La escuela intensiva se impone
La jornada continua gana terreno en la mayor¨ªa de los colegios p¨²blicos Las Administraciones y la crisis la impulsan Los expertos advierten que perjudica a los m¨¢s pobres
Hace unos d¨ªas, los padres del colegio p¨²blico Ramiro de Maeztu de Madrid votaron si cambiaban la jornada partida (con clases de ma?ana y tarde) por la continua (solo por la ma?ana). Los profesores del centro hab¨ªan reunido a las familias y les hab¨ªan hablado de las bondades del cambio, b¨¢sicamente: los ni?os llegan muy cansados a las horas de la tarde y rinden menos. Pero, al final, la mayor¨ªa dijo no al cambio (aunque tampoco votaron suficientes como para que el proceso fuera v¨¢lido). ¡°Creo que los padres no ten¨ªamos tan claro que fuera mejor para los ni?os, que adem¨¢s iban a tener menos recreo e iban a comer m¨¢s tarde¡±, cuenta C¨¦sar Borreguero, uno de los padres.
Pero el caso de este colegio, ubicado en una zona de clase media alta de Madrid, es un hecho cada vez m¨¢s extra?o. En los ¨²ltimos cuatro a?os, la jornada continua no llegaba a la mitad de los colegios p¨²blicos de infantil y primaria de toda Espa?a y ahora est¨¢ implantada en el 62%, seg¨²n los datos adelantados por la cadena SER y confirmados por este peri¨®dico tras consultar a las comunidades aut¨®nomas.
As¨ª, durante la crisis est¨¢ ganando fuerza la jornada intensiva, una vieja reivindicaci¨®n del profesorado que siempre ha contado con la firme oposici¨®n de los padres de los alumnos. En la confederaci¨®n laica de padres (Ceapa), mayoritaria en la p¨²blica, lo han considerado desde hace a?os una reivindicaci¨®n de mejora de las condiciones laborales de los profesores y creen, adem¨¢s, que los alumnos con menos recursos salen perjudicados. ¡°En l¨ªneas generales, la Administraci¨®n impulsa la jornada continua por ahorro de costes y reducci¨®n de escuelas, eso provocar¨¢ que se pierdan comedores escolares y actividades extraescolares¡±, se queja Jos¨¦ Luis Pazos, presidente de la federaci¨®n de padres Giner de los R¨ªos de Madrid y vocal en Ceapa.
Las horas de la escuela
Los resistentes. Solo en cinco comunidades se mantiene la jornada de ma?ana y tarde en los colegios p¨²blicos de primaria de forma mayoritaria: Pa¨ªs Vasco, Navarra, Arag¨®n, Comunidad Valenciana y Catalu?a.
Los pioneros. La jornada intensiva solo por la ma?ana est¨¢ completamente extendida desde hace a?os en Canarias, Extremadura, Murcia (donde est¨¢ en la pr¨¢ctica totalidad de centros) o Andaluc¨ªa.
Los que aumentan. En varias autonom¨ªas el avance de la jornada continua en los ¨²ltimos cuatro a?os ha sido espectacular: Castilla-La Mancha (del 78% al 100%), Castilla y Le¨®n (del 60% al 100%), Galicia (del 60% al 96%), La Rioja (38% al 84%) y Cantabria (del 16% al 66%).
La concertada. La mayor¨ªa de los colegios concertados, que suelen incluir tanto primaria como secundaria en sus centros, tiene jornada partida, seg¨²n datos del sector.
Los institutos. La inmensa mayor¨ªa de los institutos p¨²blicos (de ESO, bachillerato y FP) tienen jornada continua. Solo el 35% de los institutos catalanes la tiene partida.
En Europa. El tipo de jornada depende de la tradici¨®n de cada pa¨ªs y, muchas veces, tambi¨¦n de su clima. Tienen jornada partida B¨¦lgica, Dinamarca, Holanda, Inglaterra y Gales, Irlanda o Suecia.
Pero, salvo en las comunidades donde a¨²n est¨¢ completamente generalizada la jornada partida en esos primeros tramos, (Arag¨®n, Comunidad Valenciana, Pa¨ªs Vasco y Navarra), la elecci¨®n de una u otra suele depender de los padres, que votan si quieren cambiar. Y lo cierto es que la crisis econ¨®mica y el consiguiente aumento del paro pueden hacer que muchas familias prefieran que los ni?os acaben a mediod¨ªa porque no pueden pagar el comedor o porque est¨¢n m¨¢s libres para atender por la tarde a sus hijos. ¡°Por ejemplo, los funcionarios prefieren jornada continuada porque se adaptan a sus horarios laborales. Las familias donde uno de los dos no trabaja, principalmente la mujer, quiz¨¢ porque pueden atender a sus hijos en casa. Los que tienen pocos recursos, si el ni?o debe usar ruta escolar o quedarse a comedor, est¨¢ claro que van a preferir la continua¡±, a?ade Pazos.
Aunque el impulso de las Administraciones en una direcci¨®n o en otra tambi¨¦n ayuda. Por ejemplo, la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de Madrid rebaj¨® los requisitos para implantar la jornada continua a principios de marzo. Ya no se requiere que dos tercios de los padres y madres del centro voten personalmente, sino que pueden hacerlo por correo y se elimina la necesidad de un informe preceptivo de los Ayuntamientos. En septiembre de 2012, antes de ese cambio, el 39% de los colegios p¨²blicos ten¨ªan ya jornada continua; en 2009 eran el 17,9%. Adem¨¢s, tanto la Comunidad Valenciana como Arag¨®n tambi¨¦n prev¨¦n abrir las puertas a la jornada intensiva de ma?ana a partir del curso que viene, con procesos de votaciones y con algunas restricciones, informa Jaime Prats.
Tanto Pazos como el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Complutense Mariano Fern¨¢ndez Enguita ven razones pol¨ªticas en este impulso. ¡°Se trata de meter una cu?a entre los padres y el profesorado¡±, es decir, sembrar ciza?a en la comunidad educativa, que se ha mantenido unida en las protestas contra los recortes p¨²blicos, de m¨¢s de 6.300 millones de euros desde 2010, dice Enguita. Y, por otro, a?ade, se tratar¨ªa de dar algo positivo a los docentes en un momento en que todo son empeoramientos laborales.
¡°Creo que se est¨¢ optando muy alegremente por la jornada continua, pero esto solo tiene sentido si mejora la calidad. Hay que pensar sobre todo qu¨¦ es lo mejor para los ni?os. El aprendizaje requiere reposo y asimilaci¨®n¡±, sostiene el maestro jubilado y miembro de los Movimientos de Renovaci¨®n Pedag¨®gica Julio Rogero. El problema es que no hay evidencias suficientes en uno u otro sentido. ¡°Simplemente, porque es imposible medirlo experimentalmente: te har¨ªan falta dos colegios exactamente iguales con condiciones y alumnado iguales¡±, dice Enguita. Los argumentos a favor de las clases de ma?ana suelen ser, adem¨¢s del rendimiento, la mejora de la disciplina, por lo mismo: los alumnos llegan a la tarde muy cansados y con menos ganas de trabajar.
Las situaciones son infinitas, y puede que a unos ni?os les venga peor y a otros mejor, pero Enguita asegura que en general la jornada continua perjudica a los alumnos con menos recursos y m¨¢s problemas, porque son los que tienen menos acceso a las actividades extraescolares que se prometen con la jornada continua, pero que van languideciendo con los a?os: ¡°Al final, las tardes para esos ni?os son de televisi¨®n y ordenador¡±, dice el soci¨®logo. ¡°Adoptar la continua requiere que eso est¨¦ dentro de un proyecto de centro y de ciudad que permita que esos alumnos dispongan tambi¨¦n de opciones por la tarde¡±, a?ade Rogero.
¡°Nosotros estamos a favor de la jornada de ma?ana porque creemos que es mejor, pero dentro de una planificaci¨®n y sin que se vean afectadas otras actividades y servicios complementarios como el comedor¡±, dice el responsable del sindicato FETE-UGT, Carlos L¨®pez Corti?as.
Los comedores escolares son, de hecho, una preocupaci¨®n, en este contexto porque es cierto que est¨¢ aumentando el n¨²mero de familias que ya no pueden pagarlo, m¨¢s a¨²n con unas disminuciones de las becas para comida del 30% al 50% en las distintas comunidades. ¡°Algunas, como Galicia, ten¨ªa subvencionada hasta ahora la comida. La manera de eliminarlo es juntar la jornada y hacer volver a los ni?os a su casa¡±, se queja Pazos. Es decir, que en principio los comedores siguen existiendo con la jornada intensiva, pero hay peligro cierto de que acaben desapareciendo en algunos casos.
El profesor de Psicolog¨ªa de la Aut¨®noma de Madrid V¨ªctor J. Rubio aplica sus conocimientos sobre el aprendizaje humano al debate: ¡°La jornada continua es claramente inadecuada. Se incrementa mucho el tiempo que pasan sin comer ni beber los alumnos y las curvas de aprendizaje desaconsejan tener tres horas seguidas, como se llegan a tener¡±, se?ala. Adem¨¢s, muchas veces se adelanta la entrada a clase, pero no la hora de acostar a los ni?os, y ¡°las p¨¦rdidas de sue?o afectan mucho al aprendizaje¡±, a?ade.
En general, los colegios concertados han optado por la jornada partida, que se defiende desde los centros cat¨®licos. Los horarios de ma?ana y tarde dominan en los centros de la FERE ¡ªpatronal mayoritaria de la concertada¡ª de Madrid, Castilla y Le¨®n, Valencia, Galicia, Asturias, Cantabria, Pa¨ªs Vasco, Navarra, La Rioja, Arag¨®n, Catalu?a, Baleares y Murcia. Para Julio Rogero, el avance de la jornada continua en la p¨²blica es una ventaja para la concertada.
La excepci¨®n catalana
Catalu?a es probablemente la comunidad donde m¨¢s arraigadas est¨¢n las clases de ma?ana y de tarde. De hecho, hasta el curso pasado, era la ¨²nica donde los institutos p¨²blicos de secundaria (de 12 a 18 a?os) ten¨ªan una jornada partida. Para los catedr¨¢ticos dos d¨ªas solo de ma?ana y otros tres tambi¨¦n por la tarde.
Pero la comunidad no es ajena al debate que recorre toda Espa?a y, desde este a?o, el 65% de los institutos ofrecen jornada intensiva. A¨²n no hay resultados, pero la Generalitat ha dicho que va a estudiar si, efectivamente, el nuevo modelo reduce la conflictividad en las aulas, como prometen algunos sectores.
Tambi¨¦n ha abierto la Generalitat una puerta en primaria. Seis colegios p¨²blicos de Baix Llobregat, Barcelona, Esclany¨¤-Begur, Vall-Ll¨°brega y de Platja d¡¯Aro forman parte este curso de un proyecto piloto en que tambi¨¦n se evaluar¨¢ el efecto del horario compactado en este nivel de la ense?anza.
La prueba piloto durar¨¢ tres a?os y el departamento descart¨® que se ampl¨ªe hasta despu¨¦s a otras escuelas.
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