El uniforme ya no es un castigo
Los adolescentes personalizan una vestimenta com¨²n a la que se suman cada vez m¨¢s centros p¨²blicos. vuelve a los or¨ªgenes, porque naci¨® para fomentar la humildad, no la exclusividad
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Basta con ver un cap¨ªtulo de la serie estadounidense para adolescentes Gossip girl para darse cuenta de que llevar un uniforme ya no es un drama para los ni?os. En cualquier cap¨ªtulo, las espectaculares colegialas de una escuela privada de la high class lucen con descaro faldas negras casi indecorosas y camisas blancas por fuera; se desatan las corbatas y arrastran al hombro sus americanas. El uniforme naci¨® para unificar la est¨¦tica y democratizar, pero en una etapa de reafirmaci¨®n personal como la adolescencia m¨¢s de uno tunea la vestimenta a su gusto. Enrollarse la falda en la cintura ¨Cuna pr¨¢ctica de rebeli¨®n que se remonta en el tiempo¨C es solo el primer paso. Por eso, cada vez m¨¢s escuelas env¨ªan una circular a los padres con determinadas indicaciones: la largura de las faldas, la prohibici¨®n de llevar camiseta bajo el polo ¨Ctransparenta el lema¨C o un calzado que recuerde a las zapatillas deportivas.
El uniforme no est¨¢ demod¨¦ como podr¨ªa creerse, pese a que ha pasado mucho tiempo desde que las monjas pon¨ªan de rodillas a sus alumnas para comprobar la largura de sus faldas. Y ha dejado de ser un s¨ªmbolo elitista propio de los colegios privados y concertados, en especial los religiosos. Su presencia en los centros p¨²blicos de la Comunidad de Madrid ha crecido de forma vertiginosa en cuesti¨®n de cinco a?os. De 30 colegios en el curso 2007-2008 a 287 de este a?o (ver gr¨¢fico). Con el uniforme se intenta tambi¨¦n promover la "comodidad y homogeneidad", para as¨ª "crear una imagen com¨²n del centro, facilitando, entre otras cosas, la identificaci¨®n de alumnos, tan importante en las salidas fuera", opinan en la AMPA del colegio p¨²blico Gabriela Mistral, en Las Tablas, que aprob¨® con un 98% de respaldo su implantaci¨®n, que no es obligatoria.
La comodidad del pantal¨®n chino se va imponiendo
No en todos se estila la cl¨¢sica falda gris con polo blanco y jersey de color liso. En el colegio Barrio Loranca, de Fuenlabrada, se impuso un pantal¨®n vaquero sin marca, sudadera con el nombre del centro y un ch¨¢ndal para gimnasia. Mientras que en el privado Arturo Soria, las chicas pueden elegir entre falda o pantal¨®n.
?Por qu¨¦ el paso al uniforme? La econom¨ªa dom¨¦stica tiene mucho que decir, y haciendo n¨²meros, muchas familias concluyen que una vestimenta ¨²nica ¨Caunque se tengan repuestos¨C resulta m¨¢s barata que el modelo de cada d¨ªa. "Entre semana, el uniforme, y los findes, algo de ropa para salir. Tiene mucha menos ropa en el armario que muchas de sus amigas sin uniforme", dice Pilar Garc¨ªa, con una hija en un colegio privado de Pozuelo. "Puedes comprar el uniforme donde quieras, pero como el jersey tiene un escudo de la escuela tuve que llevarlo de all¨ª. ?Me cost¨® 60 euros!". Luego, esta madre ha sabido que en las mercer¨ªas de la zona venden el emblema para coser aparte. "?El a?o que viene ser¨¢!".
En Espa?a se instal¨® a trav¨¦s de las ¨®rdenes religiosas para fomentar la humildad de los ni?os sin distinguirlos por la ropa, que dejaba en evidencia la capacidad econ¨®mica de su entorno. Las ni?as, a mediados de siglo portaban pesados pichis que rara vez se lavaban, con botitas y corbata. Mientras ellos abandonaban el pantal¨®n corto al entrar en la adolescencia.
Como toda la est¨¦tica, tambi¨¦n la de los uniformes escolares se ha ido acomodando a los tiempos, aunque, como es imagen corporativa del centro, los cambios son suaves. No hay continuidad, por ejemplo, a veces en los tejidos ¨Calgodones y otras fibras naturales¨C, cada vez m¨¢s agradables al tacto, resistentes y duraderos. En los almacenes El Corte Ingl¨¦s, un cl¨¢sico en las ventas, detectan que se ha sustituido la camisa por el polo, m¨¢s de batalla; y en el caso de los caballeros, se est¨¢ incorporando los chinos ¨Cpantalones de algod¨®n¨C de cinco bolsillos, mucho m¨¢s c¨®modos y funcionales que los tradicionales. Mientras que las pesadas faldas de lana plisadas, un incordio para el lavado, dejan paso a otras de algod¨®n sin plisar pero con algunas tablas grandes. Los colores tostados ganan enteros que pierden, sin embargo, los estampados de cuadros para chicos.
Es imagen corporativa, y los cambios cuestan
Las asociaciones de consumidores desconf¨ªan de que los uniformes no se conviertan en un negocio para los colegios concertados, sufragados con dinero p¨²blico. Una v¨ªa oculta ¨Ca trav¨¦s de la venta exclusiva del material escolar¨C para recaudar lo que legalmente no se puede. Cada vez m¨¢s padres por toda Espa?a denuncian la obligatoriedad de comprar en determinada tienda, y el Tribunal Vasco de Defensa de la Competencia (TVDC) ha anunciado que sancionar¨¢ a los centros.
"Para evitar que se disparen los gastos es buena idea tratar de ir escalonando las compras de ropa, aprovechando las rebajas del fin de temporada. Sea previsor", recomiendan desde la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU). Y para el calzado sugieren que sea f¨¢cil de atar, con suela de goma o caucho ¨Cflexibles y antideslizantes¨C, con plantilla de cuero ¨Cm¨¢s transpirable¨C y, a poder ser, con contrafuerte. Ideas que comparten en la Federaci¨®n de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI), que adem¨¢s, subraya la necesidad de huir del marquismo ¨Cun ahorro del 30%, seg¨²n su asociaci¨®n¨C, reciclar la ropa en buen estado o aprovechar para los uniformes los packs de las grandes superficies para las camisetas, calcetines, chaquetas o jers¨¦is.
En Galicia, la Comunidad Valenciana y Madrid, los uniformes en los p¨²blicos tienen una fuerte implantaci¨®n, aunque su peso crece en otras zonas como Extremadura o Murcia. Un colegio de L¡¯Hospitalet (Barcelona) ha sido este curso el primero en imponerlo en Catalu?a; en Arag¨®n hay dos, y el nuevo reglamento de organizaci¨®n de los centros educativos en Andaluc¨ªa deja la decisi¨®n en manos de cada centro de primaria. Tan solo en el Pa¨ªs Vasco, La Rioja, Baleares y Canarias se resisten a la moda del uniforme. Cuando la crisis azota, el uniforme entra en el debate.
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