El Parlamento Europeo pone coto al turismo sanitario
Ser¨¢ necesaria la autorizaci¨®n previa de la sanidad nacional para ir a tratarse al extranjero en ciertos casos.- Los que soliciten asistencia en otro Estado solo tendr¨¢n derecho a la misma que recibir¨ªan en su pa¨ªs de origen
Las exhaustas arcas p¨²blicas espa?olas recibieron ayer un alivio estimado por el Gobierno en unos 2.000 millones de euros anuales con la aprobaci¨®n en el Parlamento Europeo de una directiva que pone coto al "turismo sanitario", ese practicado por algunos europeos para recibir en otras latitudes tratamientos m¨¦dicos a la carta. La iniciativa no afecta a la atenci¨®n sanitaria de emergencia requerida en el exterior, que seguir¨¢ corriendo a cargo del Estado de afiliaci¨®n del viajero.
La directiva establece las condiciones en las que un ciudadano comunitario puede acudir a tratarse a otro pa¨ªs de la Uni¨®n y reclamar luego el reembolso de la asistencia recibida, un proyecto definitivo que recorta el plan inicial de la Comisi¨®n, que ten¨ªa m¨¢s manga ancha. Contra esa idea se alzaron pa¨ªses que como Espa?a, reciben muchos turistas entre los que se camuflaban los "turistas sanitarios" o tienen numerosos jubilados de otros pa¨ªses u ofrecen una atenci¨®n sanitaria gratis total.
Tras cuatro a?os de negociaciones se ha llegado al acuerdo de que, en condiciones normales, un europeo podr¨¢ seguir siendo atendido m¨¦dicamente en el exterior y reembolsado a su vuelta a casa hasta el tope que hubiese supuesto el mismo tratamiento en su pa¨ªs.
A partir de ah¨ª entran las limitaciones. El paciente deber¨¢ contar obligatoriamente con la autorizaci¨®n previa de su pa¨ªs si lo que necesita son tratamientos complejos y en tres supuestos: para enfermedades raras; para intervenciones que requieran al menos un d¨ªa de hospitalizaci¨®n, y para actuaciones que exijan material m¨¦dico de lata tecnolog¨ªa.
Aun as¨ª, las autoridades correspondientes podr¨¢n denegar la autorizaci¨®n si el traslado puede ser da?ino para la salud del paciente; si hay dudas sobre la calidad del tratamiento en el pa¨ªs receptor, y si se es factible recibir el tratamiento requerido en el propio pa¨ªs en un tiempo razonable. T¨¦rminos los suficientemente vagos como para permitir a los Estados controlar estrechamente el turismo sanitario de su nacionales.
Las autoridades espa?olas podr¨¢n atajar a los espa?oles que salen fuera en busca de tratamientos y s¨®lo se har¨¢n cargo de la atenci¨®n sanitaria de jubilados no espa?oles residentes en Espa?a si acuden a un tercer pa¨ªs. Un jubilado alem¨¢n en Mallorca que acuda a tratarse a Hamburgo lo har¨¢ con cargo al presupuesto germano. Si viaja a Lourdes, lo pagar¨¢ la sanidad espa?ola.
La Comisi¨®n calcula que los Estados gastan alredor del 1% de su presupuesto sanitario en tratamiento realizados en el exterior.
La directiva debe ser aprobada a¨²n por el Consejo de Ministros europeos y los Estados dispondr¨¢n de dos a?os y medio para adaptarla a la legislaci¨®n nacional, lo que supone que estar¨¢ vigente a partir de mediados de 2013.
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