?Agravio a Catalu?a? Peajes para todos
Las protestas contra las v¨ªas de pago coinciden con planes para extender el sistema Los expertos piden que prime la eficiencia sobre la mera recaudaci¨®n
Quien era un an¨®nimo hasta hace poco, Josep Casadell¨¤, se ha convertido en el s¨ªmbolo del nuevo movimiento antipeajes fraguado en Catalu?a, la en¨¦sima reivindicaci¨®n para que las carreteras de pago dejen de ser una singularidad catalana. Pero mientras ¨¦l y miles m¨¢s protestan, el Ministerio de Fomento plantea implantar peajes en toda Espa?a. Ahora no se trata de construir nuevas carreteras, sino de recaudar dinero para mantenerlas. O para cubrir los d¨¦ficits que aquejan a algunas autopistas deficitarias.
YouTube encumbr¨® a Casadell¨¤ cuando decidi¨® colgar un v¨ªdeo en el que aparec¨ªa al volante de su coche neg¨¢ndose a pagar uno de los peajes en la autopista AP-7. En pocos d¨ªas, alrededor de 200.000 personas lo visionaron y las redes sociales hicieron el resto: el nacimiento de la campa?a #novullpagar (no quiero pagar) que solidific¨® el pasado martes con la primera convocatoria masiva de insumisos al pago de los peajes en las autopistas catalanas.
¡°Si cerramos escuelas, c¨®mo no hacer pagar por las carreteras¡±
La llamada atrajo a miles de personas que resucitaron la denominada guerra de los peajes que vivi¨® la comunidad en los ¨²ltimos a?os noventa, un movimiento que entonces castig¨® la acci¨®n de la concesionaria Acesa (embri¨®n y filial del actual grupo de infraestructuras Abertis) y que forz¨® a las administraciones a bonificar las tarifas de las autopistas de pago catalanas ante el enojo de los ciudadanos.
Los protagonistas de la historia vuelven a ser los mismos una d¨¦cada despu¨¦s: Generalitat, Estado y Abertis. Y el ambiente, catalizado por los partidos m¨¢s soberanistas, tampoco ha variado: la sensaci¨®n de agravio de unos conductores abonados al peaje que ven c¨®mo mientras tanto predominan las autov¨ªas gratuitas en el resto de Espa?a.
¡°La situaci¨®n no ha cambiado nada en los ¨²ltimos a?os, incluso hoy se mantienen las mismas dudas que anta?o¡±, apunta Carles Vergara, profesor del IESE que hace una d¨¦cada integraba un grupo dise?ado especialmente para calmar los ¨¢nimos y resolver el conflicto, en el que se demandaba incluso el rescate de todas las autopistas de pago catalanas.
Las v¨ªas de gran capacidad est¨¢n en mal estado por falta de mantenimiento
Seg¨²n datos del INE, Catalu?a soporta uno de cada cinco kil¨®metros de autopistas que hay en toda Espa?a. Representan casi la mitad de todas sus carreteras de gran capacidad. En el resto de comunidades, el promedio se sit¨²a por debajo del 20%. Y estas diferencias han sido hist¨®ricas desde que en los a?os setenta se puso en marcha la Autopista del Mediterr¨¢neo, la AP-7, a instancias de los informes del Banco Mundial. La falta de recursos para financiarla dio vida al modelo de concesi¨®n que se fue desarrollando posteriormente.
Pero si el gerundense Casadell¨¤ se situ¨® en los altares de los templos antipeajes fue porque su decisi¨®n de grabar su ¡°no quiero pagar¡± ¡ªun arrebato, seg¨²n reconoce¡ª, no era m¨¢s que la sublevaci¨®n a una noticia que hab¨ªa escuchado por la radio instantes antes: la posibilidad de que el Ministerio de Fomento equilibrara las deficitarias cuentas de las cuatro autopistas radiales de Madrid, de nuevo cu?o, a cambio de prolongar las concesiones del resto de autopistas espa?olas, entre ellas las de la AP-7 y la AP-2, que los partidos soberanistas dan por completamente amortizadas.
Poco tiempo despu¨¦s de que llegara a los o¨ªdos de Casadell¨¤, el globo sonda lanzado por la ministra Ana Pastor desaparec¨ªa en el aire y su ministerio lanzaba otro vinculado tambi¨¦n a las carreteras. Un supuesto plan para implantar en breve un sistema de peajes blandos en el conjunto de la red espa?ola de autov¨ªas. De la asimetr¨ªa hist¨®rica al caf¨¦ para todos. La generalizaci¨®n que permitir¨ªa acabar con el discurso del agravio lanzado desde Catalu?a.
El negocio de las v¨ªas de peaje
- Autopistas. Actualmente existen en Espa?a 3.365,51 kil¨®metros de autopistas de pago en Espa?a. De ellas, la gran mayor¨ªa son sufragadas por sus usuarios mediante el pago en peaje, pero 369,7 kil¨®metros los financian las propias concesionarias. Es una f¨®rmula incluida en los ¨²ltimos contratos, con los que se obliga a construir, explotar y mantener otras carreteras que no pagan sus usuarios.
- Ingresos. La recaudaci¨®n que pueda conseguir el Gobierno mediante la generalizaci¨®n de los peajes en toda la red de carreteras de alta capacidad depender¨¢ de la tarifa que se aplique y de veh¨ªculos gravados, pero se ingresar¨ªan m¨¢s de 1.000 millones de euros
- IVA. La patronal de concesionarias Aseta estima que las autopistas de peaje generan en torno a 330 millones de ingresos para el Estado, en concepto del 18% del IVA que grava las tarifas.
- Carreteras. La puesta en marcha de peajes en carreteras menores podr¨ªa incentivar el uso de autopistas, aquejadas por una ca¨ªda del tr¨¢fico medio como consecuencia de la crisis econ¨®mica.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no ha tardado en dar pasos en la misma direcci¨®n. Este jueves, su mano derecha y vicepresidente, Ignacio Gonz¨¢lez, lo confirmaba: ¡°Hay que establecer un cobro por el uso y disfrute de las carreteras¡±. Todo es muy incipiente, no se sabe c¨®mo se gravar¨¢ ni con qu¨¦ calendario, pero autov¨ªas auton¨®micas como la M-45 y la M-501 parecen estar condenadas al pago por uso. El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, se sum¨® ayer a la iniciativa. Toda nueva infraestructura ser¨¢ de peaje.
¡°Tiene todo el sentido del mundo¡±, se?ala el exdecano de Esade y catedr¨¢tico de Finanzas Robert Tornabell, quien argumenta que ¡°si cerramos hospitales y escuelas tenemos que hacer pagar por el uso de las carreteras¡±. En su opini¨®n, una v¨ªa de pago no tiene por qu¨¦ correr en paralelo a otra carretera gratuita. Pero est¨¢ claro que gravar las autov¨ªas incentivar¨¢ el tr¨¢fico de las autopistas de pago, un bal¨®n de ox¨ªgeno que no ir¨¢ del todo mal a las concesionarias, que han visto como la crisis les ha ara?ado m¨¢s de un 5% de tr¨¢fico cada a?o.
La titular de Fomento, como el resto de sus compa?eros del Consejo de Ministros, buscan todo tipo de f¨®rmulas para conseguir ingresos extraordinarios en un momento en el que escasean las partidas para realizar inversiones en los Presupuestos Generales. Y tampoco hay dinero para mantenimiento.
La Asociaci¨®n Espa?ola de la Carretera abon¨® el discurso de Pastor el mes pasado, cuando hizo p¨²blico un estudio en el que denunciaba el d¨¦ficit de cuidado de las carreteras. Durante los a?os 2007 y 2008 el Estado destin¨® 500 millones de euros para reforzar firmes en v¨ªas de alta capacidad. La partida se redujo a 14 millones en 2010 y ha desaparecido totalmente en los dos ¨²ltimos ejercicios econ¨®micos.
Las consecuencias son f¨¢ciles de adivinar para esta patronal que aglutina desde concesionarias hasta constructoras y empresas que ofrecen servicios de se?alizaci¨®n, todas vinculadas a las infraestructuras del transporte. El estado de conservaci¨®n es ¡°deficiente¡± y se sit¨²a en la ¡°peor¡± situaci¨®n ¡°de los ¨²ltimos 25 a?os¡±, se?ala el documento. Las carreteras de alta capacidad acumulan un d¨¦ficit de inversi¨®n acumulado de 5.500 millones de euros y la peor parte se la llevan las de titularidad auton¨®mica. Las v¨ªas de peaje se libran de la quema: la concesi¨®n lleva asociada su mantenimiento.
Daniel Albalate, profesor de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona especializado en infraestructuras, sostiene que la generalizaci¨®n de los peajes a todo el mapa de carreteras viene a solucionar no solo el mantenimiento de las autov¨ªas, sino ¡°los proyectos sin rentabilidad¡± a los que se lanz¨® el ¨²ltimo Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Desde el tramo de autopista AP-7 Cartagena-Vera a las radiales madrile?as, cuyo coste se dispar¨® por el pago de las expropiaciones.
Su gasto se multiplic¨® mientras que sus ingresos no cumpl¨ªan las expectativas, porque las previsiones de tr¨¢fico iniciales triplicaban en algunos casos la realidad que se han encontrado las concesionarias que las explotan. Solo hace falta ver la p¨¢gina web de la propia concesionaria de la R-2 para comprobar el intenso uso de la autov¨ªa gratuita y el escaso paso de veh¨ªculos por la autopista de pago paralela.
En pa¨ªses como Alemania, el sistema tambi¨¦n afecta a mercanc¨ªas
¡°Para empezar se tendr¨ªa que haber planteado si las radiales se tendr¨ªan que haber construido o no¡±, subraya Vergara, quien denuncia que el actual conflicto que viven las carreteras es ¡°un problema general¡± vinculado a ¡°la ausencia de un modelo homog¨¦neo, ante la cual las autopistas se han ido haciendo sobre la marcha¡±. En los ¨²ltimos a?os del franquismo se crearon las primeras autopistas de peaje. Despu¨¦s, con los sucesivos Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez, se desarroll¨® una extensa red de autov¨ªas porque el PSOE consideraba q ue no ten¨ªan que ser de pago. En esos tiempos, algunos Gobiernos auton¨®micos apostaron por lanzarse a la construcci¨®n de sus propias autopistas de peaje, incluso planteando el peaje a la sombra ¡ªla Administraci¨®n paga a la concesionaria en funci¨®n del tr¨¢nsito y el usuario cree que es gratuita¡ª. Con los primeros Gobiernos del PP se proyectan las ¨²ltimas autopistas de pago, como las radiales que est¨¢n ahora en el ojo del hurac¨¢n.
Sea como sea, el Gobierno tendr¨¢ que armar un plan para salvar a las concesionarias enganchadas en las cuatro autopistas madrile?as, que no descartan presentar concurso de acreedores, al acumular un pasivo que ronda los 3.000 millones de euros. ¡°Lo l¨®gico ser¨ªa como en cualquier negocio: si pierdes dinero, lo pierdes¡±, indica Vergara. Su planteamiento choca, no obstante, con las cl¨¢usulas de las concesiones, en las que las Administraciones titulares de la infraestructura aseguran que por aquella v¨ªa pasar¨¢ un volumen m¨ªnimo de veh¨ªculos al a?o. Si no es as¨ª, se compensa.
Albalate considera que Fomento tiene tres opciones para salvar a las empresas de las R-2, R-3, R-4 y R-5: alargar el plazo de concesi¨®n en otras autopistas que s¨ª ofrecen beneficios, poner recursos p¨²blicos y nacionalizar las carreteras o levantar recursos de otras carreteras para cubrir el d¨¦ficit de estas autopistas. ¡°La soluci¨®n ¨®ptima pasar¨ªa por que las empresas que gestionan esas concesiones asumieran tambi¨¦n las carreteras que no son de peaje [asumiendo su negocio], pero es poco factible¡±, opina.
Ana Pastor plantea
que en Espa?a solo
los turismos sean
los que paguen
La patronal de las concesionarias, Aseta, evita opinar sobre los virtuales planes de Fomento, si bien no esconde su preferencia sobre la generalizaci¨®n de las carreteras de pago. ¡°Debe pagar quien usa y quien contamina¡±, se?ala un portavoz de la organizaci¨®n, ateni¨¦ndose a la Eurovi?eta, la directiva europea aprobada en 2006 y que obliga a pagar por uso de las v¨ªas terrestres de transporte.
Hasta ahora, los diferentes ministros espa?oles del ramo se hab¨ªan negado a aplicarla. Y Pastor, la primera que se ha aproximado a la propuesta comunitaria con su intenci¨®n de generalizar los peajes a todas las carreteras de alta capacidad, parte con la idea de restringir el pago a los turismos. Los veh¨ªculos de mercanc¨ªas se librar¨ªan de financiar las v¨ªas, todo lo contrario de lo que est¨¢ ocurriendo en los pa¨ªses europeos donde se est¨¢ implantando, como en Alemania, donde los camiones pagan en funci¨®n de su kilometraje, con un estricto seguimiento por GPS.
¡°La Eurovi?eta pretende hacer pagar para que las carreteras se hagan de forma eficiente¡±, se?ala el director de Estudios de Infraestructuras de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona, Cristian Bardaj¨ª. Justo lo que un estudio elaborado por la corporaci¨®n en 2008 dejaba en entredicho, al considerar que ¡°la inversi¨®n en infraestructuras ha acabado generando una red viaria funcionalmente ineficiente, porque incentiva a los usuarios a utilizar las v¨ªas para funciones diferentes de las que les corresponder¨ªa¡±. En resumen, seg¨²n aclara Bardaj¨ª, que ¡°los camiones circulan por carreteras para eludir el pago de autopistas, que son las que est¨¢n dimensionadas para ese tipo de tr¨¢fico¡±.
Bardaj¨ª coincide con otros expertos en movilidad cuando critica el err¨®neo uso, a su juicio, de los peajes cuando se utilizan como una herramienta meramente recaudadora. Los t¨¦cnicos se?alan que el peaje debe servir como una pol¨ªtica de eficiencia, basada en evitar las congestiones, y de equidad, que prime a aquellos que no tienen otra alternativa que coger el coche.
De ah¨ª, por ejemplo, diferenciar tarifas entre horas punta (m¨¢s caras) y horas valle (m¨¢s baratas) para interceder en la gesti¨®n del tr¨¢fico. Entender la carretera como la reserva de un billete de avi¨®n o de una habitaci¨®n en un hotel: a mayor demanda, mayor precio. Y complementar la b¨²squeda de esa eficiencia con una pol¨ªtica de transporte p¨²blico que desincentive de forma pr¨¢ctica y no coercitiva el uso del veh¨ªculo privado.
Lo que est¨¢ claro a estas alturas, asegura Daniel Albalate, es que dif¨ªcilmente se construir¨¢n nuevas autopistas de peaje. Antes se tendr¨¢n que digerir aquellas que se suman a la lista de infraestructuras que sobreviven vac¨ªas, como algunos aeropuertos y trenes de alta velocidad.
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