Estudiar a plazos
Sin pr¨¦stamos p¨²blicos y con los bancos financiando los posgrados a cuentagotas, los centros optan por fraccionar y diferir al m¨¢ximo los pagos
De todas las opciones educativas que hay en el mercado, el m¨¢ster es la m¨¢s cara. En la universidad p¨²blica, y pese a las recientes subidas, lograr esa titulaci¨®n puede tener un precio asumible para determinados bolsillos seg¨²n la comunidad aut¨®noma y la materia, pero si se opta por la formaci¨®n privada, lo m¨¢s habitual es que tenga que ir preparando al menos 10.000 euros y, dependiendo de la especializaci¨®n y el centro que lo imparta, hasta m¨¢s de 100.000.
?Tiene ese dinero? Si su respuesta es positiva, l¨¢ncese. Sin embargo, a m¨¢s de uno esas cifras le pueden hacer desistir de sus intenciones a menos que logre alg¨²n tipo de ayuda. Con la actual sequ¨ªa de becas y el entorno generalizado de desempleo y dificultades econ¨®micas, financiar estos estudios es crucial. ¡°Hoy d¨ªa, obtener un MBA en una escuela de prestigio es vital para marcar una diferencia profesional, y m¨¢s en un entorno de crisis¡±, y las circunstancias financieras y de origen de cada alumno pueden convertir esa apuesta en una gran inversi¨®n, afirman desde el IESE.
Al 60% de quienes solicitan un cr¨¦dito para cursar un posgrado del IE (que cuesta entre 20.000 y 100.000 euros) les es concedido
Ah¨ª el papel de la familia es esencial, ya que, seg¨²n una encuesta de la consultora C¨ªrculo Formaci¨®n, 39 de cada 100 interesados en estudiar un m¨¢ster ten¨ªan previsto contar con sus progenitores para pagarlo. ¡°Se prefiere acudir al padre para que avale que ir al banco, que da m¨¢s miedo¡±, resumen desde una escuela de negocios, una estrategia totalmente distinta de la predominante en otros pa¨ªses de nuestro entorno, donde la financiaci¨®n mediante pr¨¦stamos que el alumno devuelve cuando finaliza su formaci¨®n y comienza a trabajar es la pr¨¢ctica m¨¢s habitual.
Una filosof¨ªa que durante unos a?os hizo suya el Ministerio de Educaci¨®n al poner en marcha un programa de pr¨¦stamos de posgrado y doctorados que en las primeras convocatorias, a partir de 2007, ten¨ªan un tipo de inter¨¦s del 0% y varios a?os de carencia, pero que para la de 2011 ¨Cla ¨²ltima en publicarse¨C se hab¨ªan subido al 5,4%, aunque finalmente se suspendi¨®. Los ajustes presupuestarios y posiblemente los problemas surgidos a ra¨ªz de las denuncias de deudores que han visto c¨®mo los bancos les reclaman la devoluci¨®n del dinero antes de lo esperado llevaron a los actuales responsables a suprimirlos.
EN CINCO PAGOS
No obstante, el entorno econ¨®mico no deja mucho sitio para miedos y en el sector se ha observado c¨®mo la demanda de ayuda financiera es cada vez mayor. ¡°Son muchos los que acuden a informarse a nuestra universidad o quieren iniciar un proceso de matriculaci¨®n, pero admiten tener grandes problemas econ¨®micos, as¨ª que piden ayudas para poder afrontar los pagos¡±, asegura Sol de Lorenzo, directora de la Escuela de Posgrado de la Universidad Europea, quien reconoce que est¨¢n siendo m¨¢s proactivos en identificar nuevas v¨ªas de financiaci¨®n para sus alumnos.
Entre esas f¨®rmulas, adem¨¢s de las becas privadas o descuentos para ciertos perfiles de estudiantes, la que se ha generalizado en los centros superiores es el diferimiento de los pagos para facilitar las cosas. Si antes lo habitual era desembolsar el total en uno o dos pagos a lo sumo, ahora raro es el que no permite multiplicar el n¨²mero de plazos. Tambi¨¦n en el Centro Superior de Estudios de Gesti¨®n (CSEG) de la Universidad Complutense se han ¡°adaptado a los tiempos, ofreciendo la posibilidad de abonar el curso en tres o cinco plazos en lugar de un solo pago al contado¡± como ocurr¨ªa antes, seg¨²n su director, Patxi Aldecoa, y eso pese a que ¡°el coste de nuestros cursos est¨¢ muy ajustado¡±. De hecho, el porcentaje de alumnos que solicita financiaci¨®n en el CSEG es casi insignificante.
En el IESE, por su parte, calculan que m¨¢s de la mitad de sus estudiantes, tanto internacionales como nacionales, solicitan los servicios de la financial aid office (oficina de ayuda financiera) de la escuela. Un porcentaje similar es el que la busca entre los alumnos de la Universidad Nebrija. Pero una cosa es pedirla y otra lograrla. Valent¨ªn Cort¨¦s, director de ayuda financiera del IE, confirma que al 60% de quienes solicitan cr¨¦ditos en Espa?a para estudiar uno de sus posgrados ¨Ccuestan entre 20.000 y 100.000 euros¨C les son concedidos¡±.
¡°Los tipos de inter¨¦s para las ayudas al estudio est¨¢n evolucionando al alza en l¨ªnea con la tendencia del mercado¡±, afirman desde la Universidad Europea, y ¡°se observa claramente que la ratio de cr¨¦ditos concedidos frente a los solicitados se ha reducido de forma dr¨¢stica¡±. Pero el panorama puede ser a¨²n m¨¢s preocupante. Y es que se exige ¡°un mayor n¨²mero de requisitos a la hora de conceder financiaci¨®n para programas de posgrado y, por tanto, ha disminuido la concesi¨®n¡± de pr¨¦stamos, asevera Vicente D¨ªaz Garc¨ªa, responsable comercial del ¨¢rea de posgrado y relaci¨®n con empresas del ESIC. Por ejemplo, como explican en el sector, vincular la aprobaci¨®n del cr¨¦dito a la suscripci¨®n del tradicional seguro de vida y, ¨²ltimamente, a otro de desempleo, adem¨¢s de mirar con una lupa de aumento cada vez mayor el riesgo del estudiante y de su centro formativo.
La financiaci¨®n a los estudios est¨¢ evolucionando hacia ¡°un mejor an¨¢lisis y gesti¨®n del riesgo que representa cada estudiante en particular y, en general, de todo el cuerpo estudiantil por escuela¡±, explica Jaume N¨²?ez, director financiero del IESE. Aunque acepta que han subido los tipos de inter¨¦s, resalta que ¡°tambi¨¦n ha aumentado la variabilidad. Es decir, del pr¨¦stamo al consumo de perfil ¨²nico del pasado vemos una evoluci¨®n a pr¨¦stamos que var¨ªan seg¨²n la escuela y el estudiante, adapt¨¢ndose a las caracter¨ªsticas y perfiles de riesgo de cada uno¡±, precisa.
Otra de las trabas que encuentra el alumno sin recursos suficientes es que cada vez hay menos entidades que realmente apuesten por este tipo de cr¨¦ditos pese a que todas los incluyan en su men¨² de productos, seg¨²n denuncian en el sector de la formaci¨®n superior. En La Caixa tienen una visi¨®n distinta y aseguran que no han disminuido el nivel de concesi¨®n de pr¨¦stamos; no obstante, ¡°en nuestro caso hemos observado que manteniendo o incrementando ritmos de matriculaci¨®n en algunos centros universitarios, la demanda de cr¨¦dito ha sido menor¡±.
Pero parece que a¨²n hay algo de esperanza. La tiene Juan Antonio Escarabajal, director de planificaci¨®n estrat¨¦gica de la Universidad Nebrija, al afirmar que ¡°las entidades tradicionales han limitado much¨ªsimo la concesi¨®n de pr¨¦stamos a estudiantes, pero otras como Cofidis y Banco Sabadell, que han creado productos financieros espec¨ªficos para estudiantes universitarios, han cubierto las necesidades que existen de financiaci¨®n¡±.
El director de ayuda financiera del IE, por su parte, cree que no es del todo cierto que los bancos no quieran conceder pr¨¦stamos, ¡°lo que se ha cerrado es el grifo a la financiaci¨®n chunguera. Los bancos est¨¢n muy abiertos a prestar a nuestros alumnos porque saben que, siendo ambos art¨ªculos de lujo, financiar nuestra formaci¨®n es mucho m¨¢s seguro que dar un cr¨¦dito para comprar un BMW¡±.
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