Invertir en el mar
El mar es como una cuenta corriente, donde todos sacan, pero nadie realiza ning¨²n ingreso; llegado un momento, no quedar¨¢ dinero en la cuenta
El Presidente de Chile, Sebasti¨¢n Pi?era, dio una lecci¨®n de liderazgo a nivel internacional al anunciar el pasado mi¨¦rcoles la creaci¨®n de una reserva marina de 150.000 kil¨®metros cuadrados alrededor de la isla Sala y G¨®mez, en el Pac¨ªfico - una superficie protegida mayor que Andaluc¨ªa, Catalu?a y Galicia juntas. En tiempos en que los problemas del mar y la pesca se intentan solucionar con m¨¢s esfuerzo pesquero y subvenciones a la sobrepesca, la visi¨®n del Gobierno chileno es un ejemplo de inversi¨®n en una estrategia coherente a largo plazo.
El mar es como una cuenta corriente, donde todos sacan, pero nadie realiza ning¨²n ingreso. Llegado un momento, no quedar¨¢ dinero en la cuenta. El 90 por ciento de los grandes peces depredadores - tiburones, atunes, pez espada - se han eliminado, y un tercio de todas las pesquer¨ªas se han colapsado desde 1950. Si continuamos a este ritmo, estudios cient¨ªficos indican que el resto de pesquer¨ªas podr¨ªan colapsarse antes de 2050. Tras el colapso de las pesquer¨ªas, los puestos de trabajo de las que dependen tambi¨¦n desaparecen. En Espa?a sabemos mucho de esto.
El mar necesita una fuerte inversi¨®n. En lugar de cuentas corrientes donde s¨®lo se extrae, necesitamos cuentas de ahorro donde se preserva un capital que produce intereses de los que podemos ir viviendo. Las reservas marinas - el equivalente de parques nacionales en el mar, donde no se permite la pesca de ning¨²n tipo - son el equivalente de esas cuentas de ahorro.
En la reservas marinas, la vida marina se recupera de manera espectacular. En la reserva marina de las Islas Medes en la Costa Brava, protegida desde 1983, hay entre 5 y 10 veces m¨¢s peces que en cualquier otro lugar de la costa catalana no protegida. Yo buceo en las Islas Medes desde hace 25 a?os, y he visto crecer a esos meros enormes que ahora atraen a buceadores, ba?istas, y turistas de toda Europa para observar lo que ya no queda casi en ning¨²n otro lugar del Mediterr¨¢neo. A pesar de que la reserva ocupa menos de un kil¨®metro cuadrado, ¨¦sta produce seis millones de euros al a?o a trav¨¦s del turismo -20 veces m¨¢s que los ingresos de la pesca- y crea muchos puestos de trabajo.
Miquel Sacanell, un pescador muy joven que adem¨¢s tambi¨¦n es bi¨®logo, me contaba este verano que la reserva de las Islas Medes les ayuda en la pesca. Escuch¨¦ el mismo testimonio en la reserva de Scandola, en C¨®rcega, donde un pescador local ped¨ªa que la reserva se ampliara porque, seg¨²n su experiencia, sin la reserva no quedar¨ªa ning¨²n lugar que produzca suficientes peces para que su hijo pueda seguir con la tradici¨®n familiar. Si los pescadores profesionales se benefician, tambi¨¦n pueden beneficiarse los pescadores deportivos.
En las Islas Columbretes, otra reserva marina en la costa de Castell¨®n, entre un 4 y un 7 por ciento de sus grandes langostas se desplazan fuera de la reserva cada a?o, lo cual compensa la p¨¦rdida de capturas producida por la creaci¨®n de la reserva y resulta en un beneficio para los pescadores.
Estas cuentas de ahorro marinas funcionan para los peces, los pescadores, y el sector tur¨ªstico. Pero, incomprensiblemente, menos del uno por ciento de las aguas espa?olas est¨¢ protegido en reservas marinas. Si las reservas funcionan tan bien para todos, ?por qu¨¦ tenemos tan pocas y peque?as? El argumento cl¨¢sico es que crear reservas desplaza a los pescadores, y que no tenemos los recursos para compensarlos. Pero esta excusa es una falacia. En primer lugar, en Espa?a todav¨ªa se puede pescar en m¨¢s del 99% de sus aguas.
En segundo lugar, esos recursos existen. Entre 2000 y 2006, el Gobierno espa?ol destin¨® m¨¢s de 2000 millones de euros a subvenciones a la pesca, m¨¢s de la mitad de los cuales se invirtieron en pr¨¢cticas que perpet¨²an la sobrepesca. Estas subvenciones incluyen ayudas a la construcci¨®n y modernizaci¨®n de barcos, subvenciones al combustible, y reducci¨®n de impuestos. Por una fracci¨®n de estas subvenciones "perversas" se podr¨ªa crear y mantener una red de reservas marinas cubriendo hasta el 20 por ciento de las aguas espa?olas. Esta inversi¨®n incluir¨ªa la reconversi¨®n de pescadores en trabajos relacionados con la gesti¨®n de las reservas y ayudas a la reducci¨®n de la sobrecapacidad pesquera. En las zonas costeras, las reservas podr¨ªan ser sustentables en pocos a?os gracias a los ingresos tur¨ªsticos, con lo que las ayudas del Estado podr¨ªan disminuir con el tiempo.
Seg¨²n estudios cient¨ªficos, una red de reservas marinas ser¨ªa como un seguro de vida para la vida marina. Las reservas no son la panacea, pero son una herramienta muy necesaria para complementar una pol¨ªtica pesquera que deber¨ªa ser m¨¢s sostenible que la actual.
Espa?a necesita emular a Chile e invertir en la protecci¨®n de su medio marino, para el beneficio de la vida marina y de todos los espa?oles. La alternativa es seguir erosionando esa cuenta corriente donde ya nos queda muy poco capital.
Enric Sala es Investigador Cient¨ªfico del CSIC y Explorador de National Geographic
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