Los ¡®nepo babies¡¯ de la moda: as¨ª se tejen las estrategias de sucesi¨®n en la industria
Antes de las sospechas de prebendas entre modelos, lo del privilegio ya era evidente en la moda. Un negocio en el que las din¨¢micas familiares mantienen la maquinaria empresarial y el linaje cotiza como el talento.
El nuevo director art¨ªstico de la colecci¨®n masculina de Louis Vuitton es un cantante y productor discogr¨¢fico. ¡°?Me pueden decir qu¨¦ les voy a ense?ar a mis alumnos de la universidad?¡±, trinaba el dise?ador y docente Alfred Besora, profesor de sociolog¨ªa de la moda en Idep, la escuela superior de imagen y dise?o de Barcelona, en cuanto salt¨® la liebre (de nombre Pharrell Williams) a finales de febrero. Lo de la celebridad desplazando del foco y ocupando el lugar no ya del talento, sino del mero oficio, son viejas noticias tambi¨¦n en el negocio del vestir, pero movimientos como la designaci¨®n a dedo de estrellas multimillonarias del showbiz para el que, seguramente, sea el cargo de mayor relevancia y peso espec¨ªfico creativo del sector sigue escociendo a veces. Un nuevo clavo en la caja que contiene el mensaje de una industria de discurso cada vez m¨¢s calculado y masivo por la tiran¨ªa de las redes sociales, que env¨ªa un aviso ambiguo a quienes todav¨ªa sue?an con hacer carrera y medrar en ella: a veces no importa lo mucho que te hayas dejado la piel (y tambi¨¦n los ahorros) estudiando. El esfuerzo y la profesionalidad no son las ¨²nicas varas de medir.
¡°Querida industria de la moda, cuidado con privilegiar a los privilegiados. Deja la puerta abierta a los raritos que tienen que inventarse sus vidas para escapar de pueblos de mierda. Es la ¨²nica manera de mantener la vitalidad y la creatividad¡±, insta el veterano escaparatista, columnista y escritor brit¨¢nico Simon Doonan en su recopilaci¨®n de ensayos autobiogr¨¢ficos The Asylum: True Tales of Madness from a Life in Fashion (Blue Rider Press, 2013). La pr¨¢ctica extendida de ponderar el nombre, linaje, agenda de contactos o cuenta corriente antes que la formaci¨®n y las capacidades para desempe?ar un trabajo o detentar un cargo no es, en realidad, significativa a efectos de resultados, pero evidencia que el llamado ascensor social no funciona aqu¨ª tampoco. Quiz¨¢ porque la moda, como sol¨ªa decir Karl Lagerfeld, de sistema democr¨¢tico, nada.
¡°Que las marcas tiren de caras conocidas en tiempos de incertidumbre no deber¨ªa sorprender a nadie. El nepotismo como transacci¨®n familiar est¨¢ en el coraz¨®n de la propia naturaleza humana¡±, esgrime la articulista londinense Tabi Jackson Gee, inquirida por la cuesti¨®n en la plataforma online de j¨®venes dise?adores Not Just A Label. ¡°Si no podemos juzgar a unos padres por transmitir sus ideales o sabidur¨ªa a sus hijos, tampoco deber¨ªamos hacerlo con quienes pasan el testigo en t¨¦rminos de dinero y poder, o financian las aventuras de sus reto?os. Es su prerrogativa¡±, remata.
Cosa de ¡®famiglia¡¯
La controversia a prop¨®sito de un tr¨¢fico de influencias institucionalizado desde los d¨ªas del papado medieval saltaba por en¨¦sima vez a finales de 2022, ahora amplificada por el altavoz digital, a prop¨®sito de un qu¨ªtame all¨¢ ese influyente parentesco a la hora de desfilar y cerrar contratos publicitarios. Nepo baby es desde entonces el calificativo que usa para se?alar las presuntas regal¨ªas laborales de hijos e hijas con trasfondo de lucha de clases. En la moda, suele reducirse a modelos o embajadoras de marca, aunque el suyo haya sido de siempre uno de los mayores campos abonados para el privilegio. Porque, en efecto, este siempre ha sido un sector de din¨¢micas eminentemente familiares o endog¨¢micas. Lo saben bien los italianos, cuya industria textil, la segunda en importancia del pa¨ªs tras la del autom¨®vil, es cosa de famiglia, aunque por supuesto haya consejeros delegados ajenos. Los Gucci. Los Versace. Los Prada. Los Zegna. Los Maramotti (Max Mara). Los Della Valle (Tod¡¯s). Los Ferragamo y los Missoni. A Roberta Armani, sobrina de Giorgio, se la considera sucesora natural de la firma de su t¨ªo, en la que ejerce de relaciones p¨²blicas para clientes y amigos vip. La lista es larga, porque adem¨¢s los testigos ejecutivos pasan de generaci¨®n en generaci¨®n: se da por sentado que hijos, nietos, sobrinos o sobrino-nietos han sido entrenados desde j¨®venes para garantizar la continuidad din¨¢stica empresarial.
¡°Los planes de sucesi¨®n en puestos estrat¨¦gicos han sido instrumentales en el ¨¦xito de las marcas de los grandes entramados multinacionales desde hace 20 a?os¡±, constata Thomas Chauvet, analista de la financiera Citi, citando a David Lauren, el m¨¢s joven de los reto?os de Ralph Lauren, clave en la recuperaci¨®n econ¨®mica de la ense?a estadounidense, y a los cinco v¨¢stagos de Bernard Arnault, que ha ido colocando de forma estrat¨¦gica en las diferentes divisiones de Louis Vuitton Mo?t Hennessy (Delphine, la mayor, ascend¨ªa en febrero a directora ejecutiva de Dior). Su rival en las lides del lujo, el presidente de Kering, Fran?ois-Henri Pinault, es un nepo baby de manual. Tambi¨¦n Marta Ortega, por m¨¢s pasado ejemplarizante como dependienta doblando camisetas que se le aireara tras el anuncio de su promoci¨®n a presidenta no ejecutiva de Inditex. ¡°Este es un negocio caro, no es como el m¨²sico que puede subir sus canciones a YouTube gratis, hace falta una inversi¨®n para lanzar una marca¡±, concluye Jackson Gee. ¡°Pero que la moda acepte y hasta celebre los v¨ªnculos familiares tampoco significa que asfixie la creatividad¡±. Cierto. Nadie puede decir que Stella McCartney no tenga talento. O que por cada Harris Reed haya un Alexander McQueen. O un John Galliano. Por cierto, Rihanna vuelve a Puma.
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