Una nueva reivindicaci¨®n de Fran?oise Gilot, la mujer que se hart¨® de Picasso
Comparti¨® con el pintor 10 a?os de convivencia y dos hijos, Paloma y Claude. Francia empieza a levantar el velo que ha mantenido durante 70 a?os sobre la obra de una artista reconocida en Estados Unidos, pero a la que su pa¨ªs y los intelectuales de la ¨¦poca dieron la espalda cuando se atrevi¨® a dejar al malague?o.
¡°Nunca escuch¨¦ a nadie decirle que no a Picasso. De hecho, a m¨ª me llamaba ¡®la mujer que dice no¡¯, porque cuando ten¨ªa que decir no, lo dec¨ªa¡±. As¨ª resum¨ªa la pintora Fran?oise Gilot lo que fueron los 10 a?os de convivencia junto a Pablo Picasso, con quien tuvo dos hijos, Paloma y Claude, antes de decidir poner distancia entre ambos para no dejarse absorber por el minotauro. Ella fue la ¨²nica mujer capaz de sobrevivir a la convivencia con el artista malague?o una vez que pas¨® a ser admirado por su obra y talento. Camino de cumplir 102 a?os, Gilot reside hoy apartada del mundo, en Nueva York, mientras contempla desde la vejez y la m¨¢xima discreci¨®n c¨®mo su obra empieza por fin a ser reconocida en Europa,?especialmente en Francia, su pa¨ªs, que hasta hace muy poco la margin¨®.
A ella seguro que ya la han visto: su cuello largo, su lunar en la mejilla y una mirada penetrante protagonizan numerosos retratos femeninos de Picasso. A diferencia de otras, tuvo m¨¢s suerte y no pas¨® a la historia como Mujer que llora, t¨ªtulo con el que el artista retrat¨® por ejemplo a Dora Maar.?Quiz¨¢s precisamente por eso las ¨¦lites de la pintura francesa no han sido tan ben¨¦volas con Gilot como lo han sido con Dora Maar. Por su propia?trayectoria?pero tambi¨¦n?por?su condici¨®n de musa, Maar es una figura de proa en el surrealismo franc¨¦s y ha sido objeto de numerosas exposiciones. En cambio, Gilot, a este lado del Atl¨¢ntico?es poco?m¨¢s que un dibujo olvidado.?
¡°Gilot es la ¨²nica mujer que no se dej¨® romper por Picasso, salvo Fernande Olivier, y no me parece casual. Tambi¨¦n Fernande escribi¨® libros de sus recuerdos con Picasso. ?l no la destruy¨®,?pero tampoco hizo por salvarla, y muri¨® en la miseria¡±, dice a S MODA la bi¨®grafa y amiga personal de Gilot, Annie Ma?llis, autora tambi¨¦n del documental La femme qui dit non, que vuelve a la antena de Arte esta semana con motivo del 50? aniversario de la muerte de Picasso.
Fran?oise Gilot conoci¨® a Picasso en el Par¨ªs de la guerra, durante la ocupaci¨®n nazi. Ella era entonces una joven artista con grandes aspiraciones.?Como ella misma cuenta en el pol¨¦mico libro Vivir con Picasso, publicado en 1964 junto al cr¨ªtico literario Carlton Lake, que dio forma a su testimonio, se?cruzaron por primera vez?en el restaurante Le Catalan, punto de encuentro?de artistas. ¡°Estaba con una amiga y el actor Alain Cuny, que cenaba con nosotras. Picasso vino a hablarnos, dici¨¦ndole a Cuny que lo conoc¨ªa: ?me puede presentar a sus amigas?¡±. Ella respondi¨® sin miedo y le explic¨® que era artista. A partir de entonces, y aceptando la invitaci¨®n de Picasso, empez¨® a visitarlo en su taller de Grands Augustins?por las ma?anas. ¡°El d¨ªa que me invit¨® a venir por la tarde entend¨ª muy bien lo que quer¨ªa decir¡±, a?ade Gilot en el libro de entrevistas Dans l¡¯ar¨¨ne avec Picasso (en el ruedo con Picasso), de Ma?llis, reeditado en 2021.?Era mayo de 1943, Picasso ten¨ªa 61 a?os, ella, 21.
Gilot y Picasso no tardaron en enamorarse.?La francesa?contaba?en su libro lo que fueron los primeros meses de la relaci¨®n,?donde el pintor intentaba atizar los celos de unas y otras,?pues en realidad ¨¦l estaba entonces con Dora Maar, con la que hab¨ªa enga?ado previamente a Marie-Th¨¦r¨¨se de Walter. De Walter no acab¨® de superar los traumas de su relaci¨®n y se suicid¨® en 1977, cuatro a?os despu¨¦s de la muerte de Picasso. Maar, por su parte, acab¨® en un psiqui¨¢trico. Entre tanto, Picasso nunca hab¨ªa podido separarse legalmente de su primera mujer, la bailarina rusa Olga?Jojlova, que muri¨® en 1955 de c¨¢ncer sin haberle concedido el divorcio. Picasso, con quien compart¨ªa un hijo, no se molest¨® en ir al?entierro.
El control que Picasso ejerc¨ªa en sus amigos y parejas ha sido motivo de controversia y foco de varios libros como El minotauro, de Sophie Chauveau, o Mi abuelo, de Marina Picasso, nieta del artista. En los a?os sesenta, el libro de Gilot ya serv¨ªa de testigo de lo que deb¨ªa ser soportar al creador cada d¨ªa. Tambi¨¦n lo cont¨® en sus diarios Jean Cocteau, uno de los pocos que permaneci¨® fiel a Gilot cuando ella?dej¨® a Picasso?y tanto los amigos del pintor?como las galer¨ªas de arte?empezaron?a darle?la espalda. Cocteau se encontraba en el taller del?espa?ol?cuando escuch¨® c¨®mo este le dec¨ªa a su pareja: ¡°No eres para m¨ª m¨¢s que el polvo de esta escalera¡±. Gilot le respondi¨® con retranca: ¡°Yo no necesito que me barran, me habr¨¦ ido antes¡±.?Una de las numerosas an¨¦cdotas que han pasado a la posteridad, y que reflejan a un hombre indeciso hasta las trancas con las cuestiones m¨¢s nimias y con un humor cuanto menos cambiante.
¡°Lo de Picasso era sobre todo una tortura psicol¨®gica. No era un hombre violento ni un depredador como dir¨ªamos ahora. Tanto?a?las mujeres como?a?los hombres con los que ten¨ªa confianza los pon¨ªa continuamente a prueba. Pero ella era lo suficientemente fuerte para responder. Otros no lo fueron¡±, dice Ma?llis. Como?de?Fernande, otra mujer libre, Picasso estuvo profundamente enamorado?de Fran?oise, pero no soport¨® que lo dejara.?El trauma del abandono, que arrastraba desde la infancia, resurgi¨® cuando en 1954, con dos ni?os peque?os, Fran?oise hizo las maletas y se fue de la casa que compart¨ªan en Vallauris, en el sur de Francia.?
¡°Creo que lo que fascin¨® a Picasso de Fran?oise era precisamente que era una mujer fuerte.?Hac¨ªa falta mucho car¨¢cter para dejar a Picasso. ?l le dec¨ªa a Gilot que nadie podr¨ªa dejarlo, y eso era precisamente lo que no ten¨ªa que haberle dicho porque inmediatamente aument¨® su deseo de dejarlo¡±,?comenta?Ma?llis, que lleva 30 a?os compartiendo intimidades con la pintora y con sus hijos, con quienes ha podido tambi¨¦n hablar largo y tendido sobre Picasso.
Lo peor para Gilot vino sin duda tras separarse del artista, con quien?hab¨ªa establecido?un interesante mano a mano pict¨®rico durante los a?os que compartieron. A diferencia de sus anteriores parejas, Gilot se neg¨® a convertirse en una musa. Ella no quer¨ªa ser ¡°la criatura¡± de una de sus obras, sino ¡°la creadora¡±,?y a menudo lo pint¨® a ¨¦l.?Tras la separaci¨®n, Gilot empez¨® a tener problemas con sus galeristas, sobre todo a ra¨ªz de casarse con otro hombre y tener una hija, pero la publicaci¨®n del libro en 1964 le vali¨® en cierto modo el exilio. Picasso trat¨® hasta en tres ocasiones de vetar su publicaci¨®n.?Decenas?de artistas, entre ellos Rafael Alberti, Jos¨¦ Bergam¨ªn, Camilo Jos¨¦ Cela,?Michel Leiris?y otros incondicionales de la libertad de expresi¨®n, publicaron una?petici¨®n?pidiendo la prohibici¨®n del libro en Francia. No lo lograron, pero Gilot se vio obligada a empezar una nueva vida.?En 2019, durante una exposici¨®n que le dedicaron en Nueva York, la pintora insisti¨® en que no pod¨ªa vivir en Francia:??A la gente no le gusto, no se puede imaginar cu¨¢nto me odian?.?Gilot no volvi¨® a dirigirle la palabra a ninguno de ellos, si bien algunos trataron de disculparse.?
Pero el vac¨ªo institucional en torno a la obra de Gilot, cuyas pinturas se venden en Estados Unidos y otros pa¨ªses por cientos de miles de?d¨®lares, ha sido una constante hasta esta d¨¦cada.?¡°La motivaci¨®n detr¨¢s de nuestra exposici¨®n fue la injusticia que hay en el mundo del arte hacia las mujeres, y muy particularmente con el caso de Fran?oise Gilot¡±, explica Elisa Farran, directora del Museo Estrine, en Saint-R¨¦my-de-Provence, que acogi¨® en 2021 la primera muestra sobre su obra, comisariada por Ma?llis. La exposici¨®n tuvo una buena acogida, con m¨¢s de 20.000 visitantes en los seis meses que estuvo abierta al p¨²blico. Seg¨²n Ma?llis, en los ¨²ltimos meses han contactado?con ella?para una posible exposici¨®n en Espa?a y una retrospectiva en una gran ciudad,?a¨²n sin confirmar.
La propia?Farran se sorprendi¨® de no conocer a esta pintora, que no aparec¨ªa ni siquiera entre los nombres de las grandes artistas francesas del ¨²ltimo siglo, y confiesa que hubo un punto de redenci¨®n en tratar de acercar al p¨²blico a la obra de Gilot. ¡°Para m¨ª lo importante era destacar que hablamos de una artista francesa, sabiendo que Francia la ha tenido siempre en su lista negra, y que la dej¨® fuera como si fuera una indeseable. Pero ten¨ªamos que mostrar hasta qu¨¦ punto Gilot, formada en Francia y hasta mucho despu¨¦s de instalarse en Estados Unidos, guard¨® las caracter¨ªsticas de una pintora francesa y europea¡±.
Los a?os franceses, el t¨ªtulo de la muestra y del libro de la misma, reflejan precisamente el trabajo de Gilot en?la figuraci¨®n pospicassiana?de los a?os cuarenta, su camino hacia la abstracci¨®n, el peso del color ¡ªque aprendi¨® de Matisse, su pintor favorito¡ª, pero tambi¨¦n la fuerza de sus dibujos. ¡°Cuando Gilot conoci¨® a Picasso ya era una artista con cierto dominio. La construcci¨®n de sus obras es muy s¨®lida, gracias a la fuerza de sus dibujos. Ella se divierte retratando a sus hijos y dando una respuesta a su vida de pareja.?No se puede comparar con Picasso, pero hay que insistir en?que?no fue una mera mano ejecutora, sino una artista de gran talento?.
Gilot, que adem¨¢s de?pintora es?una testigo excepcional de los c¨ªrculos art¨ªsticos del siglo XX, no pudo asistir a su primera exposici¨®n en Francia y, a sus 101?a?os, no sale de Nueva York, si bien se encuentra en pleno control de sus facultades mentales. Ha mantenido una?firme?discreci¨®n e inaccesibilidad en?la segunda parte de su vida,?y ya no quiere dar entrevistas ni ser molestada. Pero al menos ha llegado?a presenciar c¨®mo su pa¨ªs?volv¨ªa?poco a poco a interesarse por su?trabajo.
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