Anatom¨ªa del orgasmo femenino: el cl¨ªtoris manda, pero no lo es todo
La ciencia empieza a desentra?ar siglos de mitos y desconocimiento sobre el disfrute sexual de las mujeres
Cuenta la periodista cient¨ªfica Rachel E. Gross en su libro Vagina Obscura que el mundo ha logrado grandes cosas en este siglo, como llevar un robot a Marte o engendrar un ni?o con tres progenitores. ¡°Pero todav¨ªa no hemos sido capaces de entender la composici¨®n del moco vaginal¡±, lamenta. Hay ah¨ª una brecha de conocimiento enquistada, la que abarca todo lo relacionado con la anatom¨ªa genital y el disfrute sexual de la mujer, que no acaba nunca de cerrarse. Y para muestra, otro bot¨®n: las mujeres tienen un ¨®rgano destinado solo a dar placer (el cl¨ªtoris), una fabulosa estructura anat¨®mica que ya fue localizada por Hip¨®crates, padre de la medicina, hace m¨¢s de 2.000 a?os. Sin embargo, no fue hasta 1998, anteayer en la escala del tiempo, que la ciencia describi¨® con precisi¨®n su anatom¨ªa. ¡°Llegamos a la Luna antes de lo que conocimos la anatom¨ªa completa del cl¨ªtoris¡±, sentencia Georgina Picas, matrona y sex¨®loga del Hospital del Mar.
El mundo ha vivido ajeno, durante siglos, al disfrute sexual de las mujeres. Ni se ten¨ªa en cuenta en la cama ni se estudiaba el tema de puertas afuera de la alcoba. Un misterio todo. Un enigma. Eso ha sido ¡ªy sigue siendo, en gran medida¡ª el orgasmo femenino. ¡°Un agujero negro de desconocimiento¡±, sintetiza Picas. Sumergido en mitos y leyendas, condenado, a veces, al ostracismo por obsceno e imp¨ªo, o ninguneado por una medicina predominantemente androc¨¦ntrica, el placer sexual de la mujer empieza todav¨ªa ahora a reclamar su sitio en la historia.
La ciencia ha comenzado a desentra?ar ese pozo de inopia ¡ªpor fin se conoce con bastante nitidez la anatom¨ªa del cl¨ªtoris e incluso se atisba c¨®mo opera el disfrute a nivel cerebral¡ª, pero el conocimiento todav¨ªa est¨¢ en pa?ales. Queda mucho camino por andar, en la ciencia y tambi¨¦n en la calle: a pesar de tener un ¨®rgano destinado a dar placer, hasta un tercio de las mujeres no experimenta el cl¨ªmax sexual en las relaciones ¨ªntimas. ?Por qu¨¦? Estigma, desconocimiento y la inmensa mochila de tradici¨®n y culpa.
El orgasmo es, en palabras de la sex¨®loga cl¨ªnica Francisca Molero, una fase de la respuesta sexual. En concreto, ¡°una percepci¨®n subjetiva de un pico de placer intenso derivado de una situaci¨®n sexual¡±. Es una sensaci¨®n individual en la que interviene, advierte, ¡°la motivaci¨®n interna que se puede tener para querer sentir y aceptar ese placer¡±.
Querer y aceptar el disfrute es clave y ah¨ª puede estar parte de la explicaci¨®n a esa brecha org¨¢smica entre hombres y mujeres a la que apuntan los estudios: una investigaci¨®n con m¨¢s de 52.000 personas revel¨® que el 95% de los hombres heterosexuales aseguraban tener orgasmos usualmente o siempre que ten¨ªan intimidad sexual; en el caso de los hombres homosexuales o bisexuales, esta cifra se situaba en el 89% y el 88%, respectivamente; en las mujeres lesbianas, eran el 86%; pero en las mujeres bisexuales y heterosexuales, solo dos tercios experimentaban orgasmos siempre o casi siempre que ten¨ªan relaciones sexuales.
Molero, que es directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y sex¨®loga cl¨ªnica en la Cl¨ªnica M¨¢xima de Barcelona, conviene que esta brecha org¨¢smica est¨¢ relacionada con el proceso de aprendizaje de la respuesta sexual: para ellos, explorar el placer sexual ha sido ¡°m¨¢s f¨¢cil porque socialmente est¨¢ m¨¢s aceptado¡± que para ellas; y, adem¨¢s, anat¨®micamente incluso, los genitales est¨¢n m¨¢s a la vista y es m¨¢s sencillo reconocerlos y experimentar con ellos. ¡°Cuando te estimulas por primera vez un ¨®rgano genital, no llegas al orgasmo porque necesitas un aprendizaje, una exposici¨®n y centrarte en las sensaciones. El problema de la mujer es el desconocimiento y la falta de adiestramiento, aunque esto ¨²ltimo parece que est¨¢ cambiando porque la masturbaci¨®n femenina ahora es m¨¢s visible¡±, reflexiona.
La intromisi¨®n del pensamiento cognitivo
El disfrute sexual femenino se reivindica y se estudia cada vez m¨¢s, pero hay muchas variables que pueden entrometerse en el camino hacia el orgasmo. Molero asegura que ¡°el mayor enemigo¡± de esa percepci¨®n subjetiva de placer intenso es ¡°dejar de sentir el est¨ªmulo sexual y meter el pensamiento cognitivo¡±: ¡°La respuesta sexual fluye cuando la dejas fluir. Si metes un pensamiento cognitivo, interrumpes el est¨ªmulo er¨®tico y bloqueas la respuesta¡±, abunda.
No hay evidencia cient¨ªfica, dice, de que a las mujeres les cueste m¨¢s desconectar y centrarse en el disfrute sexual. Pero quiz¨¢s la carga mental es mayor. E influye, por supuesto, el contexto cultural y el sesgo de g¨¦nero: ¡°No tenemos el aprendizaje de dejarnos llevar y aceptar el placer como venga. El orgasmo tiene que ver con el permiso que me doy de disfrutar, con el conocimiento que tengo del propio cuerpo y lo que me excita y lo que no; con la persona con la que comparto esas relaciones, que puede tener habilidades er¨®ticas o no; y luego influye la parte biof¨ªsica, que est¨¦ en buenas condiciones, pero no es verdad que las mujeres tengan la sexualidad en la cabeza y los hombres en los genitales. La vivencia sexual es integral¡±, agrega la sex¨®loga cl¨ªnica.
Todas las partes del cuerpo son susceptibles de ser er¨®genas y juegan un papel clave en la excitaci¨®n sexual. El cl¨ªtoris, ese ¨®rgano destinado a dar placer, manda mucho en la respuesta sexual, pero no est¨¢ solo ni lo es todo: ¡°Las mamas, los genitales o los besos tambi¨¦n son muy importantes, pero el ¨®rgano m¨¢s grande es la piel. Y la piel, en esos momentos, cambia. Se enrojece, cambia para sentir con m¨¢s intensidad las caricias¡±, ejemplifica Molero.
No tenemos el aprendizaje de dejarnos llevar y aceptar el placer como venga. El orgasmo tiene que ver con el permiso que me doy de disfrutar¡±Francisca Molero, sex¨®loga cl¨ªnica
Como una especie de orquesta, todo el organismo se pone en alerta para remar a favor de obra en una compleja melod¨ªa que la ciencia todav¨ªa est¨¢ empezando a perfilar con precisi¨®n. A prop¨®sito, precisamente, del cl¨ªtoris, los cient¨ªficos han descubierto que este ¨®rgano es mucho m¨¢s que esa parte carnosa y er¨¦ctil que asoma en la vulva; internamente, abraza tambi¨¦n la vagina y la uretra y est¨¢ repleto de terminaciones nerviosas. Un estudio de 2022 ha calculado que tiene m¨¢s de 10.000 fibras nerviosas.
El estudio cient¨ªfico del cl¨ªtoris ha ayudado a desmontar uno de los grandes mitos en torno al disfrute sexual femenino: los llamados orgasmos clitorianos y vaginales. Fue el padre del psicoan¨¢lisis, Sigmund Freud, el que estableci¨® esa distinci¨®n, catalog¨¢ndolos a los primeros como propios de mujeres inmaduras y a los orgasmos logrados a trav¨¦s de la penetraci¨®n como experiencias de placer caracter¨ªsticas de mujeres maduras y sanas. Picas niega la mayor: ¡°La ciencia es contundente. No hay dos tipos de orgasmos. Esa distinci¨®n ha sido una manera de validar una forma de orgasmo y desautorizar otra. Pero lo que se ha visto es que, cuando hablamos de orgasmos vaginales, solemos hablar de una fricci¨®n clitoriana interna¡±.
En todo caso, ahonda Laura Ribera, ginec¨®loga del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona y experta en sexolog¨ªa, ¡°el orgasmo termina siendo diferente seg¨²n la persona, el contexto y el est¨ªmulo que lo est¨¢ desencadenando¡±. Molero coincide y pone un ejemplo: ¡°Hay mujeres que han tenido orgasmos con la penetraci¨®n por estimulaci¨®n indirecta de esa parte [del cl¨ªtoris], pero tambi¨¦n por movilizaci¨®n cervical a trav¨¦s del nervio vago¡±. Puede haber tambi¨¦n orgasmos no vaginales, solo por estimulaci¨®n de las mamas, por fantas¨ªas o so?ando, por ejemplo.
El punto G: ni punto ni G
Otro mito desarmado por la ciencia es el punto G, considerado durante d¨¦cadas una zona espec¨ªfica de la vagina altamente er¨®gena. ¡°Existe, pero no es un punto ni se llama G¡±, abrevia Emmanuelle Jannini, profesor de Endocrinolog¨ªa y Sexolog¨ªa M¨¦dica de la Universidad de Roma Tor Vergata. El cient¨ªfico ha estudiado en profundidad esta regi¨®n vaginal y, en un art¨ªculo publicado en la revista Nature Reviews Urology, advierte de que ¡°no se ha identificado ninguna estructura ¨²nica que consiste en un punto G¡±, pero recalca tambi¨¦n que ¡°la vagina no es un ¨®rgano pasivo, sino una estructura altamente din¨¢mica con un papel activo en la excitaci¨®n sexual y las relaciones sexuales¡±. As¨ª, el llamado punto G (por Gr?fenberg, apellido del investigador que lo acu?¨®) responde en realidad a las complejas relaciones anat¨®micas e interacciones din¨¢micas entre el cl¨ªtoris, la uretra y la vagina ¡ªcomplejo clitouretrovaginal, lo llama¡ª. Toda esa ¨¢rea, ¡°multifac¨¦tica¡±, dice, ¡°cuando se estimula adecuadamente durante la penetraci¨®n, podr¨ªa inducir respuestas org¨¢smicas, pero no necesariamente en todas las mujeres, ya que existe una variabilidad anat¨®mica considerable en esta regi¨®n¡±.
El cuerpo cambia durante la estimulaci¨®n sexual y el orgasmo, abunda Molero: ¡°Cuando una persona acepta el est¨ªmulo sexual y acepta que se est¨¢ excitando mentalmente o a trav¨¦s del cl¨ªtoris, la vagina y la vulva empiezan a cambiar, pero no saben si va a haber penetraci¨®n o no: hay un aumento de los labios y la coloraci¨®n, m¨¢s lubricaci¨®n, la vagina se alarga y se ensancha...¡±, relata. Adem¨¢s, ante un orgasmo genital, se producen tambi¨¦n contracciones a nivel uterino y en la trompa y una especie de pulsos en la vagina.
Los avances de la ciencia en el estudio del orgasmo femenino tambi¨¦n han permitido describir c¨®mo vive el cerebro esa explosi¨®n de placer sexual. ¡°Es una tormenta bioqu¨ªmica¡±, resume Molero. Se activan n¨²cleos de dopamina, que es la hormona del placer, pero tambi¨¦n se liberan endorfinas, neurotransmisores vinculados con el bienestar. Y oxitocina y vasopresina, que son moduladores de la serotonina ¡ªun neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ¨¢nimo¡ª. ¡°A nivel cerebral, en condiciones normales, el cerebro est¨¢ en situaci¨®n proactiva para sentir placer. Hay diferentes zonas cerebrales implicadas: se activan ¨¢reas relacionadas con el placer, como el n¨²cleo caudado y el putamen; en cambio, la parte prefrontal, relacionada con el raciocinio, se desactiva cuando no tenemos miedo y estamos concentrados en sentir placer¡±, explica la sex¨®loga cl¨ªnica. Una investigaci¨®n con resonancia magn¨¦tica funcional revel¨® en 2017 que amplias regiones corticales, subcorticales y del tronco del enc¨¦falo alcanzan niveles m¨¢ximos de actividad durante el orgasmo.
Sin embargo, matiza Molero, hay otras variables biof¨ªsicas que tambi¨¦n interfieren en la evoluci¨®n natural de esa tormenta bioqu¨ªmica que aboca al orgasmo: ¡°El cerebro est¨¢ predispuesto al placer y si se inhibe, es porque hay alg¨²n problema, por ejemplo, porque anat¨®micamente algo nos bloquea¡±, ejemplifica. Algunas condiciones de salud, como la diabetes o la hipertensi¨®n, puede generar problemas de excitaci¨®n. Y tambi¨¦n determinados f¨¢rmacos, como los antidepresivos o los antihipertensivos, tienen capacidad de alterar la funci¨®n sexual. ¡°Cuando me dejo llevar, mi sistema prefrontal est¨¢ un poco desactivado: mi am¨ªgdala est¨¢ inhibida porque no estoy alerta. Pero, a veces, no llegamos al orgasmo porque la parte cognitiva ¡ªpor educaci¨®n, culpa o creencias err¨®neas¡ª me bloquea esa sensaci¨®n de sentir y la liberaci¨®n de neurotransmisores. Adem¨¢s, en el cerebro tambi¨¦n hay influencia hormonal, de testosterona y estr¨®genos: as¨ª, si tengo una bajada hormonal [en la menopausia, por ejemplo] o los receptores de estr¨®genos no est¨¢n en condiciones o tengo hipertiroidismo, es posible que no sienta lo mismo¡±, expone Molero.
El cl¨ªtoris no caduca
En lo que s¨ª insisten las sex¨®logas consultadas es que el disfrute sexual femenino puede producirse a cualquier edad. ¡°El cl¨ªtoris no caduca¡±, sentencia Ribera. Ni el cl¨ªtoris ni el cerebro ni la capacidad de excitaci¨®n sexual. S¨ª se producen cambios anat¨®micos en determinadas circunstancias, pero eso no proh¨ªbe el placer: en la menopausia, por ejemplo, hay un descenso de estr¨®genos que puede influir en la libido o cuadros de sequedad vaginal u otras manifestaciones que afecten o modulen la experiencia sexual. Pero esa ¨¦poca tambi¨¦n puede vivirse como una oportunidad, conviene Picas: ¡°Nos han dicho que la sexualidad en la vejez no es v¨¢lida. Y no es verdad. Puede ser un momento de liberaci¨®n¡±.
Los expertos consultados apuntan que cada vez se conoce m¨¢s c¨®mo opera el orgasmo femenino, pero ni mucho menos est¨¢ todo resuelto. El origen del este fen¨®meno, por ejemplo, es todav¨ªa controvertido: no es imprescindible para el ¨¦xito reproductivo femenino, pero hay teor¨ªas que se?alan cierto papel en la reproducci¨®n, pues los pulsos vaginales podr¨ªan facilitar un ascenso del esperma hacia el ¨²tero; otros estudios tildan este pico de placer como un vestigio evolutivo de un sistema antiguo, visto en algunos otros mam¨ªferos, en el que el coito estimulaba importantes oleadas hormonales que impulsaban la ovulaci¨®n. ¡°Tantos esfuerzos por explicar un enigma darwiniano¡ Me temo que ninguna teor¨ªa convincente es lo suficientemente fuerte¡±, sopesa Jannini en una respuesta por correo electr¨®nico.
El cient¨ªfico italiano sostiene que ¡°el cl¨ªtoris, la vagina y sus conexiones, son todav¨ªa grandes desconocidos¡±. Y plantea preguntas que todav¨ªa pululan sin respuesta: ¡°?Es cierto que algunas mujeres eyaculan durante el orgasmo? ?Por qu¨¦ el orgasmo femenino no es necesario para la reproducci¨®n?¡±. Molero agrega otras dudas: ¡°Nos falta saber los valores vasculares normales del mapa del cl¨ªtoris y tambi¨¦n c¨®mo influyen los diferentes receptores hormonales¡±.
A pie de calle, las voces consultadas coinciden en que el autoconocimiento es una herramienta clave para romper las barreras que todav¨ªa se levantan en torno al disfrute sexual femenino: ¡°El placer se construye, se aprende. Tenemos el potencial, pero lo vamos aprendiendo¡±, subraya Molero. Y recuerdan que el orgasmo tiene efectos neurofisiol¨®gicos importantes: ¡°Relajaci¨®n, efectos antidepresivos, reducci¨®n del dolor, aumento de testosterona, endorfinas y oxitocina y finalmente activaci¨®n de las ¨¢reas centrales dopamin¨¦rgicas¡±, enumera Jannini. La directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa, por su parte, incide tambi¨¦n en que ¡°el placer es el motor para la vida¡±: ¡°Esa situaci¨®n de placer que se produce cuando se liberan neurotransmisores y hormonas es lo que nos hace tener inter¨¦s por la vida. La actividad sexual nos ayuda a regular nuestro estado emocional: la activaci¨®n de los circuitos de recompensa es fundamental para la vida¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.