La relaci¨®n entre mente y piel obliga a un tratamiento diferente
La dermatolog¨ªa psiqui¨¢trica se consolida como una opci¨®n integral
¡°La piel es el ¨®rgano m¨¢s relacionado con la mente¡±. La frase de la coordinadora del grupo de Dermatolog¨ªa Psiqui¨¢trica de la Academia espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venereolog¨ªa, Aurora Guerra, es el punto de partida de una nueva especialidad que, tras a?os de titubeos, se consolida. La dermat¨®loga, jefa de servicio del Hospital 12 de Octubre y profesora en la Complutense defiende una aproximaci¨®n ¡°m¨¢s hol¨ªstica de las enfermedades de la piel¡± en dos niveles. Primero, el puramente fisiol¨®gico. ¡°En el desarrollo embrionario, la piel y el sistema nervioso tienen el mismo origen, el ectodermo¡±, afirma el psicodermat¨®logo argentino Jorge Ulnik. A los profesionales espa?oles el t¨¦rmino no les gusta, y prefieren el de dermatolog¨ªa psiqui¨¢trica. ¡°La dermatolog¨ªa debe primar¡±, indica Guerra. Adem¨¢s, hay una relaci¨®n bioqu¨ªmica clara entre ambos ¨®rganos, el m¨¢s interno y el m¨¢s externo, a trav¨¦s de sustancias como las citocinas, segregadas por a piel durante procesos inflamatorios y que act¨²an en el cerebro. Por ejemplo, Guerra indica que una de las ¨²ltimas novedades es que la tricotiloman¨ªa, el h¨¢bito de arrancarse el pelo, se intenta frenar con acetilciste¨ªna, un f¨¢rmaco que act¨²a sobre las citocinas (la m¨¦dica prefiere, seg¨²n la Academia de Medicina, ese nombre al de citoquina, ¡°una mala traducci¨®n del ingl¨¦s¡± que pervierte el original griego, kin¨¦,movimiento).
Pese a que la especialidad empez¨® a gestarse hace m¨¢s de 20 a?os, admite Guerra, solo recientemente se ha iniciado un proceso ¡°de sistematizaci¨®n¡±. Las evidencias estaban ah¨ª, pero el abordaje era disperso. ¡°En situaciones de estr¨¦s, la piel se pone roja, se calienta y se ponen los pelos de punta¡±. Este hecho era de sobra conocido, y ambos expertos lo citan como el punto de partida. ¡°La piel no es solo una barrera; es el mayor de nuestros ¨®rganos, lleno de terminaciones nerviosas. Lo que le pasa nos afecta en gran manera a nuestro cerebro, y viceversa¡±, dice el psiquiatra argentino.
Guerra refina esa interrelaci¨®n a¨²n m¨¢s: ¡°Hay tres posibles supuestos. Primero, la enfermedad mental que se manifiesta como un posible problema de la piel, como la persona que tiene el delirio de que tiene par¨¢sitos¡±. Ah¨ª, ¡°poco podemos hacer, porque no podemos quitar unos par¨¢sitos que no existen¡±.
Descartando esto, queda el proceso inverso, ¡°cuando hay un problema evidente en la piel y eso repercute en la mente¡±, dice Guerra. Ser¨ªa el caso ¡°de una psoriasis grave en la cara, que es muy estigmatizante¡±. En medio hay otros problemas, como algunas ¡°urticarias, p¨²rpuras¡±. En principio, ¡°son problemas dermatol¨®gicos¡±, pero el especialista debe tener en cuenta ¡°c¨®mo afecta a la calidad de vida del paciente¡±, dice la experta. ¡°Pueden causar ansiedad, depresi¨®n¡±. ¡°Si el da?o mental es superior, ello puede llevar incluso a modificar el tratamiento¡±, advierte Guerra.
El v¨ªnculo entre cerebro y dermis es fisiol¨®gico y bioqu¨ªmico
La psoriasis est¨¢ siempre en el punto de mira. La enfermedad, que se calcula que afecta a unas 650.000 personas en Espa?a, puede ser desde leve a grave, y las manchas en la piel (las descamaciones, los cambios de color), pueden resultar muy gravosas para el afectado. ¡°Puede llevar a una gran depresi¨®n que nos haga optar por tratamientos biol¨®gicos, que son m¨¢s agresivos¡±, admite la dermat¨®loga.
Es precisamente este aspecto de enfermedades visibles las que han potenciado el abordaje multidisciplinar, con psiquiatr¨ªa incluida. Otras dolencias, como las hep¨¢ticas o las cardiacas, no tienen, en general, ese componente. ¡°Existe la oncolog¨ªa psiqui¨¢trica¡±, rebate Ulnik, pero con ella no se intenta mejorar la enfermedad en s¨ª, sino la manera en que el paciente acepta el proceso en el que se ve inmerso, contesta la dermat¨®loga.
En lo que ambos representantes de las dos escuelas no se ponen del todo de acuerdo ¡ªalgo valioso en una especialidad que se est¨¢ perfilando, ¡°derribando mitos¡±, como dice Guerra¡ª es en el papel que debe tener la psiquiatr¨ªa en los procesos dermatol¨®gicos. Para la dermat¨®loga espa?ola, esa especialidad debe ser ¡°la prioritaria¡±, aunque se pida ayuda a todos los que puedan colaborar; el psiquiatra cree que su papel debe comenzar lo antes posible. En lo que est¨¢n de acuerdo es en que la colaboraci¨®n es ¡°indispensable¡±. ¡°A nadie debe extra?arle que si acude a un dermat¨®logo con un problema, salga con una cita para un psiquiatra¡±, indica Guerra.
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