No conf¨ªan en los pol¨ªticos pero valoran la pol¨ªtica
Los partidos son las instituciones con menor prestigio entre los espa?oles, pero aumenta el inter¨¦s por influir en las decisiones de gesti¨®n p¨²blica Se buscan otras f¨®rmulas de participaci¨®n
La crisis ha puesto de manifiesto un profundo alejamiento entre los ciudadanos y las instituciones encargadas de representarlos y canalizar sus demandas. No es una realidad nueva, pero el nivel de confianza de los espa?oles con respecto a los partidos y la clase pol¨ªtica alcanza m¨ªnimos hist¨®ricos. Y lo hace al tiempo que aumenta el n¨²mero de espa?oles interesados por la pol¨ªtica, entendida en su sentido m¨¢s amplio. Las penurias econ¨®micas y la sensaci¨®n de que el sistema no responde como deber¨ªa han revitalizado las protestas. Como resultado, los ciudadanos participan m¨¢s y se manifiestan m¨¢s que nunca.
La participaci¨®n pol¨ªtica aumenta, y lo hace sobre todo en su vertiente m¨¢s callejera. Los ciudadanos salen m¨¢s que nunca a la calle y lo hacen para defender causas concretas. El ¨²ltimo y sonado ejemplo ha sido el del barrio de Gamonal, en Burgos, donde los vecinos han conseguido que el alcalde paralice las obras de un bulevar tras cinco d¨ªas de presi¨®n y disturbios provocados por una minor¨ªa. El voto, reconocen los expertos, ya no es un cheque en blanco. Al menos no para un n¨²cleo de ciudadanos movilizados que exigen que las instituciones no les den la espalda. Si las pol¨ªticas no les gustan, salen a la calle, como ha venido sucediendo con la marea blanca (en defensa de la sanidad), verde (educaci¨®n) o roja (ciencia).
Las complejas actitudes pol¨ªticas de los espa?oles han quedado radiografiadas en la ¨²ltima Encuesta Social Europea (EDE), que se present¨® ayer en Barcelona. Las cifras que muestra esta encuesta son demoledoras para los partidos y los representantes pol¨ªticos, que no solo no consiguen generar confianza entre los ciudadanos, sino que se presentan cada vez m¨¢s alejados de los mismos.
Los ciudadanos suspenden en confianza a todas las instituciones: el Parlamento (3,4 es la media de confianza de los encuestados en una escala de 0 a 10); el sistema judicial (3,7); los pol¨ªticos (1,9); los partidos (1,9); el Parlamento Europeo (3,9) e incluso las Naciones Unidas (4,7). La ¨²nica instituci¨®n que aprueba es la polic¨ªa (5,8), aunque todas ellas obtienen una peor puntuaci¨®n que en la anterior edici¨®n del estudio (2009-2010). La encuesta no incluye preguntas sobre la monarqu¨ªa, porque solo se pregunta sobre instituciones que existen en todos los pa¨ªses que forman parte de la investigaci¨®n.
La ¨²nica organizaci¨®n que aprueba es la polic¨ªa
Se trata de un estudio que se realiza de forma simult¨¢nea en 29 pa¨ªses europeos cada dos a?os, con muestras aleatorias entre 1.500 y 2.500 individuos. En Espa?a lo realiza un equipo de la Universidad Pompeu Fabra, en colaboraci¨®n con el Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad, el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) y la Obra Social La Caixa.
La confianza en los partidos y en los pol¨ªticos presenta los valores m¨¢s bajos desde que se empez¨® a hacer la encuesta, en 2002. Adem¨¢s, los ciudadanos perciben en gran medida que los partidos no se diferencian gran cosa unos de otros. Entre 0 y 10, el nivel de acuerdo con la afirmaci¨®n ¡°Los diferentes partidos pol¨ªticos proponen alternativas que se distinguen claramente entre s¨ª¡± es de 5,2 en Espa?a. El pa¨ªs donde los ciudadanos perciben con mayor claridad la existencia de alternativas pol¨ªticas es Suecia (6,9), seguido de Noruega y Suiza.
¡°Aunque no es algo nuevo porque en Espa?a siempre ha habido ¨ªndices de confianza muy bajos, el deterioro es espectacular y deber¨ªa preocupar a nuestros dirigentes¡±, explica Mariano Torcal, coordinador de la encuesta y catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UPF. Seg¨²n Torcal, podr¨ªa suceder que la ca¨ªda de la confianza en las instituciones no mejore con la recuperaci¨®n econ¨®mica, en caso de que esta se produzca. ¡°Aunque hay una relaci¨®n con la crisis, el factor predominante es que los ciudadanos no sienten que forman parte de los procesos de decisi¨®n¡±, afirma Torcal. ¡°Parece claro que el sistema pol¨ªtico tiene que reaccionar¡±, a?ade.
¡°La nueva ESE sigue mostrando lo que ya apuntan otras encuestas, como las del CIS¡±, apunta Lluis Orriols, profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Girona. ¡°Espa?a padece una crisis de confianza pol¨ªtica que no debe confundirse con un agravamiento de la desafecci¨®n pol¨ªtica¡±, a?ade. Las diferentes encuestas muestran que tanto el inter¨¦s por la pol¨ªtica como la discusi¨®n sobre asuntos pol¨ªticos entre amigos y familiares ha aumentado durante la crisis.
Los ciudadanos creen que los mensajes no se distinguen entre s¨ª
Los datos muestran un aumento de casi todos los indicadores de participaci¨®n pol¨ªtica con respecto a la edici¨®n anterior. La encuesta mide el grado de implicaci¨®n pol¨ªtica de los europeos con preguntas sobre la participaci¨®n en manifestaciones autorizadas, colaboraci¨®n en partidos pol¨ªticos o plataformas de acci¨®n ciudadana, boicoteo a determinados productos por motivos pol¨ªticos, firma de peticiones o porcentaje de voto en las ¨²ltimas elecciones.
El aumento de la movilizaci¨®n en forma de manifestaciones es palpable: un 25,8% de los encuestados afirm¨® haber participado en una manifestaci¨®n autorizada en el ¨²ltimo a?o, un porcentaje que es siete puntos mayor que en la anterior edici¨®n y mucho m¨¢s alto que la media del resto de los pa¨ªses, situada en el 6,7%. Un 21,9% dijo haber colaborado con alguna organizaci¨®n o asociaci¨®n y un 7,7% declar¨® haberlo hecho con un partido pol¨ªtico o plataforma de acci¨®n ciudadana ¡ªla pregunta no distingue entre ambos¡ª, frente al 3,1% que lo hac¨ªa en 2008, al inicio de la crisis.
¡°La crisis ha tenido un doble efecto: por un lado el deterioro de la confianza en los pol¨ªticos y, por otro, un aumento del inter¨¦s por la pol¨ªtica y un incremento de la movilizaci¨®n", resume Torcal. Aunque Espa?a destaca por ser uno de los pa¨ªses europeos con un menor inter¨¦s por la pol¨ªtica, esta ha aumentado de forma significativa: el porcentaje de personas a las que la pol¨ªtica les interesa bastante o mucho se sit¨²a en el 34,6%, frente al 28,3% de la edici¨®n anterior. Tambi¨¦n disminuye el porcentaje de personas que no muestran ¡°ning¨²n inter¨¦s¡±, que se sit¨²a en el 19,3, frente al 31% de la anterior edici¨®n o el 36,6% de la primera (2002- 2003).
El aumento de las acciones de protesta est¨¢ muy ligado al empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica. ¡°Nuestras investigaciones muestran que los parados y las personas que recib¨ªan un subsidio y lo han perdido son los que m¨¢s se movilizan y los que muestran un mayor inter¨¦s por la pol¨ªtica¡±, explica Guillem Rico, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Un 25,8% afirma que ha asistido a una manifestaci¨®n autorizada
Viene a agravar la situaci¨®n el hecho de que los espa?oles no perciben que los partidos pol¨ªticos act¨²en con firmeza para proteger a los ciudadanos de la pobreza o para reducir las diferencias de ingresos entre las clases altas y las m¨¢s desfavorecidas. Adem¨¢s, la valoraci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica es uno de los indicadores que est¨¢n peor. Entre 0 y 10, el grado de satisfacci¨®n es de 2,2 y ha ca¨ªdo m¨¢s de la mitad en los ¨²ltimos cuatro a?os.
Para Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), estos datos ¡°reflejan lo que se ve en la calle¡±. El ¡°pacto t¨¢cito¡± seg¨²n el cual las instituciones ofrec¨ªan un nivel m¨ªnimo de bienestar a unos ciudadanos desapegados que no se ¡°ocupaban¡± de la pol¨ªtica se ha roto, opina Colau. ¡°El mayor descr¨¦dito de la democracia es que los gobernantes se salten sus propias reglas¡±, dice la activista, que opina que la ciudadan¨ªa es cada vez m¨¢s consciente de que ¡°la pol¨ªtica no se puede delegar¡±. Torcal abunda en esta idea: el deterioro de la econom¨ªa afecta a los ciudadanos, que son ahora m¨¢s conscientes de que los pol¨ªticos ¡°viven de espaldas a sus demandas¡±.
Seg¨²n Torcal, el aumento de la percepci¨®n de que la corrupci¨®n est¨¢ extendida y de que el poder pol¨ªtico est¨¢ cada vez m¨¢s alejado de los ciudadanos ha aumentado las formas de protesta de un grupo creciente de personas cr¨ªticas que no quieren conformarse. Lo que mostrar¨ªa un caso como el de Gamonal es que ¡°la gente no cree que los votos sean un cheque en blanco. La mayor¨ªa democr¨¢tica no legitima para tomar determinadas decisiones¡±.
¡°En los ¨²ltimos a?os ha aumentado la movilizaci¨®n orientada a peticiones concretas, alejada de la institucionalidad y que se asienta en el convencimiento de que la legitimidad de una causa est¨¢ por encima de la legalidad¡±, apunta Jordi Mir, profesor de la UPF y experto en movimientos sociales. Dentro de estas acciones estar¨ªan las protestas de la PAH como muestra de una ¡°desobediencia civil no violenta¡±.
Baja la satisfacci¨®n con los sistemas educativo y sanitario
El sentimiento de rechazo a las pol¨ªticas surgidas del hervidero de la crisis ha alcanzado, por primera vez en Espa?a, a las instituciones europeas. Se trata de un dato destacable, puesto que los espa?oles se han encontrado siempre entre los ciudadanos europeos que m¨¢s confianza mostraban en las instituciones de Bruselas. Este ¡°descr¨¦dito¡± puede estar vinculado con la ¡°insatisfacci¨®n de los ciudadanos con respecto a las recetas econ¨®micas impuestas por Europa, opuestas a las preferencias de la mayor¨ªa de los espa?oles¡±, razona Orriols. La confianza media de los espa?oles en el Parlamento Europeo ha pasado de un 4,5 en la anterior edici¨®n a un 3,9 en la actualidad.
La crisis de confianza no solo alcanza a las instituciones pol¨ªticas. Por primera vez cae la confianza de los espa?oles en el sistema sanitario, aunque siguen figurando entre los ciudadanos europeos que mejor lo valoran. El grado de satisfacci¨®n media de los espa?oles con respecto al estado actual de la sanidad es de 5,2, cuando en 2010 se situaba por encima del 6, y en 2010 en el 6,4 ¡ªel nivel m¨¢s alto de los ¨²ltimos 10 a?os¡ª. Lo mismo, pero de forma m¨¢s grave, ocurre con la educaci¨®n. Por primera vez, los espa?oles suspenden el sistema educativo: el grado de satisfacci¨®n media es de 4,5 en una escala de 0 a 10. Se trata de una cifra casi un punto inferior a la de 2010.
Esta tendencia es compartida con el resto de pa¨ªses del sur de Europa. Los pa¨ªses del norte que han pasado de puntillas por la crisis o la han sufrido en menor medida presentan valores similares a ediciones anteriores.
Aunque los datos deben ser tomados con cautela. ¡°Al tratarse de una pregunta sobre percepciones de los ciudadanos, los resultados pueden variar de un mes a otro¡±, apunta Ismael Palac¨ªn, presidente de la Fundaci¨®n Bofill. En el caso de la educaci¨®n, la escasa satisfacci¨®n puede deberse al ¡°efecto incendiario¡± de la Ley Org¨¢nica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), la reforma recientemente aprobada por el Congreso e ideada por el ministro Jos¨¦ Ignacio Wert. ¡°Los indicadores de resultados muestran una mejora del sistema, no un empeoramiento¡±, dice Palac¨ªn.
Los expertos alertan de que no se debe considerar que estas tendencias est¨¦n fraguando un cambio en la cultura pol¨ªtica de los espa?oles. ¡°La pol¨ªtica sigue siendo ajena para la mayor¨ªa y seguimos por debajo de la media en cuanto inter¨¦s y discusi¨®n en pol¨ªtica¡±, afirma Orriols.
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