Los obispos critican la selecci¨®n de embriones para lograr beb¨¦s que curen a sus hermanos
"La dignidad del ser humano exige que los ni?os no sean producidos, sino procreados", aseguran
La Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) ha emitido hoy un comunicado en el que muestra su rechazo a la t¨¦cnica utilizada por un hospital p¨²blico sevillano que ha permitido el nacimiento de un beb¨¦ libre de una grave enfermedad hereditaria que padece su hermano y con el que es compatible, tras ser seleccionado gen¨¦ticamente. La sangre de su cord¨®n umbilical servir¨¢ para realizar el trasplante que necesita su hermano para superar una anemia cong¨¦nita severa. La Iglesia critica que se haya puesto el acento "en la feliz noticia del alumbramiento y en la posibilidad de la curaci¨®n de la enfermedad de su hermano" y se hayan silenciado las "implicaciones morales" de este procedimiento. Los obispos denuncian "el hecho dram¨¢tico de la eliminaci¨®n de los embriones enfermos y eventualmente aquellos que, estando sanos, no eran compatibles gen¨¦ticamente". A su juicio, en este caso, "el nacimiento de una persona humana ha venido acompa?ado de la destrucci¨®n de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida". "Someter la vida humana a criterios de pura eficacia t¨¦cnica supone reducir la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad", afirma la CEE en la nota.
"Los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser ¨²tiles desde la perspectiva t¨¦cnica", prosigue el comunicado, que a?ade que el beb¨¦, que naci¨® el pasado domingo, "ha sido escogido por ser el m¨¢s ¨²til para una posible curaci¨®n", por lo que "se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en s¨ª mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad t¨¦cnica".
Al respecto, los obispos recuerdan el documento de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal del 30 de marzo de 2006, que denuncia la "injusticia que se comete con los seres humanos producidos en el laboratorio", tratados "como un mero producto conseguido por el dominio instrumental de los t¨¦cnicos". Este texto se?ala que "la dignidad del ser humano exige que los ni?os no sean producidos, sino procreados" y que "los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas pr¨¢cticas horrendas son inaceptables". "Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a nadie", asevera el documento, titulado Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducci¨®n humana artificial y sobre las pr¨¢cticas injustas autorizadas por la ley que la regular¨¢ en Espa?a.
"Dar voz a los que no la tienen"
El mencionado beb¨¦, que se llama Javier, naci¨® con la esperanza de poder dar a su hermano Andr¨¦s, de 6 a?os y afectado de beta-talasemia mayor, una oportunidad para seguir con vida. La t¨¦cnica utilizada se denomina Diagn¨®stico Gen¨¦tico Preimplantatorio, que s¨®lo ofrece la sanidad p¨²blica andaluza y que contempla la Ley de Reproducci¨®n Humana Asistida de 2006. El procedimiento se lleva a cabo en tratamientos de fecundaci¨®n in vitro y consiste en implantar a la madre, despu¨¦s de una selecci¨®n gen¨¦tica, embriones compatibles con los de su otro hijo para que el futuro ni?o pueda aportar c¨¦lulas madre con las que intentar curar la enfermedad del hermano mayor.
Se trata de la primera vez que un procedimiento de estas caracter¨ªsticas se realiza ¨ªntegramente en Espa?a, y ha sido llevado a cabo por la Unidad de Gen¨¦tica, Reproducci¨®n y Medicina Fetal del Hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla. Hasta ahora hab¨ªan nacido en Espa?a ni?os seleccionados gen¨¦ticamente para curar a su hermano, pero los tratamientos de reproducci¨®n asistida en los que se realiza tal selecci¨®n se hab¨ªan realizado en el extranjero, despu¨¦s de que el Ministerio de Sanidad rechazara esos casos tras la entrada en vigor de la Ley de Reproducci¨®n Asistida.
Con su pronunciamiento, la CEE dice "prestar su voz a aquellos que no la tienen y a los que han sido privados del derecho fundamental a la vida", y aclara que no pretende "juzgar la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios ¨¦ticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano".
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