El triunfo de la raz¨®n
Si las los hechos probados se tradujeran en legislaci¨®n, hace 25 a?os que deber¨ªa estar totalmente prohibido fumar en un espacio p¨²blico cerrado. En 1986 un informe oficial del Gobierno de EE UU, pa¨ªs del que nadie cuestiona su liderazgo en la ciencia y la tecnolog¨ªa mundial conclu¨ªa literalmente: "El humo de tabaco es causa de enfermedades incluido el c¨¢ncer de pulm¨®n en no fumadores sanos". El informe oficial estaba avalado por 60 m¨¦dicos y cient¨ªficos de m¨¢ximo nivel y prestigio.
A pesar de todo ha tenido que pasar un cuarto de siglo, decenas de informes y miles de victimas m¨¢s para que en estos momentos tengamos 50 pa¨ªses con leyes que protegen a la poblaci¨®n del humo ambiental de tabaco (una docena de ellos europeos). Durante todo este tiempo la industria tabacalera ha dirigido la orquesta de oposici¨®n a esta norma de puro sentido com¨²n, de justicia, de protecci¨®n de la salud y del bienestar de los ciudadanos.
Los argumentos que se han esgrimido para oponerse a esta legislaci¨®n se resumen en tres afirmaciones: a) Estas leyes no son necesarias (la autorregulaci¨®n o las normas existentes ya son suficientes), b) la legislaci¨®n estricta es imposible de cumplir y c) Estas regulaciones perjudican a los negocios.
Sin embargo desde que en el a?o 1994 empezaron a ponerse en marcha estar leyes (California y Nueva York fueron pioneras) hay acumulada una importante evidencia emp¨ªrica que hecha por tierra estos tres mitos. En primer lugar, estas leyes son necesarias porque en el mundo fallecen cada a?o 600.000 personas que han decidido no fumar pero se ven obligadas a inhalar el humo de tabaco ajeno. Luego no estamos hablando de una libre elecci¨®n ni de la soberan¨ªa del consumidor sino de una imposici¨®n desp¨®tica del humo de tabaco amparada ¨²nicamente en la llamada norma o costumbre social.
Las normas y las costumbres no merecen mantenerse por el mero hecho de serlo. Seg¨²n ese razonamiento las aguas fecales seguir¨ªan fluyendo por el centro de las calles y las mujeres seguir¨ªan si derecho a voto. Es decir, se estar¨ªa negando todo lo que ha significado progreso. En segundo lugar la experiencia de estos 15 a?os de regulaciones han demostrado que su cumplimiento no solo en deseable sino posible y cuentan con el apoyo de la inmensa mayor¨ªa de la sociedad. Las leyes se cumplen bien, en poco tiempo y adem¨¢s el apoyo social es m¨¢s intenso all¨ª donde las leyes son mas claras y firmes. Adem¨¢s ese apoyo social va aumentando r¨¢pidamente con el tiempo.
Si en alg¨²n pa¨ªs hay dificultades es por la enorme influencia de los lobbys pro-tabaco bajo determinados gobiernos m¨¢s sensibles a los intereses de las grandes corporaciones que al inter¨¦s general de los ciudadanos. En Europa, los pa¨ªses con regulaciones m¨¢s d¨¦biles o inexistentes son los del Este con pasado autoritario reciente y elevados ¨ªndices de corrupci¨®n.
En Italia, pa¨ªs tur¨ªstico y mediterr¨¢neo por excelencia, despu¨¦s de aprobar su ley de 2005, el 88% de los propietarios refer¨ªan actitudes positivas hacia la misma y el 79% tambi¨¦n percib¨ªan actitudes positivas entre sus clientes. La federaci¨®n italiana de hosteler¨ªa emiti¨® un informe en el que reconoc¨ªa que bares, cafeter¨ªas y restaurantes no tuvieron perjuicios econ¨®micos por la entrada en vigor de la ley. En Francia el 67% de los franceses apoyaba la prohibici¨®n en el sector de restauraci¨®n en 2005 pero el apoyo aument¨® hasta el 83% en 2008 una vez entr¨® en vigor. El nivel de cumplimiento en Irlanda esta por encima del 95%, una realidad que puede certificar todo aquel que haya viajado a ese pa¨ªs. Ralph Findlay, Director Ejecutivo de Wolverhampton & Dudley Breweries, una de las cadenas de pubs m¨¢s grande de Inglaterra, neg¨® las terribles predicciones para la industria y dijo que las atm¨®sferas contaminadas con humo desalientan a los no fumadores a venir a los clubes. "Alrededor del 35 por ciento de la poblaci¨®n actualmente no va a pubs debido al humo de cigarrillo, por lo tanto, mientras m¨¢s podamos hacer para alentar a esas personas a venir, mejor".Keith Bloch, Gerente de Red Lobster en Saskatoon, Canad¨¢ declara que "las personas se sienten muy c¨®modas con esta ley. Por eso vienen aqu¨ª ahora, porque no se permite fumar". Michael O'Neal, ex presidente de la Asociaci¨®n de Restaurantes del Estado de Nueva York fue citado en el Nation's Restaurant News, diciendo: "de verdad siento que eliminar el consumo de tabaco en todos los lugares de trabajo, incluso en los restaurantes es beneficioso para el negocio y la salud. Las leyes a favor de lugares de trabajo libres de humo son positivas para todas las empresas, incluso para el negocio de los restaurantes". Hasta un ni?o seria capaz de entender que prohibir fumar en aviones, trenes, autobuses no ha vaciado el transporte p¨²blico y tampoco va a vaciar los bares, restaurantes y cafeter¨ªas.
La mayor¨ªa de empresarios hosteleros son gente sensata y suelen reconocer en privado - y a algunos tambi¨¦n en p¨²blico- que tienen que adaptarse a los tiempos y que no tendr¨¢n p¨¦rdidas a medio plazo. Y es que salud y prosperidad son indudablemente conceptos compatibles. A pesar de que los hechos son rotundos y testarudos algunos individuos siguen insistiendo en los argumentos citados mas arriba y son especialmente hostiles a estas legislaciones sin ning¨²n argumento sostenible. No comprenden cuando desde todos los ¨¢mbitos pol¨ªticos y sanitarios se les dice que las leyes protegen la salud de todos y no van contra los derechos ni los intereses de nadie.
Su obstinaci¨®n nos induce a pensar que es dif¨ªcil que alguien entienda algo cuando, por alguna raz¨®n, su inter¨¦s privado depende de que no lo entienda. Sin embargo, aunque en democracia no puede decirse que el debate esta cerrado si es evidente que despu¨¦s de 18 meses de debate social y 5 de tramitaci¨®n parlamentaria tenemos una ley org¨¢nica de obligado cumplimiento para ciudadanos, empresarios y Administraciones p¨²blicas.
Rodrigo C¨®rdoba Garc¨ªa, es portavoz del Comit¨¦ Nacional para la Prevenci¨®n del Tabaquismo.
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