La incre¨ªble historia de La Cris¨¢lida: la mercer¨ªa de A Coru?a llena de tesoros que resucit¨® gracias a la voz de su due?o (y a TikTok)
El establecimiento, con 80 a?os de historia, se ha convertido en un fen¨®meno viral gracias al entusiasmo y las dotes de comunicaci¨®n de su nuevo due?o, el patronista y amante de la costura Ram¨®n Santos.
Hace unas semanas Ram¨®n Santos iba paseando por el Carrefour de A Coru?a cuando una mujer uniformada que pasaba una mopa gigante por el suelo le mir¨® fijamente y le par¨®: ¡°??Eres el de La Cris¨¢lida!?¡±. No fue ah¨ª cuando el due?o de la peque?a mercer¨ªa tradicional que ha vuelto locas a las redes sociales de habla hispana con las hipn¨®ticas descripciones que hace de su mercanc¨ªa (calcetines de perl¨¦, botones de n¨¢car aut¨¦ntico, velos redondos, festones, cuellos pecheros, tachas) se dio cuenta de que se hab¨ªa convertido en algo parecido a una celebrity: los 200.000 seguidores que ha acumulado en menos de un a?o, de Espa?a y de toda Lationoam¨¦rica, ya le hab¨ªan hecho darse cuenta antes. ?l no sabe si es por la particular forma que tiene de glosar las cualidades del g¨¦nero que vende (¡°Acabo de encontrar esta caja y quiero abrirla con vosotros¡±, es la frase que m¨¢s habitualmente pronuncia con su sugerente voz) o por el aura nost¨¢lgica de los productos que muestra, entre los que hay convencionales carretes de hilo pero tambi¨¦n abanicos vintage infantiles de misteriosa procedencia o pasamaner¨ªa delicada; el caso es que su indudable carisma ha ganado para la cuenta de TikTok de su negocio 200.000 seguidores en siete meses (con r¨¦plica en Instagram). Y esos seguidores, que son mayoritariamente seguidoras, le mandan peticiones, preguntas y muestras de cari?o en cantidades tales que a veces se siente abrumado.
¡°No quiero parecer exagerado pero aqu¨ª hemos vivido ya alg¨²n que otro ataque de ansiedad. Recibimos unos 600 mensajes al d¨ªa¡±, explica al otro lado del tel¨¦fono, con esa voz parsimoniosa y dulce que tanto gusta, este patronista, especialista en vestuario de danza y trajes tradicionales galegos, que estudi¨® en la escuela de artes y oficios Pablo Picasso y siempre ha estado involucrado en el activismo LGTBI de su ciudad (formaba parte de un grupo de performance llamado Maribolleras precarias).
Ram¨®n Santos ha acabado convirtiendo por casualidad una mercer¨ªa con m¨¢s de 80 a?os de historia en su proyecto de vida. ¡°La historia empez¨® un d¨ªa de 2018 cuando al taller donde yo daba clases de costura lleg¨® una alumna dici¨¦ndome que hab¨ªa visto que traspasaban La Cris¨¢lida¡±. El negocio, situado en la zona hist¨®rica de San Andr¨¦s, lo regentaban dos hermanos, Fernando y Nieves Seoane, y hab¨ªa estado en funcionamiento desde 1942, cuando la madre de ambos, Josefa, lo abri¨® para darle un medio de subsistencia a la familia. No solo les consigui¨® eso. Los hermanos Seoane poco a poco, con el dinero que les generaba aquel modesto negocio, se fueron convirtiendo en propietarios, con patrimonio inmobiliario por toda la ciudad; aunque ellos, a pesar de que podr¨ªan haber vivido como acomodados rentistas, jam¨¢s dejaron de ir a trabajar tras el mostrador en el que permanecieron hasta casi los noventa a?os. Fernando solo decidi¨® dejar el negocio cuando su hermana falleci¨®. Y Ram¨®n sigue contando: ¡°Me invadi¨® much¨ªsima curiosidad y fui a ver el local. Cuando entr¨¦ no ten¨ªan ni luz, porque se la hab¨ªan cortado, y estaba todo lleno de cajas. Ten en cuenta que lo regentaban dos personas ancianas¡ ?me cuesta a m¨ª plegar los cartones, imag¨ªnate a ellos!¡±. Ram¨®n vio clara la jugada: trasladar¨ªa all¨ª su taller para dar clases y revitalizar¨ªa el negocio siendo proveedor de sus propios alumnos. As¨ª que intent¨® llegar a un acuerdo con Fernando pero no hab¨ªa manera: ¡°Estuvimos negociando un a?o entero pero yo no consegu¨ªa financiaci¨®n para el precio que me ped¨ªa y ¨¦l no ced¨ªa¡±. Meses despu¨¦s, lleg¨® la llamada con la buena noticia. Le traspasaba el negocio, con el nombre, que no ten¨ªan registrado como marca (por supuesto, ya s¨ª) y con toda la mercanc¨ªa que¡ ?sorpresa! no era solo la que hab¨ªa en la propia tienda sino tambi¨¦n toda la que estaba escondida en torres y torres de cajas guardadas en un piso aparte. ¡°Yo creo que en un momento dado los hermanos se volvieron locos haciendo pedidos?, dice.
?Hab¨ªa tanto material que los dos primeros a?os viv¨ª de vender producto de muy alta calidad de hace treinta a?os en perfecto estado¡±, explica. ?Y c¨®mo dar salida a aquel super¨¢vit de mercanc¨ªa? Pues montando una web que puso en funcionamiento cuando estall¨® la pandemia, periodo que para ¨¦l no fue de vacas flacas, sino todo lo contrario. Su tienda online se convirti¨® en un escaparate donde mostrar todos aquellos tesoros ocultos que los Seoane le hab¨ªan legado y que los amantes de la costura sabr¨ªan apreciar. ¡°En general todo lo relacionado con la costura artesanal est¨¢ en peligro de extinci¨®n¡±. Pone dos ejemplos: cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil encontrar un lazo decorativo de algod¨®n cien por cien o es pr¨¢cticamente imposible hacerse con agrem¨¢n, el hilo espec¨ªfico que se usa para realizar los ojales de sastrer¨ªa. Tambi¨¦n explica que en un mercado pr¨¢cticamente monopolizado por las manufacturas de India, y con grandes grupos europeos como G¨¹termann (alem¨¢n) o DMC (franc¨¦s), que encima muchas veces venden directamente online (de manera que, al suprimir intermediarios o viajantes, la competencia es m¨¢s feroz todav¨ªa), es muy dif¨ªcil encontrar mercanc¨ªa fabricada en Espa?a. Pero ¨¦l, gracias al af¨¢n acumulador de los Seoane, tiene muchos art¨ªculos de f¨¢bricas nacionales que ya no existen. Y tambi¨¦n otros tantos que adquiere nuevos de las que quedan. Menciona, por ejemplo, las maravillosas cintas bordadas de una firma catalana, Manubens, las puntillas y guipures del valenciano Eugenio Rivera, las pasamaner¨ªas de la barcelonesa Villaronga y c¨®mo no, los calcetines de La Japonesa (tambi¨¦n de Barcelona), su superventas, del que habla con devoci¨®n en sus v¨ªdeos de TikTok.
Porque la verdadera explosi¨®n de La Cris¨¢lida se produjo cuando a principios de este a?o abri¨® una cuenta en dicha red social y el mundo pudo descubrir su negocio a la vez que ¨¦l mismo se dio cuenta de sus dotes de comunicaci¨®n. ¡°?Estoy vendiendo doscientos pares de calcetines por semana!¡±, explica con sorpresa. Tambi¨¦n hay algunos productos obsoletos a los que no puede dar para su funci¨®n original, pero que agrupa en paquetes sorpresa denominados ¡°c¨¢psulas del tiempo¡± y que han hecho aut¨¦ntico furor entre las amantes del fetichismo de costurero. Entre los art¨ªculos m¨¢s extra?os con los que se ha encontrado en su particular mina arqueol¨®gica cita dos: ?Unas piezas que se adher¨ªan a los jabones para que no se quedasen pegados a la pileta y una seta para zurcir calcetines?.
Santos es muy consciente de que tiene un negocio que es pura evocaci¨®n y al mismo tiempo, no ha querido ce?irse estrictamente al tipo de mercer¨ªa que ten¨ªa los due?os originales. Ha conservado los muebles con m¨¢s encanto que hab¨ªa en el local, pero no ha querido confinarse tras un mostrador. La nueva Cris¨¢lida es autoservicio, para que quien entre pueda coger lo que busca con sus propias manos. Por supuesto, si el cliente necesita ayuda, se le ofrecer¨¢.
¡°En los ¨²ltimos a?os no ha habido un d¨ªa que no fuese noticia el cierre de un negocio tradicional. Que de pronto uno resucite y que encima mantenga la calidad de siempre es como un chute de buen rollo para la gente, un poco de esperanza. No hay d¨ªa que alguien no me felicite por haber cogido la mercer¨ªa¡±, explica para despu¨¦s relatar c¨®mo descubri¨® ¨¦l mismo los misterios de la tienda que ahora alucina a Internet. ¡°Firm¨¦ un 28 de diciembre y le dije a mi familia y amigos que esto ten¨ªa que estar abierto en febrero. Nadie me cre¨ªa porque aquello eran un zafarrancho de combate. Pero colocamos todo m¨¢s r¨¢pido de lo que parec¨ªa porque La Cris¨¢lida escond¨ªa una cosa muy buena: su almac¨¦n estaba incre¨ªblemente bien organizado¡±. Esa organizaci¨®n prusiana es la que muestra Ram¨®n desde principios de este a?o a sus seguidores en v¨ªdeos de TikTok, que se podr¨ªan definir como un cruce de Marie Kondo, gabinete de curiosidades victoriano y contenido ASMR. ¡°Tenemos muestrarios con referencias para cada secci¨®n y eso hace que sea muy f¨¢cil encontrarlo todo. Hay una solo de botones: ocho estanter¨ªas organizadas por colores y llenas de mantas enrolladas que se despliegan como las de las joyer¨ªas¡±. El ritual de la b¨²squeda del bot¨®n es de hecho, el favorito de sus fans. ¡°Luego tenemos las dem¨¢s secciones: gomas el¨¢sticas, cinter¨ªa de raso y grosgrain, hilaturas -que hay de dos tipos, las de coser (todo lo que atraviesa una lana) y las de labores (de diferentes grosores)- y por ¨²ltimo, los pa?uelos¡±. Esta ¨²ltima secci¨®n tambi¨¦n le ha dado muchas alegr¨ªas: adem¨¢s de pa?uelos de seda vintage encontr¨® otro velos de misa redondos, que ya no se fabrican. Tambi¨¦n comercializa mantones de Manila, que seg¨²n cuenta, en A Coru?a se han vuelto a poner de moda.
La Cris¨¢lida est¨¢ en el coraz¨®n antiguo de A Coru?a, no muy lejos de la residencia de Amancio Ortega, el hombre que cambi¨® para siempre la industria textil mundial. Y sin embargo, Ram¨®n Santos nunca ha sentido particular inter¨¦s por trabajar en una gran empresa de confecci¨®n de las caracter¨ªsticas de Inditex. ¡°Cuando termin¨¦ patronaje hice pr¨¢cticas en otra empresa textil grande local pero me encontr¨¦ un ambiente tan horroroso que en cuanto pude me enfoqu¨¦ hacia la autogesti¨®n¡±.
Santos es una persona con un acentuado sentido del estilo y se puede percibir en el gusto ligeramente minimalista con el que viste. Tiene amigos en el mundo de la moda, por supuesto. Maya Hansen, por ejemplo, ha acudido al taller de La Cris¨¢lida a ense?ar a las alumnas de Ram¨®n a hacer cors¨¦s. Porque la trastienda de la mercer¨ªa es tambi¨¦n una especie de foro: ¡°La costura es hablar de todo. La confecci¨®n es un acto pol¨ªtico. Todos nos vestimos, bien sea por pura necesidad de protegernos de los elementos o bien para comunicarnos. La vestimenta tiene mucho significado, por eso es importante hacer esfuerzos para conservar la ropa¡±, explica haciendo ver su escaso inter¨¦s por el fast fashion. Tanto respeto le tiene a la confecci¨®n este patronista que ha creado una secci¨®n en su perfil de redes llamada ?Legado textil? en la que invita a sus seguidores a contar la historia de las piezas m¨¢s antiguas que conserven. ?l mismo cuenta la entra?able historia de un pa?ito de hilo que su familia conserva desde hace ochenta a?os. Los mismos que tiene La Cris¨¢lida.
Cinco a?os despu¨¦s de aquel febrero en el que entr¨® en un local sin luz a ver qu¨¦ se encontraba, Ram¨®n Santos est¨¢ a punto de conseguir que su tienda online facture m¨¢s que la f¨ªsica; tiene cuatro empleados en la mercer¨ªa (uno de ellos, su pareja, ejerce a tiempo completo de community manager, otros dos preparan env¨ªos online y una tercera es la jefa de formaci¨®n; ¨¦l atiende la mercer¨ªa y da clases). Cada semana ¨¦l sigue abriendo ante su p¨²blico alguna nueva caja donde siempre se esconde alguna grata sorpresa.
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