El obispo de C¨®rdoba acusa a los medios y las escuelas de incitar a la fornicaci¨®n

Demetrio Fern¨¢ndez, obispo de C¨®rdoba, ha remitido hoy su carta semanal acusando a los medios de comunicaci¨®n y a algunos centros docentes ¨Csin especificar ni aportar dato alguno- de incitar a la fornicaci¨®n. Seg¨²n la definici¨®n de la Real Academia Espa?ola, fornicar es ¡°tener ayuntamiento o c¨®pula carnal fuera del matrimonio¡±. La misiva, titulada Huid de la fornicaci¨®n, cita una de las cartas de San Pablo a los corintios. ¡°Impacta escuchar tan directamente esta palabra en la liturgia de este domingo¡±, reconoce el obispo al inicio del escrito. ¡°Parece dirigida especialmente a nuestro tiempo, donde la incitaci¨®n a la fornicaci¨®n es continua en los medios de comunicaci¨®n, en el cine, en la TV, incluso hasta en algunas escuelas de Secundaria, dentro de los programas escolares¡±, prosigue.

No es la primera vez que el obispo de C¨®rdoba, nombrado en febrero de 2010, se descuelga con unas declaraciones de similar calibre. Un a?o despu¨¦s de ser investido escribi¨® que la Unesco ten¨ªa un plan para ¡°hacer que la mitad de la poblaci¨®n mundial sea homosexual¡±. Fern¨¢ndez tambi¨¦n aviv¨®, al poco de llegar a C¨®rdoba, una pol¨¦mica sobre la manera de llamar a la mezquita de la ciudad, actual catedral. Propuso cambiar los carteles de C¨®rdoba y la se?alizaci¨®n tur¨ªstica para que no hubiera dudas de que la Mezquita de C¨®rdoba es un templo cristiano.

Fern¨¢ndez naci¨® en Puente del Arzobispo (Toledo) en 1950, se licenci¨® en Teolog¨ªa Dogm¨¢tica en la Pontificia Gregoriana de Roma, ha sido profesor de Cristolog¨ªa en el Instituto Teol¨®gico San Ildefonso de Toledo y miembro de la Comisi¨®n Episcopal para la Doctrina de la Fe. Siendo obispo de Tarazona (Zaragoza), fueron notorias sus duras cr¨ªticas en 2008 al libro Jes¨²s. Aproximaci¨®n hist¨®rica, escrito por el te¨®logo Jos¨¦ Antonio Pagola, que presentaba a su protagonista como un ser excepcional, defensor de las v¨ªctimas y ajeno a las jerarqu¨ªas.

Hoy, Fern¨¢ndez critica en su carta la libertad sexual individual: ¡°Una de las ideas que m¨¢s se gritan con ansia de libertad es ¡®Yo soy m¨ªa/m¨ªo, y con mi cuerpo hago lo que quiero¡±. Por contra, el obispo subraya las palabras de San Pablo: ¡°?No sab¨¦is que vuestro cuerpo es templo del Esp¨ªritu Santo¡­ que habita en vosotros? No os pose¨¦is en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros¡±. Tras defender el rol que juega ¡°el Evangelio de Jesucristo (...) en todos los ¨¢mbitos de la persona, tambi¨¦n en el campo de la sexualidad¡±, el obispo de C¨®rdoba hace un canto a la castidad. ¡°La castidad es la virtud que educa la sexualidad, haci¨¦ndola humana y sac¨¢ndola de su m¨¢s brutal animalidad. Cuando la sexualidad est¨¢ bien encauzada, la persona vive en armon¨ªa consigo misma y en armon¨ªa con los dem¨¢s, evitando toda provocaci¨®n o violencia. La castidad viene protegida por el pudor. Cuando la sexualidad est¨¢ desorganizada es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo¡±, escribe.

Una castidad que reivindica ¡°para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que ha de saber administrar sus impulsos en aras del amor aut¨¦ntico, para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor m¨¢s puro y oblativo¡±.