Europa, la nueva tierra de misi¨®n
El Papa fortalece el colegio cardenalicio pensando en parar el declive del catolicismo europeo Un gesto de autoridad para cerrar una crisis de unidad
A punto de cumplir 85 a?os, Benedicto XVI se mueve desde hace meses en una peana m¨®vil para evitar esfuerzos y disimular su precaria salud. As¨ª entr¨® el s¨¢bado en la bas¨ªlica de San Pedro, para presidir la ceremonia de proclamaci¨®n de 22 nuevos cardenales. La inmensa mayor¨ªa son europeos (16), sobre todo italianos (7), y muchos de ellos trabajan cerca del Papa, con diversas funciones en la curia vaticana. Los nombramientos se interpretan como un signo de coherencia del Pont¨ªfice alem¨¢n, que lleg¨® hace cinco a?os al pontificado clamando que su Iglesia era en Europa ¡°una vi?a devastada por jabal¨ªes¡± y declaraba, en consecuencia, lo que los eclesi¨¢sticos llaman el Viejo Mundo como objetivo principal de una llamada ¡°nueva evangelizaci¨®n¡±.
El gesto de autoridad de Benedicto XVI, arropado por su primer secretario, el cardenal salesiano Tarcisio Bertone, intenta cerrar, adem¨¢s, una crisis de unidad, propalada en las ¨²ltimas semanas incluso por altos prelados. ¡°Os exhorto a permanecer siempre unidos a vuestros pastores, como tambi¨¦n a los nuevos cardenales, para estar en comuni¨®n con la Iglesia. La unidad en la Iglesia es un don divino que hay que defender y acrecentar¡±, dijo ayer a los 22 nuevos cardenales, sus familiares y los fieles llegados a Roma con motivo del consistorio.
Recibidos en audiencia, el Pont¨ªfice se dirigi¨® a cada grupo en su respectivo idioma. As¨ª, salud¨® ¡°con afecto¡± al ¨²nico cardenal espa?ol del consistorio, Santos Abril y Castell¨®, arcipreste de la Bas¨ªlica Santa Mar¨ªa la Mayor. En su mensaje en franc¨¦s (Francia, el s¨ªmbolo del laicismo radical europeo), el Papa reiter¨® que la sociedad actual ¡°atraviesa por momentos de incertidumbre y duda¡±, e invit¨® a todos los cristianos ¡°a dar testimonio de ella con fe y coraje¡±.
La petici¨®n de ¡°comuni¨®n con la Iglesia¡±, seg¨²n Ratzinger, es m¨¢s necesaria que nunca por las ¡°vicisitudes humanas¡± del presente. Por eso apel¨® tambi¨¦n a ¡°permanecer serenos¡± ante cualquier acontecimiento y a ¡°anclarse en la verdad¡± para ¡°reforzar el sentido de los valores verdaderos¡±. ¡°En las vicisitudes humanas, a menudo tan agitadas, la Iglesia est¨¢ siempre viva y presente¡±, concluy¨®.
Solo hay un espa?ol, Santos Abril, entre los 22 nombramientos
La crisis del catolicismo, agravada sobre todo por esc¨¢ndalos relacionados con el sexo y el dinero, viene de lejos, pero se ha agravado en este pontificado. No son solo problemas doctrinales, que este Papa combati¨® con energ¨ªa durante d¨¦cadas como jefe supremo de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (as¨ª se llama ahora el siniestro Santo Oficio de la Inquisici¨®n). Tambi¨¦n hay disputas de poder en su entorno, muchas veces a campo descubierto. No son nuevas en el Vaticano, pero hac¨ªa un siglo que no afloraban con tanta virulencia, incluso en los medios oficiales del Vaticano.
Esta semana pasada, los vaticanistas dibujaban al papa Ratzinger como un hombre ¡°muy solo¡±, o manipulado por personas de poco fiar. As¨ª se entendi¨® el editorial de L'Osservatore Romano, el peri¨®dico oficial de la Santa Sede, que recordaba en primera p¨¢gina el 30¡ã aniversario del arribo a Roma de Joseph Ratzinger y describ¨ªa al Pont¨ªfice como ¡°un apacible pastor rodeado de lobos¡±.
La met¨¢fora pod¨ªa apelar a la idea del Pont¨ªfice de hace cinco a?os (su Iglesia como ¡°vi?a devastada por jabal¨ªes¡±), pero muchos la interpretaron como una manera de resumir el clima dram¨¢tico que reina en el Vaticano. De hecho, han vuelto los rumores que hablan de una posible renuncia de Ratzinger al trono de Pedro, algo que no se da en la Iglesia desde el siglo XV, pero que est¨¢ previsto en el canon 332 del C¨®digo de Derecho Can¨®nico. El propio Benedicto XVI asumi¨® esa posibilidad en el libro entrevista Luz del mundo, con el periodista alem¨¢n Peter Seewald.
Dijo entonces: ¡°Si un papa se da cuenta con claridad de que ya no es f¨ªsica, psicol¨®gica o espiritualmente capaz de ejercer el cargo que se le ha confiado, entonces tiene el derecho y, en algunas circunstancias, tambi¨¦n el deber, de dimitir¡±.
El pont¨ªfice pide que
se rece por ¨¦l ¡°para regir
con firmeza el tim¨®n¡±
Esta idea, si ha pasado por su cabeza, la desech¨® ayer con sus palabras, pero no despeja los rumores de crisis de unidad y de autoridad, sobre todo en torno al n¨²mero dos del Gobierno vaticano, el secretario de Estado cardenal Bertone. Benedicto XVI cerr¨® ayer su homil¨ªa pidiendo a los nuevos cardenales que rezaran por ¨¦l ¡°para que pueda ofrecer siempre al pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el tim¨®n de la santa Iglesia¡±. En todo caso, empieza a hablarse abiertamente de la sucesi¨®n, con un c¨®nclave de cardenales electores (ahora 125, con una media de edad de 77 a?os) nombrados casi a partes iguales por Juan Pablo II y por Benedicto XVI.
El papa alem¨¢n aparece en relativa buena forma, salvo por sus problemas de movilidad y un cierto atolondramiento durante sus audiencias privadas. Eso no le impide viajar el mes que viene a M¨¦xico y Cuba y, probablemente en septiembre, al L¨ªbano, y que sean muchos sus admiradores que sue?an con que llegue a la edad de Le¨®n XIII, el Papa m¨¢s longevo del Novecientos, que muri¨® a los 93 a?os.
Una autoridad espa?ola presente en el dicasterio del s¨¢bado, dentro de la comitiva oficial que presid¨ªa en nombre del Gobierno su ministro de Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, subrayaba ayer esa impresi¨®n en el entorno papal. Tambi¨¦n lamentaba el escaso peso de Espa?a en el colegio cardenalicio, ahora con solo dos cardenales en activo en Espa?a (los de Madrid y Barcelona, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela y Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach, respectivamente).
Entre los nuevos purpurados hay un espa?ol, Santos Abril y Castell¨® (Alfambra, Teruel, 1935), pero es funcionario de la curia romana, con el cargo de vicecamarlengo de la Iglesia Romana y arcipreste de la Bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa la Mayor de Roma.
Menos peso para Espa?a
Si la fuerza de las iglesias locales se mide por su presencia en el colegio cardenalicio, donde habitan los llamados Pr¨ªncipes de la Iglesia, Espa?a no es hoy una fuerza en alza. En activo y con cargo en archidi¨®cesis espa?olas hay solo dos prelados, Rouco Varela (1936), cardenal desde 1998, y el prelado de Barcelona, Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach (1937), cardenal desde hace cuatro a?os. Carlos Amigo (1934), em¨¦rito de Sevilla, tiene tambi¨¦n voto en un c¨®nclave al no haber cumplido 80 a?os.
Hay otros cardenales residentes en Espa?a, pero son em¨¦ritos y sin derecho a voto por tener m¨¢s de 80 a?os. Son Francisco ?lvarez Mart¨ªnez, em¨¦rito de Toledo desde 2002 (naci¨® en 1925); Jos¨¦ Manuel Estepa (1926), ex vicario general castrense y cardenal desde el a?o pasado, y Ricard Carles (1926), em¨¦rito de Barcelona desde 2004.
En Roma viven, sin relaci¨®n con la Iglesia cat¨®lica espa?ola, el riojano Eduardo Mart¨ªnez Somalo (1927), cardenal desde 1988 y camarlengo em¨¦rito del Colegio Cardenalicio y prefecto em¨¦rito de la Congregaci¨®n para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apost¨®lica; Juli¨¢n Herranz (1930), presidente em¨¦rito del Consejo Pontificio para la Interpretaci¨®n de los Textos Legislativos de la Iglesia y cardenal desde 2003; el nuevo purpurado Santos Abril (1930), arcipreste de la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa la Mayor de Roma, y Antonio Ca?izares Llovera, el m¨¢s joven de todos (naci¨® hace 67 a?os), exprimado de Toledo y actual prefecto de la Congregaci¨®n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
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