Siete a?os en Saturno
La misi¨®n Cassini-Huygens desvela un mundo mucho m¨¢s extraordinario de lo esperado Se ha desatado en el planeta una tormenta gigante
La misi¨®n Cassini-Huygens, de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), lleva desde 2004 explorando el planeta Saturno y su entorno, revelando un mundo mucho m¨¢s extraordinario de lo esperado. Esta regi¨®n remota y fr¨ªa del Sistema Solar, visitada por las naves Voyager 1 y 2 a principios de los a?os ochenta, nunca hab¨ªa sido explorada con este grado de detalle. La nave Cassini es una de las m¨¢s sofisticadas jam¨¢s construidas por el hombre. Est¨¢ equipada con 12 instrumentos cient¨ªficos que pueden equipararse a los sentidos humanos: Cassini ve y escucha a trav¨¦s de sus c¨¢maras ¨®pticas y dispositivos radio, que cubren muchas m¨¢s longitudes de onda que el ojo humano, desde las ondas de radio al ultravioleta. Tambi¨¦n puede tocar y saborear, con instrumentos que perciben las part¨ªculas y mol¨¦culas presentes en su entorno.
Huygens, construida por la ESA, aterriz¨® en la mayor luna de Saturno, Tit¨¢n, en 2005: el primer aterrizaje jam¨¢s logrado en un cuerpo exterior del Sistema Solar. Los instrumentos de Cassini son operados por institutos de investigaci¨®n en EE UU y Europa con el apoyo de la NASA y la ESA, incluyendo el Centro Europeo de Astronom¨ªa Espacial (ESAC), en Villanueva de la Ca?ada (Madrid).
Los descubrimientos de Cassini-Huygens desde su llegada a Saturno ponen de relieve la diversidad con la que la naturaleza da forma a los planetas. Saturno est¨¢ rodeado por numerosas lunas, m¨¢s de 60, de tama?os que van desde los peque?os sat¨¦lites de menos de un kil¨®metro de di¨¢metro, hasta la gigante Tit¨¢n, mayor incluso que el planeta Mercurio.
En Enc¨¦lado, una peque?a luna helada de menos de 500 kil¨®metros de di¨¢metro, se han observado erupciones continuas de vapor y hielo comparables a los g¨¦iseres terrestres. Al atravesar estas part¨ªculas heladas Cassini ha detectado que contienen sales, indicio de que existe un oc¨¦ano bajo la cubierta helada de Enc¨¦lado.
El misterio del origen de los anillos sigue, sin embargo, sin resolverse
Otra luna, llamada Iapetus, tiene un hemisferio oscuro como el asfalto, mientras que el otro brilla como la nieve fresca. La luna Mimas, cubierta de cr¨¢teres de impacto, debi¨® de sufrir un choque tan colosal que un tercio de su superficie es hoy un impresionante cr¨¢ter, llamado Herschel.
La magnificencia de Saturno tiene que ver sin duda con la apariencia de sus anillos, hechos de fragmentos de hielo que orbitan el planeta a la altura de su ecuador y cuyo tama?o va de los pocos cent¨ªmetros al de una casa. En estos inmensos discos helados se observan adem¨¢s ondulaciones, grumos y huecos, esculpidos por la atracci¨®n gravitatoria de las lunas. Lo que los cient¨ªficos siguen sin resolver es el misterio del origen de los anillos, aunque cada vez m¨¢s evidencias apuntan a que se formaron despu¨¦s del planeta, posiblemente con los restos de la cubierta helada de una luna destruida.
El propio Saturno, uno de los cuatro gigantes gaseosos de nuestro Sistema Solar, ha sido observado a fondo. Desde el pasado diciembre est¨¢ en marcha en su atm¨®sfera una tormenta gigante, de extensi¨®n superior a ocho veces la superficie terrestre. Su violencia sigue sorprendiendo a los investigadores: ha crecido tanto que rodea ya gran parte del hemisferio norte, y puede ser vista incluso por los telescopios basados en tierra. El instrumento de detecci¨®n de ondas de radio y de plasma a bordo de la Cassini escucha sus potentes rayos, mientras las c¨¢maras observan complejos v¨®rtices de nubes. Este tipo de tormentas se asocia a los cambios estacionales en el sistema saturniano, que se producen a medida que var¨ªa la radiaci¨®n solar que recibe el planeta seg¨²n se desplaza en su ¨®rbita -la misma causa de las estaciones terrestres-.
Saturno tarda mucho m¨¢s que la Tierra en completar una ¨®rbita; sus cambios estacionales son por tanto m¨¢s lentos, y hace falta observaciones m¨¢s prolongadas para registrarlos. La Cassini permanecer¨¢ en el sistema saturniano hasta 2017, cuando se produzca el solsticio de verano en el hemisferio Norte del planeta. Sus observaciones habr¨¢n cubierto para entonces medio a?o de Saturno.
Gran parte del tiempo restante de la misi¨®n se dedicar¨¢ a observar Tit¨¢n, la ¨²nica luna del Sistema Solar capaz de retener una atm¨®sfera densa y permanente. La sonda de la ESA Huygens, que la atraves¨® durante su descenso a la superficie de Tit¨¢n en enero de 2005, detect¨® vientos y lluvias de hidrocarburos, as¨ª como una densa capa de niebla formada por aerosoles. Tit¨¢n es un mundo g¨¦lido, con una temperatura de alrededor de menos 180 grados en su superficie. La Huygens determin¨® que su suelo es una mezcla de agua helada e hidrocarburos, probablemente resultado de la lluvia de componentes atmosf¨¦ricos.
Las observaciones con el radar de la Cassini han mostrado lagos de metano y etano sobre la superficie de Tit¨¢n, y canales secos excavados por la lluvia. Desde su ¨®rbita, la nave tambi¨¦n ha observado cambios estacionales en el clima de Tit¨¢n, con nubosidad y tormentas locales de lluvia.
Tit¨¢n es, adem¨¢s, un lugar ¨²nico en el Sistema Solar para estudiar los mecanismos que pueden haber hecho emerger la qu¨ªmica prebi¨®tica en la Tierra, hace miles de millones de a?os. La principal diferencia con la Tierra reside en las bajas temperaturas -Tit¨¢n recibe cien veces menos radiaci¨®n solar que la Tierra-. El fr¨ªo ralentiza las reacciones qu¨ªmicas y nos permite, en cierto modo, retroceder en el tiempo y ser testigos de lo que, tal vez, fueron las condiciones qu¨ªmicas de la Tierra en su infancia. De alguna forma, la exploraci¨®n de Saturno y Tit¨¢n con la nave Cassini-Huygens es un viaje a nuestros propios or¨ªgenes.
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