Zod¨ªaco, calendarios y manuscritos iluminados
'Las muy ricas horas del Duque de Berry' es un libro de horas del siglo XV ricamente decorado con motivos astron¨®micos
La Tierra gira en torno al Sol en una ¨®rbita el¨ªptica que define un plano denominado ecl¨ªptica. Las ¨®rbitas de los dem¨¢s planetas se hallan cercanas al mismo plano. Para un observador en la Tierra, la sensaci¨®n es que tanto el Sol como los planetas se mueven en la esfera celeste siguiendo una trayectoria confinada en una estrecha banda que atraviesa las constelaciones del Zod¨ªaco. Dicha banda se divide en doce segmentos, cada uno de 30 grados y ocupado por una de las constelaciones. Cada mes el Sol se halla en una constelaci¨®n diferente, de ah¨ª que haya doce signos zodiacales.
Debido a la precesi¨®n del eje de rotaci¨®n de la Tierra (dicho eje define un cono, de manera similar al movimiento de una peonza), que dura cerca de 26.000 a?os, el aspecto del cielo estrellado cambia lentamente con el tiempo (precesi¨®n de los equinocios). Por este motivo, en un d¨ªa dado el Sol no est¨¢ en la misma constelaci¨®n del Zod¨ªaco en la que se hallaba en la antig¨¹edad. As¨ª, en el siglo II a.C., cuando el astr¨®nomo griego Hiparco de Nicea descubri¨® este fen¨®meno, el Sol estaba en la constelaci¨®n de Aries al comenzar la primavera, mientras que ahora se halla en Piscis.
El libro fue encargado por el duque de Berry, hijo del rey Juan II de Francia, a los hermanos Limbourg
Los signos del Zod¨ªaco aparecen representados en numerosos calendarios desde la antig¨¹edad. Aqu¨ª se muestra un ejemplo muy hermoso, inclu¨ªdo en el libro de horas Las muy ricas horas del Duque de Berry, un manuscrito iluminado del siglo XV. El calendario, la parte m¨¢s conocida del libro, contiene doce ilustraciones, cada una de las cuales representa uno de los doce meses y ocupa una p¨¢gina completa. En cada una se muestran escenas en las que las gentes se entregan a sus labores cotidianas propias del mes en curso (para algunos meses, se representan fastuosas celebraciones). Las ilustraciones demuestran un cuidado exquisito del detalle, que requiri¨® del uso de fin¨ªsimos pinceles y, probablemente, lentes.
La b¨®veda celeste
El ¨¢rea semircircular que corona cada ilustraci¨®n representa la b¨®veda celeste mediante un fondo estrellado. Contiene el calendario del mes con diversas efem¨¦rides. Entre las estrellas se aprecian los dos signos del Zod¨ªaco correspondientes a ese mes. En el centro aparece un carro arrastrado por caballos alados que transporta el Sol. En la mitolog¨ªa de muchas culturas, el camino aparente que recorre el Sol cada d¨ªa en el cielo de Este a Oeste es representado por una barca o un carro arrastrado por caballos alados que transportan el Sol.
La iluminaci¨®n es la t¨¦cnica que se utilizaba para decorar los manuscritos de la antig¨¹edad tard¨ªa y la Edad Media. Los manuscritos iluminados son a menudo preciosos tesoros que pertenecieron a emperadores, reyes, pr¨ªncipes y de los que s¨®lo existe un ejemplar en todo el mundo. Muchos se realizaron en papiro, que ser¨ªa sustituido por el pergamino a partir del siglo II y por el papel desde el siglo XI. El pergamino resultaba caro, pues se elaboraba a partir de la piel de animales (por ejemplo, para la Biblia de Winchester hubo que sacrificar 250 terneros), pero se conservaba mejor que el papiro y era m¨¢s resistente al paso del tiempo.
Libro de oraciones
Los libros de horas, como Las muy ricas horas del duque de Berry, eran libros de oraciones para los laicos, y frecuentemente eran iluminados con gran lujo. A menudo aparec¨ªa antes de la lista de oficios un calendario con im¨¢genes aleg¨®ricas de los doce meses, siendo uno de los m¨¢s admirados el aqu¨ª mostrado. El libro fue encargado por el duque de Berry, hijo del rey Juan II de Francia, a los hermanos Limbourg, Jean, Paul y Hermann. Los tres murieron en 1416 como consecuencia de una epidemia, el mismo a?o en que falleci¨® el duque, y el libro qued¨® sin terminar. No ser¨ªa hasta unos 70 a?os m¨¢s tarde, hacia 1485, cuando Carlos I de Saboya encarg¨® su finalizaci¨®n a Jean Colombe, aunque el calendario fue realizado por los hermanos Limbourg casi en su totalidad.
Hasta el siglo XII la reproducci¨®n de libros ten¨ªa lugar generalmente en los monasterios como trabajo colectivo (con el transcurso del tiempo, los laicos llegar¨ªan a apartar al clero de estas tareas). Era una trabajo lento y pesado; se requer¨ªa mucho esfuerzo para reproducir un texto sin ning¨²n error y con una caligraf¨ªa hermosa. Los pigmentos se extra¨ªan de minerales, plantas y animales y su elaboraci¨®n era complicada. A menudo se importaban de lugares lejanos, como el lapiz l¨¢zuli, que era car¨ªsimo. El libro de horas llegar¨ªa a convertirse en un s¨ªmbolo del status social y de poder.
Las muy ricas horas del Duque de Berry se expone en el Museo Cond¨¦, Chantilly (Francia).
Montserrat Villar es investigadora del Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa (CSIC) y coordinadora del A?o Internacional de la Astronom¨ªa en Espa?a
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