Ratzinger supo de la vuelta de un cura pederasta a la actividad parroquial cuando era obispo de M¨²nich

Joseph Ratzinger supo m¨¢s del caso del cura pederasta alem¨¢n Peter Hullermann cuando era obispo de M¨²nich de lo que los informes eclesi¨¢sticos han sugerido hasta ahora, informa hoy The New York Times. El peri¨®dico estadounidense asegura que al actual Papa le fue remitido un informe en el que se dec¨ªa que Hullermann iba a volver al trabajo pastoral parroquial unos d¨ªas despu¨¦s de empezar el tratamiento para superar su pedofilia, terapia que el propio Ratzinger hab¨ªa autorizado. Ese informe da cuenta tambi¨¦n de una reuni¨®n mantenida el 15 de enero de 1980, encabezada por Ratzinger, en la que se habr¨ªa aprobado el traslado de Hullermann de la parroquia de Essen en la que habr¨ªa cometido los abusos.

Tras conocerse p¨²blicamente el caso, el Obispado de M¨²nich reconoci¨® "errores graves" en el caso del padre Hullermann, aunque atribuy¨® tales equivocaciones a las personas que ten¨ªan que informar a Ratzinger, apuntando a su n¨²mero dos por aquel entonces, Gerhard Gruber. No obstante, el rotativo norteamericano admite que "todav¨ªa no est¨¢ claro" el rol que Ratzinger jug¨® en el asunto y "cu¨¢nto inter¨¦s" puso en el caso. Lorenz Wolf, vicario judicial del Obispado de M¨²nich, declara a The New York Times que el citado informe era rutinario y que "es poco probable que acabara en la mesa" de Ratzinger. Con todo, "no descarta" que el hoy Pont¨ªfice lo leyera. Sin embargo, el eclesi¨¢tico encargado del caso desde el principio, Friedrich Fahr, estuvo en todo momento "personalmente, excepcionalmente conectado con el cardenal Ratzinger", seg¨²n el peri¨®dico.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, ha desmentido lo publicado por The New York Times y ha reiterado, como ya hizo al trascender el caso, que Ratzinger no conoci¨® la decisi¨®n de reintegrar al sacerdote en la actividad pastoral parroquial. "Cualquier otra versi¨®n es mera especulaci¨®n", ha dicho. Lombardi ha recordado que Gruber asumi¨® la "total responsabilidad de su propia y equivocada decisi¨®n de trasladar al cura a otra parroquia" y que "no hizo caso de las indicaciones de Ratzinger, que hab¨ªa dispuesto que el sacerdote no desarrollase actividad pastoral alguna".

El diario alem¨¢n Sueddeutsche Zeitung cont¨® hace un par de semanas que Peter Hullermann hab¨ªa obligado a un menor de 11 a?os a practicarle sexo oral y fue trasladado desde Essen a Baviera cuando Ratzinger, que fue obispo de M¨²nich entre 1978 y 1981, era el te¨®rico responsable de asignar las misiones y ordenar los traslados de los curas. En Baviera, el cura se entreg¨® a nuevos abusos y nunca fue denunciado por la Iglesia a la justicia civil, ni tampoco apartado de su cargo.

El pasado s¨¢bado, el semanario alem¨¢n Der Spiegel aseguraba que en una carta enviada desde Essen se informaba a la di¨®cesis de M¨²nich de los abusos que Hullermann hab¨ªa cometido. Asimismo, en una entrevista en la cabecera Der Tagesspiegel, el psiquiatra Werner Huth, quien asisti¨® a Hullermann entre 1980 y 1992, dijo que alert¨® a los colegas de que este hombre "no deb¨ªa volver a trabajar con ni?os". Seg¨²n su descripci¨®n, el sacerdote era un pederasta y adem¨¢s "no manifestaba intenci¨®n de cambiar".

La noticia de que el Papa conoc¨ªa el traslado a otra parroquia de Hullermann llega un d¨ªa despu¨¦s de la publicaci¨®n tambi¨¦n en The New York Times de la documentaci¨®n que demuestra que Benedicto XVI, en sus a?os de prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, decidi¨® no apartar del sacerdocio al cura norteamericano Lawrence C. Murphy, acusado de haber abusado de 200 ni?os sordos entre 1950 y 1974. Lombardi explic¨® ayer que el Vaticano no castig¨® a Murphy porque cuando conoci¨® las acusaciones el cura estaba "muy enfermo". Y record¨® que Ratzinger s¨®lo fue informado del caso a finales de los noventa, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s de que la investigaci¨®n civil al pederasta hubiera terminado sin resultados. L'Osservatore Romano neg¨® las imputaciones y acus¨® a The New York Times de "un evidente e innoble intento de golpear, a toda costa, a Benedicto XVI y sus colaboradores".