El ?bolsazo? de Melania a Theresa May: ?Homenaje a Thatcher o humillaci¨®n?
No todas las Primeras Damas se pueden pagar los 50.000 euros que vale un Birkin de Herm¨¨s.
Un bolso es solo un bolso. Excepto cuando no es solo eso. El bolso negro, lo crean o no, es una instituci¨®n brit¨¢nica que lleva d¨¦cadas representando poder con la misma autoridad que un cetro. Es el complemento con el que las dos mujeres m¨¢s carism¨¢ticas y pol¨ªticamente relevantes del siglo XX, es decir, la reina Isabel II y Margaret Thatcher, tan poco dadas a la coqueter¨ªa convencional, subrayaban su condici¨®n femenina. Para Thatcher era un instrumento de trabajo: en ¨¦l sol¨ªa guardar documentos que sacaba con teatralidad de su interior como para dejar claro que aquello, un complemento normalmente asociado a fines fr¨ªvolos, merec¨ªa tanto respeto o m¨¢s que un malet¨ªn de ejecutivo. Los programas sat¨ªricos de los a?os ochenta, como Spitting Image, sol¨ªan representar a la Dama de Hierro dando bolsazos por este motivo.
La reina Isabel jam¨¢s se separa de su bolso. Y cuentan que no es solo porque le resulte pr¨¢ctico para llevar sus enseres personales sino porque tambi¨¦n lo usa para comunicase en clave con su equipo. El principal defensor de esta teor¨ªa es el historiador Hugo Vickers, quien ha contado que cuando Su Majestad cambia su bolso de brazo es porque quiere acabar con la conversaci¨®n que est¨¢ teniendo. As¨ª que, si hace ese gesto, alguien de su s¨¦quito aparece para terminar con el encuentro con alguna excusa.
Tanto los bolsos de la Reina como los de la Dama de Hierro sal¨ªan de los mismos talleres: los de la firma brit¨¢nica Launer. La firma de marroquiner¨ªa es proveedora oficial de la Casa Real, es decir, cuenta con lo que se denomina como un Royal Warrant desde 1968. Es una casa que solo usa m¨¦todos artesanales para producir sus art¨ªculos y que ¨²nicamente produce en Inglaterra.
Un bolso negro es el complemento que la primera dama de los Estados Unidos escogi¨® para entrar ayer en la que un d¨ªa fue la casa de Margaret Thatcher: el n¨²mero 10 de Downing Street. Los Trump acudieron a esta m¨ªtica direcci¨®n para visitar a Theresa May y Melania decidi¨® llevar en su mano ¡°el cetro de piel¡±, pero el suyo, hecho en Francia. No es necesario especular mucho para descubrir de qu¨¦ marca es el bolso de la Primera Dama porque ella misma se encarg¨® de dejar a la vista de forma muy obvia el marchamo Herm¨¨s. Tampoco hubi¨¦semos necesitado ver ese logo dorado -que, en el caso del modelo que ella portaba, solo se ve si se retira de forma intencionada la solapa exterior de cierre- para reconocer la inconfundible silueta de un Birkin. Pero Melania se encarg¨® de que quedase muy claro: su bolso, realizado en una piel ex¨®tica, lo hab¨ªa fabricado uno de los buques insignias de ese lujo antiguo que solo los franceses saben llevar hasta sus ¨²ltimas consecuencias. Equivalente en planteamientos a la brit¨¢nica Launer, Herm¨¨s solo produce en suelo galo, de forma artesanal y con ediciones limitad¨ªsimas.
Los Birkin son a?o tras a?os los bolsos que alcanzan los precios m¨¢s altos en el mercado de primera mano, en el de segunda y sobre todo en las subastas (el m¨¢s barato puede cuesta 50.000 euros, el m¨¢s caro se vendi¨® en una puja de Christies el a?o pasado 300.000). El Launer, por su lado, es econ¨®mico en comparaci¨®n: aproximadamente 2.000 euros.La visita de los Trump a Reino Unido se produce en un momento en el que el pa¨ªs pasa por un momento de enorme incertidumbre econ¨®mica, tras la crisis del Br¨¦xit y la dimisi¨®n de la Primera Ministra.
Intencionadamente o no, Melania Trump, como la Reina Isabel, se estaba comunicando con su bolso negro: estaba diciendo, sobre todo, tengo mucho dinero.
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