ¡°a¨²n falta instrumentaci¨®n anal¨ªtica para cuantificar e identificar cada tipo de pl¨¢sticos, porque hay infinidad y la toxicidad puede ser diferente¡±. Y advierte de la dificultad de identificar los da?os que puede producir una sustancia ubicua que, en el mundo real, no suele estar sola. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil abordar los riesgos de un compuesto sencillo (como el bisfenol A) que de una part¨ªcula que, adem¨¢s del pl¨¢stico principal, contenga aditivos que se han a?adido para mejorar la flexibilidad, cambiar el color o hacerle resistente al agua, porque no sabes a qu¨¦ asociar la toxicidad¡±, indica la directora del CNSA. Adem¨¢s, para avanzar en este nuevo campo de investigaci¨®n, se deber¨¢n encontrar m¨¦todos para analizar los efectos de los pl¨¢sticos en condiciones reales y no solo los pl¨¢sticos puros que se suelen emplear en investigaci¨®n.
Los cient¨ªficos insisten en que, por el momento, no se conoce el impacto de micro y nanopl¨¢sticos en la salud humana. Ahora se est¨¢n empezando a desarrollar las t¨¦cnicas para evaluar con precisi¨®n las cantidades de estas part¨ªculas y su tipolog¨ªa, algo sobre lo que hasta ahora solo hab¨ªa, principalmente, especulaciones. Para intentar comprender el impacto en la salud de estas part¨ªculas, la Uni¨®n Europea lanz¨® en 2021 el cl¨²ster CUSP, formado por cinco consorcios de investigaci¨®n: AURORA, IMPTOX, Plastic Heal, PlasticsFatE, and POLYRISK. Mientras comienzan a ofrecer resultados, hay recomendaciones sencillas, como sustituir las botellas de pl¨¢stico por otras de vidrio, pero la sustituci¨®n de este material, pr¨¢ctico y omnipresente, ser¨¢ complicada. En 1950, se fabricaban dos millones de toneladas de pl¨¢stico en el mundo, en 2021 se alcanzaron 461 millones y se estima que lleguen a 590 millones de toneladas en 2050. De esa cantidad, solo se recicla el 9%. Incluso aunque se redujera la producci¨®n de pl¨¢stico, las part¨ªculas de las toneladas lanzadas al medio ambiente seguir¨¢n fragment¨¢ndose y viajando a trav¨¦s del aire o el agua por todo el mundo durante siglos.
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