El 'Eagle' no teme al 'E. coli'
Los ciudadanos de Hamburgo no detienen su vida normal por el brote letal de la bacteria
En la ciudad de Hamburgo, supuesto epicentro de la epidemia infecciosa por la mutaci¨®n de la bacteria E. coli, la vida de los ciudadanos transcurre con absoluta normalidad. En el ¨²ltimo y soleado d¨ªa del puente de la Ascensi¨®n, los hamburgueses se han echado a las calles del centro de la ciudad, pese a que se expande la creencia cient¨ªfica de que la bacteria se transmite entre humanos por v¨ªa oral y fecal. Esta evidencia no ha impedido que a las tres de la tarde alrededor de 2.000 personas se congregaran en la plaza del Ayuntamiento, entre cervezas y salchichas, para recibir al equipo local de balonmano, reci¨¦n coronado campe¨®n de la liga germana.
Pero tranquilidad no es sin¨®nimo de indiferencia. La gente es consciente de que el origen de la epidemia y la evoluci¨®n de la epidemia que ha matado a una veintena de personas siguen siendo una inc¨®gnita para los expertos. Lourdes, ecuatoriana residente en la ciudad desde hace a?os, afirma: "no compro nada que no pueda cocinar. Estos d¨ªas estoy comiendo mucha comida enlatada. Es muy pesado, pero peor ser¨ªa enfermar".
En el puerto de Hamburgo lleva atracado tres d¨ªas el buque escuela Eagle, de la guardia costera de Estados Unidos. Carlos Gonz¨¢lez, cadete de 19 a?os nacido en Miami y oriundo de Piedrahita (?vila), se?ala que antes de arribar a la ciudad-estado hanse¨¢tica, les advirtieron de que deb¨ªan evitar la fruta y las verduras crudas y la carne poco hecha, as¨ª como lavarse las manos con frecuencia. Despu¨¦s de haber cruzado el Atl¨¢ntico con olas de cinco metros y vientos de hasta 60 nudos, a Gonz¨¢lez y a su compa?ero Pete Vasilerakis, de origen griego, una bacteria parece no impresionarles demasiado.
Mientras tanto, en el enorme mercado central de frutas, verduras y flores de Hamburgo, los camioneros de Fr¨ªoEjido Gabriel e Ismael esperan para descargar, a partir de las 22 horas, los pal¨¦s de sand¨ªas, melones y paraguayos que cargaron el pasado jueves en El Ejido. Los ch¨®feres llegaron a Hamburgo, tras 2.600 kil¨®metros al volante, este domingo a mediod¨ªa. El tiempo que transcurra en la plataforma log¨ªstica hamburguesa lo utilizar¨¢n para descansar antes de proseguir su viaje hasta Berl¨ªn, en el caso de Gabriel, y de vuelta a Espa?a, en el caso de Ismael.
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