El periodista no puede hacer de 'sheriff'
La sentencia del Constitucional contra las grabaciones camufladas divide a la profesi¨®n
Estocada al uso de la c¨¢mara oculta en la televisi¨®n. El formato cada vez m¨¢s habitual en programas de todo tipo ¡ªdesde los dedicados al coraz¨®n hasta los llamados de investigaci¨®n¡ª est¨¢ herido de muerte. El Tribunal Constitucional ha echado por tierra la emisi¨®n de reportajes obtenidos mediante la llamada captaci¨®n intrusiva, un m¨¦todo que considera ¡°ileg¨ªtimo¡± porque colisiona con el derecho a la intimidad y la propia imagen. Dos derechos fundamentales que se anteponen, argumenta, al derecho a la informaci¨®n. Con una sentencia controvertida, el alto tribunal ha zanjado un conflicto que viene de lejos. Pero el debate contin¨²a.
Los profesionales est¨¢n divididos sobre el uso de estas c¨¢maras. Para quienes las defienden, contribuyen a obtener datos y documentos a los que de otra manera ser¨ªa muy dif¨ªcil acceder. Los detractores apelan a la ¨¦tica period¨ªstica y mantienen que el formato adultera la informaci¨®n. Sobre todo si a los afectados no se les da opci¨®n a exponer sus puntos de vista una vez que han sido captados sin su conocimiento y, por tanto, sin su consentimiento.
La colosal lucha por las audiencias en la televisi¨®n ha llevado en muchas ocasiones a abusar de grabaciones camufladas. En los ¨²ltimos a?os, muchos personajes de la prensa del coraz¨®n se han visto por sorpresa en las pantallas en situaciones comprometidas. Declaraciones e im¨¢genes tomadas subrepticiamente. Un ataque (a menudo con im¨¢genes provocadas o fabricadas) a su intimidad. Pero no son los ¨²nicos protagonistas de las c¨¢maras ocultas. En ocasiones, los periodistas emplean estos m¨¦todos para destapar casos de corrupci¨®n, narcotr¨¢fico o crimen organizado. ?Existen diferencias entre un tipo de informaci¨®n y otro? ?Est¨¢ justificada la c¨¢mara oculta en funci¨®n de la gravedad de aquello que se trata de mostrar?
A juzgar por lo que argumenta el Constitucional, no. En una sentencia conocida esta semana, el alto tribunal no hace distinciones. Independientemente de que ¡°tuviese o no relevancia p¨²blica lo investigado por el periodista, lo que est¨¢ constitucionalmente prohibido es, justamente, la utilizaci¨®n del m¨¦todo mismo¡±. El int¨¦rprete de la Carta Magna da carpetazo al conflicto que durante a?os ha enfrentado a la televisi¨®n valenciana, Canal 9, y a la productora Canal Mundo Producciones Audiovisuales ¡ªvinculada al diario El Mundo¡ª con una esteticista a la que filmaron con c¨¢mara oculta en su consulta privada para un reportaje sobre el supuesto intrusismo en el sector sanitario. La mujer consider¨® que se hab¨ªan vulnerado sus derechos fundamentales a la intimidad y a la propia imagen. Una percepci¨®n avalada ahora por el Constitucional.
Tuviese o no relevancia p¨²blica lo investigado", est¨¢ constitucionalmente prohibido
Ejemplos como este, aunque no hayan llegado tan lejos, han saltado a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos y las cadenas de televisi¨®n. ¡°Con la llegada de las nuevas tecnolog¨ªas, de las redes sociales, con la digitalizaci¨®n de los procesos de comunicaci¨®n y las pol¨ªticas vinculadas a este desarrollo tecnol¨®gico, ha aumentado la sensaci¨®n de vivir en un mundo vigilado. La intimidad y la privacidad de las comunicaciones se ven continuamente amenazadas¡±, comenta V¨ªctor Mar¨ª S¨¢ez, profesor de Comunicaci¨®n Audiovisual y Publicidad de la Universidad de C¨¢diz.
Hace unos a?os, en Espa?a las filmaciones ocultas, muy populares en otros lugares como Reino Unido, apenas se usaban para determinados reportajes de investigaci¨®n. M¨¢s tarde, florecieron en las parrillas formatos plagados de programas denuncia elaborados con im¨¢genes de ese tipo. Como aquel en el que una periodista de una productora se hizo pasar por aspirante a Miss Espa?a con el objetivo de demostrar que la corona pod¨ªa comprarse; ese otro que trataba de desvelar c¨®mo los establecimientos dedicados a las dietas para perder peso pod¨ªan da?ar a los pacientes; o aquel que mostraba los continuos malos tratos que sufr¨ªan los ancianos que viv¨ªan en una residencia para la tercera edad. ?Est¨¢ justificado en casos como estos su uso? ?Y cuando se trata de investigar a un pol¨ªtico? Mar¨ª S¨¢ez plantea lo ocurrido con la fotograf¨ªa realizada al m¨®vil de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba mientras le¨ªa un SMS, cuyo contenido se mostraba claramente en las fotos y se pregunta cu¨¢les son los l¨ªmites de la privacidad cuando el espacio de la comunicaci¨®n (Congreso), el sujeto de la comunicaci¨®n (pol¨ªtico) y el tema son pol¨ªticos, o sea, p¨²blicos.
Intereconom¨ªa grab¨® con c¨¢mara oculta en 2008 a varios cargos de confianza de la Diputaci¨®n Provincial de Almer¨ªa una conversaci¨®n en la que se mofaban de su trabajo. Aseguran que en realidad no hac¨ªan ¡°pr¨¢cticamente nada¡±. La emisi¨®n del v¨ªdeo provoc¨® su cese fulminante. La periodista Mercedes Mil¨¢, que conduce Diario D... en Cuatro, un programa que se apoya en c¨¢maras emboscadas para elaborar sus informaciones, sostiene que en algunas circunstancias su uso est¨¢ justificado e incluso, dice, es muy ¨²til. ¡°Si no tuvi¨¦ramos la c¨¢mara oculta no podr¨ªamos demostrar el 80% de lo que denunciamos¡±, dice. Como ejemplo de la efectividad del instrumento pone los reportajes sobre irregularidades de un jefe de la Polic¨ªa Local que provoc¨® su inhabilitaci¨®n, o el que mostraba al propietario de un locutorio que blanqueaba dinero y que fue detenido. Por eso cree que el argumento del Constitucional es ¡°un error garrafal¡±.
Algunos expertos creen que, pese a la sentencia, esta pr¨¢ctica si puede utilizarse en lugares p¨²blicos
Lucrecio Rebollo, profesor de Derecho Constitucional de la UNED, considera sin embargo que la sentencia es muy acertada. Y explica que lo dictado por el alto tribunal tiene dos claves. La primera, dice, es el consentimiento. ¡°Como en la regulaci¨®n de protecci¨®n de datos, por ejemplo, si no hay consentimiento no se puede utilizar una imagen o una voz¡±, dice. Y la otra es que la informaci¨®n se adquiere de manera subrepticia, con enga?o.
En el caso que juzgaba el Constitucional la periodista se hizo pasar por una paciente y fue atendida en la consulta de la esteticista, lugar que se consider¨®, adem¨¢s, como parte de su ¨¢mbito dom¨¦stico o privado. Pero hay veces en que los profesionales llegan mucho m¨¢s all¨¢ y protagonizan una aut¨¦ntica cacer¨ªa de noticias. Informaciones que son, en realidad, provocadas. Esto fue lo que ocurri¨® en 2009 con el diario brit¨¢nico The Sunday Times. Sus reporteros se hicieron pasar por lobbistas de un supuesto empresario asi¨¢tico dispuesto a invertir en Londres y se reunieron con varios lores para ofrecerles dinero por influir en la elaboraci¨®n de leyes que beneficiaran al empresario. Varios picaron. En ese momento algunos recordaron que la inducci¨®n al delito est¨¢ penada.
Entidades como TVE o la BBC admiten estas filmaciones, pero como ¨²ltimo recurso
¡°Igual que le exigimos a la polic¨ªa y a los jueces que sean cuidadosos con los derechos de los individuos, tambi¨¦n hay que exig¨ªrselo a los informadores. El derecho a la comunicaci¨®n p¨²blica no siempre debe primar¡±, dice Rebollo. ¡°El periodista cuando graba con c¨¢mara oculta tiene que ser consciente de que no es el sheriff del condado¡±.
Los equipos de grabaci¨®n camuflados han sido usados en algunos reportajes de investigaci¨®n de El programa de Ana Rosa (Telecinco). Responsables de su productora, Cuarzo, aseguran que estas grabaciones se han hecho respetando dos premisas: ¡°Siempre hemos contado con el consentimiento t¨¢cito de las personas y siempre se han realizado en lugares p¨²blicos¡±. Y es que otro de los puntos fundamentales de la sentencia gira en torno al lugar en el que se producen los hechos: el ¨¢mbito privado. Por lo que deja la puerta abierta, seg¨²n los expertos, a su uso para personajes y lugares p¨²blicos.
?Es entonces el fin definitivo de las c¨¢maras ocultas? Rebollo opina que para casos de personas particulares y grabadas en el ¨¢mbito de su intimidad lo es. ¡°Pero la jurisprudencia del Constitucional no condiciona la jurisprudencia futura. En esta sentencia se es contundente, pero ser¨ªa deseable que hubiera en el futuro alguna otra que establezca delimitaciones¡±. Para casos, por ejemplo, de salud p¨²blica en los que se considere que la libertad de informaci¨®n debe prevalecer frente a los otros derechos de la personalidad.
El derecho a la informaci¨®n no debe primar siempre", sostiene un experto
El profesor de Derecho Constitucional explica que para establecer esa ponderaci¨®n entre derechos fundamentales hay que tener en cuenta ciertas variables: el contexto y el lugar de lo que se est¨¢ grabando, si la persona filmada es de relevancia p¨²blica o no. Todo esto puede hacer que la balanza se incline de un lado (los derechos personales) o de otro (el derecho a la informaci¨®n).
Los profesionales lo ven de otra manera. El presidente de la comisi¨®n de Quejas y Deontolog¨ªa de la Federaci¨®n de Asociaciones de Periodistas de Espa?a (FAPE), Manuel N¨²?ez Encabo, asegura que la sentencia es ¡°incompleta¡± y que no debe crear jurisprudencia. El experto, que tambi¨¦n es catedr¨¢tico de Ciencias Jur¨ªdicas de la Complutense, asegura que el Constitucional se detiene solo en el umbral de los derechos a la imagen y la intimidad de la titular de la consulta, y no entra a sopesar la relevancia p¨²blica del tema que se investiga. ¡°No ha ponderado el derecho a la intimidad o la imagen con el de los periodistas a informar y el de los ciudadanos a recibir informaci¨®n veraz y de inter¨¦s p¨²blico¡±, mantiene.
El tema tiene demasiadas aristas. Sobre todo en un mundo en el que la informaci¨®n est¨¢ globalizada. Por eso, N¨²?ez Encabo propone que se reexamine la complejidad del periodismo en la sociedad de la informaci¨®n. Y se pregunta si el derecho a la imagen de la esteticista se corresponde con su imagen verdadera, o es prioritario el derecho de los ciudadanos a estar informados de la verdad de su imagen. Malen Azn¨¢rez, presidenta de Reporteros sin Fronteras en Espa?a, asegura que sentencia ¡°tan amplia y gen¨¦rica puede perjudicar gravemente el derecho a la informaci¨®n y al periodismo de investigaci¨®n que no puede ir a cara descubierta y con la c¨¢mara en la mano¡±. Pero es consciente de que la libertad de prensa no puede ser un arma para cometer ¡°todo tipo de tropel¨ªas¡±.
La presidenta de la FAPE, Elsa Gonz¨¢lez, mantiene que el Constitucional ha dado un duro golpe al periodismo de investigaci¨®n. ¡°El periodista debe buscar la noticia detr¨¢s de lo que se le ofrece, debe rascar¡±, dice. Reconoce, no obstante, que se ha abusado de la c¨¢mara oculta. Un m¨¦todo que, opina, se ha banalizado. ¡°Sin la c¨¢mara oculta no se hubieran podido realizar algunos reportajes contra c¨¢rteles de la droga o mafias de tr¨¢fico de personas que han dado lugar despu¨¦s a denuncias¡±, a?ade.
Tambi¨¦n Pepa Bueno, responsable del Telediario 2 de TVE, admite el uso de la c¨¢mara oculta en determinados casos. ¡°Hay lugares del mundo donde ejercer el periodismo es casi imposible y estos medios permiten revelar que se est¨¢ cometiendo una tortura o un delito. No hay que criminalizar ning¨²n instrumento que sirva para trabajar. Lo que se debe tener en cuenta es el uso¡±, dice.
Pero el problema es qu¨¦ o qui¨¦n delimita esa utilizaci¨®n. En el caso de RTVE se establece que el uso de c¨¢maras y micr¨®fonos ocultos que impiden que una persona sepa que est¨¢ siendo grabada para su posterior emisi¨®n solo est¨¢ justificado en casos muy especiales. ¡°Como cuando se intenta demostrar la existencia de pr¨¢cticas ilegales o delictivas que afectan al inter¨¦s p¨²blico¡±. Estos instrumentos son ¡°el ¨²ltimo recurso para probar una acusaci¨®n o denuncia de verdadero inter¨¦s p¨²blico¡±. Y solo pueden usarse si lo aprueba previamente la direcci¨®n. Una filmaci¨®n oculta solo se podr¨¢ emitir con la autorizaci¨®n de las personas que aparezcan de modo reconocible. Si no, se les pixelar¨¢.
Otros referentes del periodismo como la BBC o The New York Times aceptan las c¨¢maras emboscadas en esas mismas circunstancias. No permiten grabaciones de inc¨®gnito para ver si se pesca una noticia. Solo se aprueban para informaciones de inter¨¦s publico y a las que no haya sido posible acceder de otra manera ¡ªtestimonios, entrevistas, documentos...¡ª.
El periodismo de investigaci¨®n no es solo c¨¢maras ocultas. Pero quiz¨¢ apagarlas totalmente hurte a los ciudadanos la posibilidad de ver y o¨ªr testimonios de inter¨¦s p¨²blico de personas que har¨¢n todo lo posible por huir de la prensa.
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