Jos¨¦ Comas, Berl¨ªn
La presentaci¨®n de 'Cr¨®nicas del linfoma', del corresponsal de EL PA?S, coincide con la segunda edici¨®n del libro
Jos¨¦ Comas, el corresponsal de EL PA?S en Berl¨ªn que muri¨® de c¨¢ncer hace un a?o y dos meses, escribi¨® durante el periodo de su enfermedad, un linfoma, una serie de cr¨®nicas que encabez¨® como si fuera un enviado especial a su propia enfermedad; envi¨® las cr¨®nicas, que altern¨® hasta el momento de su muerte con su trabajo como periodista en la capital alemana, a un grupo de amigos a los que llamaba el cuerpo m¨ªstico; esos amigos, a su vez, enviaron las cr¨®nicas a otros, hasta que esta rueda de corresponsales de Comas se convirti¨® en una gran orquesta de amistad.
Ahora esas cr¨®nicas que conocieron sus ¨ªntimos y sus seguidores, una legi¨®n de amigos, est¨¢ en libro. Este mi¨¦rcoles se present¨® en el Centro Asturiano de Madrid, ante un p¨²blico que sigui¨® con emoci¨®n las peripecias de Pepe; el acto acab¨® con la interpretaci¨®n de Asturias patria querida. De todo lo que se dijo a Pepe le hubiera extra?ado una cosa: no se habl¨® de f¨²tbol, su pasi¨®n casi religiosa.
"A los que ahora dicen que hay crisis ¨¦l les hubiera ense?ado qu¨¦ es de verdad una crisis, porque las vivi¨® en Am¨¦rica, en Europa..."
La presentaci¨®n del libro, editado por Rey Lear, ha coincidido con la aparici¨®n de la segunda edici¨®n de Cr¨®nicas del linfoma, seg¨²n anunci¨® el editor, Jes¨²s Egido. "En estos tiempos", dijo Egido, "llegar a una segunda edici¨®n es como el milagro de Lourdes". El milagro se debe a la constancia con la que Ana Lorite, la mujer de Comas, se empez¨® en lograr que estas cr¨®nicas fueron la expresi¨®n de su compa?ero por agarrarse a la vida, con valent¨ªa, entereza y sentido del humor. Esos valores son precisamente los que destac¨® el periodista Miguel ?ngel Aguilar para subrayar la actitud profesional con la que Comas no s¨®lo abord¨® el oficio sino esa misma contingencia dram¨¢tica de la vida, la lucha por sobrevivir al ataque de un enemigo tan artero y terrible como el c¨¢ncer.
Acaso fue el car¨¢cter asturiano de Pepe, que cre¨ªa que sus paisanos y ¨¦l descend¨ªan directamente del arrojo de Don Pelayo, el que le dio fuerza para plantear esa lucha que en Cr¨®nicas del linfoma se cuenta sin dramatismo, como una consecuencia natural del hecho de estar vivo... La historia que se cuenta, dijo Aguilar, "es emocionante y certera", como suelen ser las cr¨®nicas que hace, dijo el veterano periodista, "la gente que cree en este oficio". Como en otras asignaciones profesionales, "el estaba ah¨ª para contarlo", sin vuelo en el verso, derechamente, y con la capacidad de externalizaci¨®n de su dolor que distingue, por cierto, no s¨®lo el libro sino el propio concepto del periodismo que ejerci¨® Pepe Comas.
Un joven colega, Guillermo Altares, habl¨® de la actitud profesional de Comas como un ejemplo de lo que es capaz un periodista en tiempos de crisis; "a los que ahora dicen que hay crisis ¨¦l les hubiera ense?ado qu¨¦ es de verdad una crisis, porque las vivi¨® en Am¨¦rica, en Europa...", y las vivi¨® en propia carne. "A los colegas j¨®venes nos regal¨® la esperanza en el oficio".
Ana Lorite, su compa?era, ley¨® un poema de Dylan Thomas, No entres sumiso en esa gran noche", que termina as¨ª: "Reb¨¦late contra la muerte de la luz". Comas se rebel¨®, como se rebel¨® Favila, el hijo de Don Pelayo (y Ana Lorite llamaba Favila a Pepe), y esa rebeli¨®n convierte este Cr¨®nicas del linfoma "en un libro sobre la vida, no en un libro sobre la muerte". Aqu¨ª, dijo Lorite (as¨ª la llamaba ¨¦l, en sus cr¨®nicas), "est¨¢ Pepe en estado puro", "un enviado especial, como dec¨ªa su gran amigo Melchor Fern¨¢ndez, su colega, a su propia enfermedad".
Despu¨¦s de escuchar Asturias patria querida, interpretada por el m¨²sico Mario Cordero, alguien coment¨® al o¨ªdo del cronista: "?Que hubiera dicho Pepe si est¨¢ en un acto en el que nadie cita al Sporting!" Pues no lo cit¨® nadie, pero ah¨ª estaba presente, en una fotograf¨ªa que coloc¨® Miguel Mun¨¢rriz, delegado de Asturias en Madrid, periodista tambi¨¦n, e hijo del que fue legendario portero del equipo favorito del cronista de Cangas.
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