Los obispos atacan ahora la ley de muerte digna
El dictamen contradice la primer opini¨®n del presidente de la Conferencia Epsicopal, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela
Los obispos espa?oles ya tienen una posici¨®n com¨²n sobre el proyecto de ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el Proceso Final de la Vida (la llamada ley de muerte digna), anunciada por el Gobierno para el pr¨®ximo per¨ªodo de sesiones parlamentarias. El proyecto "podr¨ªa suponer una legalizaci¨®n encubierta de pr¨¢cticas eutan¨¢sicas", dictamina la Comisi¨®n Permanente de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), reunida en Madrid desde el lunes pasado.
El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco, que es tambi¨¦n presidente de la CEE, hab¨ªa dicho apenas hace un mes que no cre¨ªa que Zapatero fuese a legalizar la eutanasia. Textualmente afirm¨®: "El juicio primero es que no es una ley de eutanasia. No he le¨ªdo el texto. Lo han le¨ªdo algunos colaboradores, y el juicio primero es que no es una ley de eutanasia. No tengo opini¨®n sobre los detalles". Lo dijo en un desayuno convocado por el Foro de la Nueva Sociedad.
Pero otros prelados ven¨ªan acusando al Gobierno de intentar "colar la eutanasia" en ese proyecto, compar¨¢ndola con "la matanza de ancianos". La respuesta final se ha conocido mediante un adelanto de un largo dictamen que los prelados dar¨¢n a conocer el lunes pr¨®ximo en conferencia de prensa.
Seg¨²n ese adelanto, incorporado a ¨²ltima hora de la tarde en la p¨¢gina web de la CEE, "los obispos han estudiado y han aprobado una titulada Declaraci¨®n con motivo del proyecto de ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el proceso final de la vida". Empiezan recordando "las numerosas ocasiones en las que la Conferencia Episcopal ha hecho o¨ªr su voz para anunciar el evangelio de la vida, seg¨²n el cual la vida de cada persona es sagrada, tambi¨¦n cuando es d¨¦bil, sufriente o se encuentra al final de su tiempo en la tierra y que las leyes han de proteger siempre su dignidad y garantizar su cuidado". Tambi¨¦n reconocen "la intenci¨®n laudable del proyecto" en la idea de "proteger la dignidad de la persona en el final de la vida sin despenalizar la eutanasia". Pero inmediatamente aparece en el texto el "sin embargo".
La Conferencia Episcopal percibe en las intenciones del Ejecutivo "una concepci¨®n de la autonom¨ªa de la persona como pr¨¢cticamente absoluta". A?aden: "El peso que se le da a tal autonom¨ªa en el desarrollo de la ley acaba por desvirtuar la intenci¨®n declarada y por sobrepasar el l¨ªmite propuesto de no dar cabida a la eutanasia". Tambi¨¦n creen los obispos que el concepto de "dignidad humana queda negativamente afectado, puesto que parece sostenerse impl¨ªcitamente que una vida humana podr¨ªa carecer de dignidad tutelable en el momento en el que as¨ª lo dispusiera aut¨®nomamente la parte interesada e incluso eventualmente un tercero".
El texto aprobado por los obispos se?ala tambi¨¦n que el proyecto de ley emplea una definici¨®n reductiva del concepto de eutanasia, con la que se deja la puerta abierta a ciertas omisiones voluntarias que pueden causar la muerte o que buscan de modo directo su aceleraci¨®n. Se se?alan algunas conductas eutan¨¢sicas a las que se dar¨ªa cobertura legal, como la posible sedaci¨®n inadecuada, el abandono terap¨¦utico o la omisi¨®n de los cuidados debidos.
La Declaraci¨®n episcopal se muestra cr¨ªtica con el trato que recibe en la Ley el derecho humano fundamental de libertad religiosa, con el hecho de que los profesionales de la sanidad queden pr¨¢cticamente reducidos a ejecutores de la voluntad de los pacientes y con que no les sea reconocido el derecho a la objeci¨®n de conciencia. Por ¨²ltimo, el texto vuelve a proponer un modelo de testamento vital, acorde con la doctrina cat¨®lica, que es una redacci¨®n actualizada del que ya ofreci¨® en su momento la Conferencia Episcopal.
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