Christophe Andr¨¦, psiquiatra: ¡°La sociedad necesita la dulzura y la delicadeza de los t¨ªmidos¡±
El experto publica ¡®La timidez¡¯, un libro para aproximarse a esta forma de ¡°ansiedad social¡± que marca el d¨ªa a d¨ªa de parte de la poblaci¨®n, en una sociedad en la que ¡°los dominantes y los narcisistas tienen el poder¡±
La timidez es una caracter¨ªstica muy com¨²n. Se estima que una de cada dos personas presenta rasgos personales de timidez. Sin embargo, ser t¨ªmido no est¨¢ demasiado bien visto: ni en las relaciones personales, ni en las relaciones acad¨¦micas o laborales. Ser t¨ªmido es un lastre, un adjetivo con connotaciones negativas. ¡°En nuestra sociedad, los extrovertidos, los dominantes y los narcisistas tienen el poder. Las normas sociales exigen tener confianza en uno mismo, no tener miedo de nada ni de nadie. O al menos, aparentarlo. Por eso, los t¨ªmidos se sienten inadaptados en una sociedad as¨ª, como inferiores a los dem¨¢s¡±, explica el psiquiatra Christophe Andr¨¦ (Montepellier, 68 a?os), uno de los mayores expertos franceses en el ¨¢mbito de los trastornos de ansiedad y la depresi¨®n. A Espa?a ha llegado recientemente la traducci¨®n de su ¨²ltimo libro, La timidez (Arpa), un volumen en el que el psiquiatra se acerca con exhaustividad a esta forma de ¡°ansiedad social¡± que marca el d¨ªa a d¨ªa de parte de la poblaci¨®n y que, en sus formas m¨¢s extremas, es capaz de paralizar la vida de las personas que la sufren.
Pregunta. Escribe en el libro que a lo largo de la historia novelistas y poetas ¡°han inmortalizado la timidez retrat¨¢ndola de manera extraordinariamente acertada¡±. ?C¨®mo definir¨ªa usted la timidez?
Respuesta. Podr¨ªamos definir la timidez como un temor ante cualquier situaci¨®n de evaluaci¨®n social: ser observado, conocer a personas desconocidas, hacer un examen, negociar, seducir, etc. Cualquiera puede sentir un poco de incomodidad en estos momentos, pero los t¨ªmidos experimentan muchas m¨¢s dificultades. Desde incomodidad f¨ªsica: el coraz¨®n les late con fuerza, las manos les sudan, hablar se les hace complicado, etc.; hasta incomodidad emocional, pasando por malestar psicol¨®gico. As¨ª que al final adoptan lo que llamamos conductas de evitaci¨®n: evitan hacerse notar en situaciones sociales, permanecen callados, apartados, inhibidos. O directamente evitan estas situaciones por completo.
P. Ha citado algunas manifestaciones fisiol¨®gicas t¨ªpicas de la timidez como los temblores, las manos sudorosas o los sonrojos. Esto ¨²ltimo, conocido como ¡°eritrofobia¡±, es una de las peores cosas que le puede suceder a una persona t¨ªmida¡
R. S¨ª, es as¨ª. Cuando estamos emocionados es normal que nuestro rostro pueda enrojecerse un poco, lo cual no es grave: normalmente no dura mucho, la mayor¨ªa de las veces los dem¨¢s no lo notan y, si lo hacen, suelen ser comprensivos. Pero algunas personas t¨ªmidas est¨¢n convencidas de que ese sonrojo las vuelve rid¨ªculas, las hace inferiores y las expone a la burla. Entonces se estresan, lo que aumenta a¨²n m¨¢s su enrojecimiento. Con el tiempo corren el riesgo de adoptar conductas de evitaci¨®n, ya que ese ponerse rojo se convierte en una obsesi¨®n en la que piensan todo el tiempo.
P. ?Hay forma humana de evitar ponerse rojo?
R. Cuando la incomodidad es muy intensa, es recomendable consultar a un psiquiatra o a un psic¨®logo. Existen psicoterapias especializadas. Pero la clave tambi¨¦n est¨¢ en aceptar que uno puede sonrojarse sin por ello ser inferior o rid¨ªculo. S¨¦ que no es f¨¢cil¡
P. Comenta en el libro que estudios actuales han sorprendido a los investigadores al constatar que la timidez es muy com¨²n: podr¨ªa afectar a una de cada dos personas.
R. Si la timidez es tan frecuente es porque ha tenido una utilidad en el desarrollo y la supervivencia de la especie humana. La timidez nos recuerda que la relaci¨®n con los dem¨¢s, especialmente frente a desconocidos o grupos, siempre puede ocultar un peligro. Los t¨ªmidos simplemente sienten este miedo ancestral con m¨¢s intensidad que los dem¨¢s. Pero el miedo a los dem¨¢s no es un miedo absurdo, solo hay que aprender a utilizarlo adecuadamente: saber cu¨¢ndo es mejor mantenerse un poco al margen y cu¨¢ndo es necesario superarlo.
P. Teniendo en cuenta que se trata de una caracter¨ªstica tan usual, ?por qu¨¦ la timidez suele estar tan mal vista y tener tan mala reputaci¨®n en comparaci¨®n, por ejemplo, con su opuesto, la extroversi¨®n?
R. Vivimos en una sociedad en la que los extrovertidos, los dominantes y los narcisistas tienen el poder. Las normas sociales exigen tener confianza en uno mismo, no tener miedo de nada ni de nadie. O al menos, aparentarlo. Por eso, los t¨ªmidos se sienten inadaptados en una sociedad as¨ª, como inferiores a los dem¨¢s. Sin embargo, la sociedad necesita la dulzura y la delicadeza de los t¨ªmidos. ?Imagine un mundo en el que todos los humanos tuvieran el mismo cerebro que Donald Trump o Elon Musk, un mundo lleno de narcisistas nada t¨ªmidos, sino ego¨ªstas y agresivos! A menudo las personas t¨ªmidas son m¨¢s bondadosas que las dem¨¢s, m¨¢s atentas y emp¨¢ticas. Saben escuchar. No buscan acaparar toda la atenci¨®n, y en caso de ¨¦xito, son capaces de compartirlo y de reconocer lo que otros les han brindado o permitido.
?Imagine un mundo en el que todos los humanos tuvieran el mismo cerebro que Donald Trump o Elon Musk, un mundo lleno de narcisistas nada t¨ªmidos, sino ego¨ªstas y agresivos!¡±
P. ?Cu¨¢nto hay de gen¨¦tica y de epigen¨¦tica en la timidez?
R. A menudo hay una peque?a parte gen¨¦tica en la timidez, relacionada con la hiperemotividad ante lo desconocido, ya sean personas o situaciones. Los t¨ªmidos suelen ser muy sensibles, muy emotivos desde el nacimiento frente a todo lo nuevo, y necesitan m¨¢s tiempo que los dem¨¢s para acostumbrarse a situaciones o personas desconocidas. Esto se observa en algunos ni?os desde muy temprano. No obstante, la educaci¨®n y las experiencias de vida juegan un papel importante: si se ofrece a los ni?os t¨ªmidos oportunidades para ganar confianza, acercarse a los dem¨¢s, comprender que pueden tener ¨¦xito y ser apreciados siendo discretos y reservados, entonces su timidez se quedar¨¢ solo como una sensaci¨®n interna y no les impedir¨¢ hablar, exponerse a las miradas o imponerse.
P. En ese sentido, la forma en que se cr¨ªa a los hijos, el ejemplo que se les da o c¨®mo se habla con ellos, ?puede ser una herramienta para poner coto a la timidez?
R. Por supuesto. Podemos ayudar a nuestros hijos siendo nosotros mismos sociables. Si nos ven hablar f¨¢cilmente con todo el mundo, si les alentamos a hacer deporte o teatro, o a invitar a sus amigos a casa, si les ayudamos a expresar sus emociones, a no tener miedo de ser sensibles, les estaremos poniendo en el buen camino. Por regla general, cuando un padre ha sido t¨ªmido, a menudo sabe c¨®mo puede ayudar a su hijo.
P. Bas¨¢ndose en los datos que hemos comentado anteriormente, podr¨ªamos decir que la timidez entra dentro de la normalidad, pero ?cu¨¢ndo acaba lo normal y empieza lo patol¨®gico?
R. Para los psiquiatras, la timidez se vuelve anormal ¡ªse habla entonces de ¡°fobia social¡±¡ª a partir de varios criterios. Por un lado, la intensidad del sufrimiento emocional: ya no se trata solo de la incomodidad de la timidez, sino de verdaderas crisis de angustia o p¨¢nico ante la idea de hablar en p¨²blico o de pasar una entrevista de trabajo. Por otro lado, el n¨²mero de evitaciones: los t¨ªmidos tienen aprensiones, pero a menudo se esfuerzan por enfrentar las situaciones, aunque suelen estar inhibidos y en un segundo plano. Las personas con fobia social huyen de la mayor¨ªa de las situaciones sociales. En tercer lugar, las consecuencias sociales, ya que, debido a estas evitaciones, la vida de las personas con fobia social es muy complicada y suele estar marcada por los fracasos profesionales y la soledad amistosa y sentimental. Y, por ¨²ltimo, la desvalorizaci¨®n de uno mismo. Los t¨ªmidos dudan de s¨ª mismos, pero tambi¨¦n son conscientes de que tienen cualidades; en la fobia social, sin embargo, hay un colapso total de la autoestima, se juzgan muy severamente y se desvalorizan por completo.
P. ?Puede conducir a la depresi¨®n en ese caso?
R. El fil¨®sofo franc¨¦s Montesquieu escribi¨®: ¡°La timidez ha sido la plaga de mi vida¡±. La timidez puede ser un obst¨¢culo para nuestra felicidad y nuestro desarrollo. Por eso, es un factor de riesgo para la depresi¨®n, especialmente debido al aislamiento social; y a veces tambi¨¦n para el alcoholismo. Ya se sabe que el alcohol calma las angustias, pero, lamentablemente, con muchos inconvenientes¡
P. ?Se puede curar la timidez?
R. S¨ª, afortunadamente. Pero estar curado no significa estar libre de timidez. Poco a poco, cuando somos t¨ªmidos, aprendemos a actuar a pesar de nuestra timidez, conviviendo con ella y logrando que se note cada vez menos. Los t¨ªmidos que hacen estos esfuerzos se convierten en ¡°antiguos t¨ªmidos¡±: siguen siendo sensibles a las cr¨ªticas por dentro, pero se afirman y enfrentan a la sociedad.
P. ?Cu¨¢les son los tratamientos que m¨¢s eficacia han mostrado hasta la fecha en el abordaje de la timidez?
R. Hasta ahora son las terapias cognitivo-conductuales las que han aportado m¨¢s pruebas cient¨ªficas de su eficacia. Se trata siempre de un trabajo progresivo, por etapas. Al principio, se reflexiona sobre las causas de la timidez, para entenderla y aceptar que no es una inferioridad, sino una simple dificultad. Y muy pronto se pasa a ejercicios pr¨¢cticos: participar en terapias de grupo donde se habla frente a los dem¨¢s para expresar las emociones, aprender a pedir y a rechazar, a responder a las cr¨ªticas, a aceptar nuestras emociones y nuestra sensibilidad, etc. Adem¨¢s, tambi¨¦n se puede aprender a calmar el cuerpo y la mente a trav¨¦s de la meditaci¨®n.
P. La timidez, siendo algo tan generalizado, no estar¨¢ libre de pseudoterapias y de remedios milagrosos divulgados por influencers en las redes sociales¡
R. S¨ª. Y adem¨¢s ocurre una cosa: que las personas t¨ªmidas, como hemos comentado, suelen aislarse, por lo que son m¨¢s vulnerables a las influencias de las redes sociales. Pero ante esta desinformaci¨®n, hay que tener una cosa clara: ?en psicolog¨ªa no existen recetas f¨¢ciles o milagrosas!
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