Jennifer Lawrence tambi¨¦n tuvo su ¡®Fran Rivera¡¯: ?hasta cu¨¢ndo va a ser una mujer culpable de su propia desgracia?
La difusi¨®n p¨²blica del v¨ªdeo sexual de Ver¨®nica ha conmocionado a la opini¨®n p¨²blica. La historia se repite esta vez con una tr¨¢gica consecuencia.
¡°A los que hay¨¢is mirado esas fotos: hab¨¦is perpetrado un delito sexual y deber¨ªais estremeceros de la verg¨¹enza¡±. Es el titular que la megastrella de Hollywood Jennifer Lawrence lanz¨® en 2014 al mundo cuando unos hackers violaron su ordenador para distribuir unas fotos en las que aparec¨ªa desnuda. Esas im¨¢genes hab¨ªan sido tomadas en su d¨ªa para uso personal y exclusivo de su expareja, pero eso no impidi¨® que diesen la vuelta al planeta. El v¨ªdeo de la empleada de IVECO que se se suicid¨® el pasado s¨¢bado tambi¨¦n era para consumo privado, pero eso no impidi¨® que los empleados de la empresa lo distribuyesen indiscriminadamente a trav¨¦s del m¨®vil.
El pasado jueves, el torero Fran Rivera valor¨® p¨²blicamente el caso de Ver¨®nica de la siguiente manera: ¡°No es de hombre hacer viral un v¨ªdeo as¨ª, pero los hombres no somos capaces de tener un v¨ªdeo as¨ª y no ense?arlo¡±. Rivera pidi¨® adem¨¢s a todas las mujeres que no manden v¨ªdeos de contenido sexual porque ¡°donde llegan lo van a utilizar¡±.
Jennifer Lawrence tambi¨¦n tuvo su Fran Rivera. El suyo con 13 millones de seguidores en Twitter, la red social que us¨® Ricky Gervais para lanzar el siguiente mensaje: ¡°Famosas. Ponedle m¨¢s dif¨ªcil a los hackers lo de conseguir fotos vuestras desnudas de vuestro ordenador no guardando vuestras fotos desnudas en vuestro ordenador¡±. Como Rivera, Gervais pon¨ªa directamente el dedo acusador sobre la v¨ªctima. Y no estaba solo. Le secundaba el columnista especializado en tecnolog¨ªa de The New York Times Nick Bilton. ¡°Aqu¨ª va una lista de consejos para las celebrities cuyas fotos desnudas han sido filtradas. 1. No os hag¨¢is selfies desnudas. 2. No os hag¨¢is selfies desnudas. 3. No os hag¨¢is selfies desnudas?.
Estos mensajes extienden la idea de que la culpa de que las mujeres sean sexualmente explotadas es de las mujeres que se expresan sexualmente en privado y en contextos en los que han dado su consentimiento.
Esa idea, la de que la ¨²nica culpable de la difusi¨®n de im¨¢genes sexuales privadas es quien las protagoniza, es la que lleva a una situaci¨®n de miedo, indefensi¨®n y terror a las mujeres que sufren un ataque de esas caracter¨ªsticas. Esa idea, que fue la que provoc¨® el quiebre emocional de la empleada de IVECO y es la que Jennifer Lawrence atacaba de lleno cuando dec¨ªa: ¡°A los que hay¨¢is mirado esas fotos: hab¨¦is perpetrado un delito sexual y deber¨ªais estremeceros de la verg¨¹enza¡±.
Por supuesto, Jennifer Lawrence es una estrella de Hollywood que cuenta con unos recursos para posicionarse frente a la opini¨®n p¨²blica de los que en absoluto dispone una an¨®nima trabajadora de una f¨¢brica de automoci¨®n. Pero por incre¨ªble que parezca, incluso para una actriz mundialmente famosa y multimillonaria es muy complicado defender p¨²blicamente que la responsabilidad de que se extienda un v¨ªdeo sexual privado corresponde solo y exclusivamente al que extiende el v¨ªdeo privado. Hasta hace poco, en la industria del entretenimiento se daba por sentado que una mujer que elige ser sensual -o sexual- ante las c¨¢maras, debe aguantar con estoicismo las violaciones de su intimidad.
Lo argumentaba de forma magistral la columnista de The Guardian Jessica Valenti con motivo del ¡°esc¨¢ndalo¡± Lawrence en un art¨ªculo titulado ¡°El final de ¡®la estrella que se averg¨¹enza¡±. Ella recordaba el caso de Vanessa Hudgens que, a los 18 a?os, cuando todav¨ªa era una chica Disney, sufri¨® tambi¨¦n una filtraci¨®n de sus desnudos. Hudgens, presionada por su entorno profesional, se vio obligada a emitir un comunicado en el que ped¨ªa perd¨®n por haberse dejado fotografiar y se echaba la culpa a s¨ª misma por lo ocurrido. Las palabras exactas fueron ?he tenido una lapsus de juicio¡± y ¡°he aprendido la lecci¨®n¡±. En 2011 a Scarlett Johansson le ocurri¨® algo muy parecido, pero fue la primera en cambiar la tendencia. No pidi¨® disculpas, pero tampoco se autoinculp¨®, cosa que gener¨® algo de revuelvo medi¨¢tico. La CBS de hecho consider¨® noticiosa su postura. ?C¨®mo se atrev¨ªa a insinuar que ella misma no ten¨ªa responsabilidad en su propia desgracia?
Valenti dec¨ªa en aquel art¨ªculo, muy optimistamente, que ¡°las narrativas dominantes sobre sexualidad, consentimiento y privacidad han cambiado y la ira de Lawrence no solo es tolerada sino aplaudida¡±. Las narrativas dominantes sobre sexualidad, consentimiento y privacidad siguen muy vivas en Espa?a, donde a¨²n en horario de m¨¢xima audiencia alguien libremente pone el dedo de la verg¨¹enza sobre una v¨ªctima sexual femenina, con el argumento de que la naturaleza masculina es indomable.
Pero no son solo hombres como Ricky Gervais o Fran Rivera los que criminalizan a las mujeres por ejercer su libertad. ?Acaso algo est¨¢ fallando en el sistema penal?
Cuando se produjo la filtraci¨®n del v¨ªdeo de la concejala Olvido Hormigos, quienes hab¨ªan difundido sus im¨¢genes quedaron impunes porque no se hab¨ªan apropiado il¨ªcitamente de ellas: la propia Hormigos se las hab¨ªa pasado. En aquel momento esa apropiaci¨®n il¨ªcita era condici¨®n sine qua non para que se considerase delito la distribuci¨®n de las im¨¢genes. Es decir: el c¨®digo penal ven¨ªa a decir que si ella hab¨ªa cedido las im¨¢genes para consumido privado ten¨ªa que hacerse cargo de las consecuencias si finalmente se hac¨ªan p¨²blicas.
California es un estado pionero en estas lides. En 2013 se convirti¨® en el primero de Estados Unidos en criminalizar la pornovenganza, que es como se conoce a la distribuci¨®n de fotos privadas en Internet, normalmente por parte de examantes o parejas, para humillarlas.
Fue el gobierno de Mariano Rajoy el que introdujo un cambio en el c¨®digo penal e incluy¨® como delito la difusi¨®n no autorizada de im¨¢genes o grabaciones ¨ªntimas sin importar si se hab¨ªan conseguido con el consentimiento de la v¨ªctima o no. El problema en el caso de Ver¨®nica es que el C¨®digo Penal dice que los delitos contra la intimidad ser¨¢n perseguidos si existe ¡°una denuncia de la persona agraviada¡±. Ella, desgraciadamente, ya no puede poner esa denuncia.
La sociedad s¨ª puede luchar con todas sus fuerzas contra esas inercias perversas, para que nunca m¨¢s una mujer se sienta culpable o avergonzada por ejercer su libertad, trabaje esta en un plat¨® de cine o en una cadena de montaje. Aqu¨ª va una lista de consejos para los que difunden fotos o v¨ªdeos privados sin consentimiento: 1. No los difund¨¢is. 2. No los difund¨¢is. 3. No los difund¨¢is. Como dijo Jennifer Lawrence : ¡°No tengo que pedir perd¨®n por nada. Es mi cuerpo y hago con ¨¦l lo que quiero?.
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