El fuerte olor a azufre retrasa el realojo de La Restinga
Los vecinos no se f¨ªan de volver y muchos temen secundar una decisi¨®n pol¨ªtica y comercial que merme su seguridad
"Cuando no pasaba nada, nos evacuaron. Ahora que hay esa mancha, quieren que volvamos. Yo no bajo". Jos¨¦ Redi Morales lleva casi una semana fuera de su casa. Es propietario de la Tasca Avenida, en primera l¨ªnea de costa en la localidad de La Restinga. De ah¨ª fue evacuado el 11 de octubre. Y, aunque las autoridades han permitido a los vecinos volver a recoger cosas, ¨¦l no ha vuelto a pisar su pueblo. "No pude ni sacar la basura. La gente que estaba comiendo dej¨® los platos encima de la mesa. Toda la mercanc¨ªa que ten¨ªa en las neveras tiene que estar podrida, aquello tiene que estar apestando", lamenta.
El testimonio de Jos¨¦ coincide con el de muchos de los 600 habitantes del pueblo: no se f¨ªan de las autoridades. El s¨¢bado elevaron el nivel de alerta y establecieron una zona de exclusi¨®n a¨¦rea de cinco millas n¨¢uticas tras afirmar que la erupci¨®n se acercaba a la superficie, pero al d¨ªa siguiente anunciaron que se permitir¨ªa a los vecinos volver a casa. Este lunes se iba a confirmar la decisi¨®n pero se retras¨® hasta que en unas horas se compruebe la calidad del aire, ya que la marea ha arrastrado la mancha hacia la costa y se percibe un fuerte olor a azufre. Los cient¨ªficos no creen que el aire sea t¨®xico, pero s¨ª es muy molesto. Los vecinos han sido convocados para una reuni¨®n este martes a las 16.00 donde se espera que se les d¨¦ una respuesta definitiva. El realojo se har¨¢ con condiciones: los discapacitados no podr¨¢n volver, los ni?os deber¨¢n ir al colegio en El Pinar y habr¨¢ medios de transporte permanentes en el pueblo para una posible evacuaci¨®n.
El presidente de Canarias hizo el domingo el anuncio y lo justific¨® con varios argumentos: que los cient¨ªficos tienen m¨¢s conocimientos sobre el proceso eruptivo, que ahora cuentan con hidr¨®fonos (micr¨®fonos submarinos que permiten precisar el lugar donde brota el magma), y que en caso de que se pasara a una fase m¨¢s peligrosa habr¨ªa tiempo de desalojar la localidad. Pero muchos de los que una vez fueron evacuados no quieren volver a salir corriendo. Sobre la informaci¨®n proporcionada por los hidr¨®fonos, el Gobierno auton¨®mico ha se?alado este lunes que esta coincide b¨¢sicamente con la facilitada en d¨ªas anteriores y muestra que la erupci¨®n se produce a 2,4 kil¨®metros de la costa y a unos 150 metros de profundidad.
Silvana, una joven hispanouruguaya que vive en La Restinga, es de las que no piensa regresar de momento. Como otros muchos vecinos, asegura que la decisi¨®n se ha tomado por motivos "pol¨ªticos y comerciales" y se agarra a que "nunca ha coincidido lo que han dicho las autoridades y lo que luego ha sucedido". "El primer d¨ªa que permitieron bajar a algunos vecinos les dieron m¨¢scaras y ahora quieren que volvamos tan tranquilos. ?C¨®mo fiarnos?".
El regreso a La Restinga permitir¨ªa a algunos vecinos volver al trabajo. Pero en algunos casos va a ser imposible retomar una actividad normal. Los bares y restaurantes no prev¨¦n la vuelta del turismo, salvo quiz¨¢ por algunos periodistas. El submarinismo y la pesca, dos de las principales fuentes de ingresos, siguen prohibidos. A media tarde del domingo se permiti¨® a los pescadores sacar sus barcos del puerto para faenar en otras aguas. Pero el negocio del buceo est¨¢ m¨¢s complicado. Crist¨®bal es due?o del club La Restinga, y, de momento, solo va a regresar espor¨¢dicamente al pueblo, pero no a dormir -"por mi hijo", aclara-. No ha querido, como otros colegas, trasladar la actividad a otras zonas de la isla, porque "no es rentable". Pero no quiere derrumbarse: "Tengo fe. Y si sale un islote vamos a flipar".
Tambi¨¦n es posible encontrar gente dispuesta a regresar en cuanto puedan. Fernando Guti¨¦rrez, presidente de la cofrad¨ªa de pescadores, es uno de ellos. Aunque entiende los recelos. "La gente funciona por la vista y ah¨ª hay una mancha enorme". Lo que menos le gusta es la sinuosa carretera de salida. Chiqui, empleado municipal en El Pinar, Ayuntamiento al que pertenece el pueblo, s¨ª piensa volver con su mujer, Samara, y su hijo de 16 meses. "No queremos seguir viviendo de prestado y creo que habr¨¢ tiempo suficiente si se produce otra evacuaci¨®n", asegura. Y opina que seg¨²n pasen los d¨ªas muchos de sus vecinos terminar¨¢n bajando tambi¨¦n.
Lo que s¨ª se confirm¨® fue la reapertura del t¨²nel de Los Roquillos, principal v¨ªa de comunicaci¨®n en la isla, tras una inspecci¨®n del Instituto Geol¨®gico y Minero y el vallado de sus bocas. En unas horas se reanudar¨¢ el tr¨¢fico, pero solo entre las 8.00 y las 20.00 y para veh¨ªculos de emergencia, de seguridad y de transporte pesado. En el municipio m¨¢s perjudicado por el cierre, Frontera, Jorge Ben¨ªtez, presidente de Asevalle, asociaci¨®n que agrupa a unos 100 empresarios, se felicitaba por la noticia. Atravesar el pasaje no da tanto respeto a los transportistas como volver a La Restinga a los vecinos. "El t¨²nel no est¨¢ bien construido, nunca se termin¨®", asegura Ben¨ªtez. Pero eso no es un riesgo nuevo. Con o sin terremotos, los herre?os ya lo hab¨ªan asumido.
Este lunes, despu¨¦s de tres meses con signos de erupci¨®n en los que no se ha desplazado ning¨²n buque oceanogr¨¢fico de Ciencia a El Hierro, la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia, anunci¨® un plan de tres a?os para estudiar la sismicidad en Canarias, informa Efe.
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