Un pie y unos hipop¨®tamos ayudan a interpretar el 'Hobbit'
Dos investigaciones en 'Nature' intentan explicar la procedencia del hom¨ªnido y su reducido tama?o
Los extra?os huesos f¨®siles de hom¨ªnido descubiertos en la isla de Flores hace cinco a?os siguen muy lejos de descansar en paz. Se tratar¨ªa de un ser con un cerebro inusualmente reducido y cuerpo peque?o en general que justifica el apodo de Hobbit. Para sus descubridores esos huesos son de una nueva especie humana (Homo floresiensis) que vivi¨® all¨ª hace entre 95.000 y 17.000 a?os (poco despu¨¦s se pint¨® la cueva de Altamira). Para los cr¨ªticos podr¨ªan ser individuos normales con una malformaci¨®n, una forma de enanismo patol¨®gico, con evidente microcefalia. Unos y otros no se han puesto de acuerdo y a lo mejor tardan en hacerlo, pero este jueves se presentan en la revista Nature dos investigaciones que pueden acercar posturas: una se basa en el cerebro peque?o de los hipop¨®tamos de Madagascar, la otra en el estudio exhaustivo del pie del Homo floresiensis.
Hasta ahora se ha encontrado en Flores un esqueleto incompleto, incluido el cr¨¢neo, de un individuo que medir¨ªa un metro, pesar¨ªa 30 kilos y tendr¨ªa una capacidad craneal de 417 cent¨ªmetros c¨²bicos, como un chimpanc¨¦. Tambi¨¦n se han descubierto varios f¨®siles de otros individuos, en total media docena. Adem¨¢s, las excavaciones arqueol¨®gicas han proporcionado pruebas de que aquellos seres hac¨ªan herramientas de piedra y cazaban elefantes enanos y dragones de Komodo.
El estudio de los hipop¨®tamos de Madagascar se utiliza ahora como modelo para explicar el reducido tama?o del Hobbit. La idea es que la insularidad favorece la disminuci¨®n evolutiva pronunciada del tama?o, probablemente porque el cerebro es un ¨®rgano costoso en t¨¦rminos energ¨¦ticos para el organismo y puede resultar ¨²til -y, por tanto, seleccionado por la evoluci¨®n- la reducci¨®n del tama?o cerebral como un ahorro significativo y tolerable cuando una especie se encuentra aislada. A partir de estos hipop¨®tamos los investigadores extrapolan la conclusi¨®n al Homo floresiensis, ¨¦l mismo un isle?o.
En cuanto al pie del Hobbit, los estudios que se presentan ma?ana muestran que se combinan en ellos caracter¨ªsticas propias del pie humano moderno apto para andar y correr s¨®lo con dos patas, con otras muy antiguas evolutivamente, incluso parecidas a las de los monos. Se sabe ahora que nuestro pie moderno surgi¨® en la evoluci¨®n hace 1,5 millones de a?os y seguramente en el Homo erectus, la especie de origen africana que emigr¨® a otros continentes.
Los rasgos del pie del Hobbit sugieren a los cient¨ªficos que lo han estudiado que, lejos de ser ¨¦ste un individuo de una poblaci¨®n moderna de enanos, procede de una especie muy primitiva, tal vez anterior a¨²n al Homo erectus. Daniel E. Lieberman, de la Universidad de Harvard, comenta los ¨²ltimos descubrimientos en Nature y considera que esta hip¨®tesis es demasiado audaz. ?l recuerda que la mejor, y tal vez la ¨²nica, forma de salir de dudas es encontrar m¨¢s f¨®siles del Hobbit y su familia.
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