Doble juego ante la censura
Las grandes firmas tecnol¨®gicas hacen equilibrios entre la colaboraci¨®n con reg¨ªmenes dictatoriales y la presi¨®n de sus clientes por los derechos humanos
Las compa?¨ªas occidentales de tecnolog¨ªa llevan a?os proveyendo de sistemas de comunicaci¨®n y vigilancia a algunos de los reg¨ªmenes m¨¢s opresivos del planeta, como Ir¨¢n, Siria o Bahrein, mientras organizaciones de defensa de los derechos humanos cuestionan si esas compa?¨ªas ¡ªl¨¦ase Google o Apple¡ª no deber¨ªan poner l¨ªmites a aquellos con quien hacen negocios y abandonar un peligroso juego de dobles barajas. Moral e intereses empresariales cobran un nuevo cariz en la era de la globalizaci¨®n y la revoluci¨®n de las comunicaciones mundiales, seg¨²n expone un informe hecho p¨²blico ayer por el Centro de Estudios Pew sobre la responsabilidad de las grandes corporaciones tecnol¨®gicas frente a la sociedad.
M¨¢s de 1.000 expertos en tecnolog¨ªa ¡ªdesde profesores a ingenieros o lobbistas, pasando por compa?¨ªas como Microsoft, Netflix, Google, Yahoo o Nokia¡ª han ofrecido para el estudio sus puntos de vista y proporcionado una dividida respuesta a si los Gobiernos represores deber¨ªan o no poder mantener relaciones comerciales con las grandes compa?¨ªas de Internet. Las explicaciones llegan justo cuando el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra, ha declarado por primera vez la libertad de expresi¨®n en Internet como un derecho de las personas. ¡°Es la primera resoluci¨®n de la ONU afirmando que los derechos humanos en el ¨¢mbito digital deben ser protegidos y promovidos en la misma medida y con el mismo compromiso que los derechos humanos en el mundo f¨ªsico¡±, dijo el jueves Eileen Donahoe, embajadora de EE UU ante el organismo.
Las reglas est¨¢n por escribir, por lo que el Pew lanz¨® la siguiente pregunta a los analistas consultados: en el a?o 2020, ?estar¨¢n las compa?¨ªas de tecnolog¨ªa limitadas por requerimientos universales que protejan a sus usuarios frente a reg¨ªmenes opresivos o, por el contrario, acomodar¨¢n sus negocios a las exigencias de los Gobiernos que impongan pr¨¢cticas de censura con tal de vender sus productos?.
De momento, ya hay alguna iniciativa para establecer reglas de comportamiento. Chris Smith, representante republicano del Congreso de EE UU, ha presentado una ley en la C¨¢mara que prohibir¨ªa a las compa?¨ªas norteamericanas de tecnolog¨ªa vender material a reg¨ªmenes que usen sus productos para censurar o reprimir disidentes.
M¨¢s de 1.000 expertos en tecnolog¨ªa han ofrecido para el estudio sus puntos de vista y proporcionado una dividida respuesta
Algo m¨¢s de la mitad de los encuestados en el estudio de Pew conf¨ªan en que suceda lo primero, que los proveedores de servicios se blinden con un c¨®digo ¨¦tico que proteja a los consumidores frente a las injerencias gubernamentales. Pero un abultado 40% consider¨® justo lo contrario, que las corporaciones ser¨¢n cada vez m¨¢s acomodaticias y sucumbir¨¢n al poder.
Seg¨²n Jonathan Grudin, principal investigador de Microsoft citado en el estudio, tambi¨¦n los Gobiernos democr¨¢ticos quieren controlar las protestas en sus pa¨ªses. Pero considera que ¡°las firmas que traten de controlar los contenidos en respuesta a una intervenci¨®n estatal se arriesgar¨¢n a que sus clientes las abandonen en masa¡±. ¡°El mercado presionar¨¢ de manera tal que las grandes empresas no podr¨¢n doblegarse a los intereses de los Estados¡±.
Los m¨¢s pesimistas, como Mike Liebhold, investigador y acad¨¦mico en The Institute for The Future, est¨¢n convencidos de que las corporaciones sucumbir¨¢n a la presi¨®n de los Gobiernos. ¡°Las empresas de tecnolog¨ªa inevitablemente ceder¨¢n a la petici¨®n de los reg¨ªmenes autoritarios para acceder a controlar a sus ciudadanos¡±, explica Liebhold. ¡°La buena noticia es que las capacidades de software libre de las organizaciones de base ser¨¢n cada vez m¨¢s ¨²tiles para la gente a la hora de trabajar en la penetraci¨®n de los gobiernos¡±.
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