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El Constitucional ordena escolarizar a un ni?o autista en un centro especial La inclusi¨®n en colegios ordinarios depende de los recursos
Daniel empez¨® su vida escolar en un colegio ordinario de Palencia en septiembre de 2006, cuando ten¨ªa tres a?os. Un mes despu¨¦s, su tutora observ¨® dificultades de adaptaci¨®n y pidi¨® una evaluaci¨®n psicopedag¨®gica a la Junta de Castilla y Le¨®n. El informe concluy¨® que el ni?o padec¨ªa un ¡°importante retraso madurativo¡± y propon¨ªa que fuera escolarizado en un centro ordinario que contara con especialista en pedagog¨ªa terap¨¦utica, audici¨®n y lenguaje, adem¨¢s de un ayudante t¨¦cnico educativo. Los padres pidieron entonces el traslado, pero a un colegio que no ten¨ªa los recursos recomendados en el informe. Pese a ello, consiguieron plaza y all¨ª permaneci¨® Daniel hasta que cumpli¨® cinco a?os.
En el curso 2008-2009, la familia volvi¨® a solicitar el traslado de Daniel a otro centro y se le concedi¨®. Su nueva tutora detect¨® dificultades y pidi¨® otra evaluaci¨®n, que concluy¨® que el alumno padec¨ªa un ¡°trastorno grave del espectro autista¡±, una ¡°discapacidad ps¨ªquica grave¡±, un ¡°retraso grave del lenguaje¡± y un ¡°trastorno de d¨¦ficit de atenci¨®n con hiperactividad¡±, por lo que recomendaba una atenci¨®n individualizada y constante de un profesor en un centro especial.
A partir de ese momento, Daniel no volvi¨® al colegio. Los padres rechazaron la resoluci¨®n de la Junta de Castilla y Le¨®n porque entend¨ªan que ten¨ªan derecho a que su hijo estudiara en un colegio ordinario con los apoyos necesarios para su integraci¨®n, como recomienda la ley en vigor (LOE, 2006). Mantuvieron al ni?o en casa y demandaron a la Junta por denegarles su derecho a elegir centro. Pero perdieron: dos sentencias, una de un juzgado de Palencia y otra del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n, avalaron la decisi¨®n del Gobierno regional.
Necesidades especiales
- Lo que dice la ley. "La escolarizaci¨®n del alumnado que presenta necesidades educativas especiales se regir¨¢ por los principios de normalizaci¨®n e inclusi¨®n [...] La escolarizaci¨®n de este alumnado en unidades o centros de educaci¨®n especial, que podr¨¢ extenderse hasta los veinti¨²n a?os, solo se llevar¨¢ a cabo cuando sus necesidades no puedan ser atendidas en el marco de las medidas de atenci¨®n a la diversidad de los centros ordinarios".
- Lo que dice la ONU. "Los Estados reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educaci¨®n [...] Al hacer efectivo este derecho, los Estados asegurar¨¢n que: [...] c) Se hagan ajustes razonables en funci¨®n de las necesidades individuales; d) Se preste el apoyo necesario a las personas con discapacidad, en el marco del sistema general de educaci¨®n". Mientras la ONG Solcom apela a estos puntos de la Convenci¨®n Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, pero el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n dice que en algunos casos, como el de Daniel, se superan esos "ajustes razonables".
- Centros espec¨ªficos. En Espa?a hay 481 centros de educaci¨®n especial. Estos atienden a algo m¨¢s de 32.000 alumnos, es decir, el 21,5% del total. El resto, m¨¢s de 117.000, est¨¢n integrados en colegios e institutos ordinarios.
- Tipos de discapacidad. El 47,2% de los alumnos con necesidades especiales sufre discapacidad ps¨ªquica, seg¨²n la estad¨ªstica oficial del curso 2011-2012. Otro 29,2% sufre trastornos graves de personalidad. El resto tiene discapacidad motora (8,6%), auditiva (4,9%), visual (2%). Los dem¨¢s tienen lo que se llama "plurideficiencias".
Ayer, el Tribunal Constitucional ratific¨® esas sentencias. El auto entiende que la ley obliga a la Administraci¨®n a promover la escolarizaci¨®n de los menores con discapacidad en centros ordinarios proporcion¨¢ndoles ¡°los apoyos necesarios para su integraci¨®n¡±, pero solo cuando esos apoyos ¡°no sean desproporcionados o no razonables¡±, y en el caso de Daniel, seg¨²n la sentencia, lo son. Adem¨¢s, pesa sobre los padres una denuncia de abandono, ya que la escolarizaci¨®n es obligatoria por ley en Espa?a desde los seis a los 16 a?os.
¡°?C¨®mo pueden hablar de abandono? Si me paso las 24 horas del d¨ªa con ¨¦l¡±, se quejaba la madre de Daniel a este peri¨®dico el a?o pasado, cuando el Constitucional admiti¨® a tr¨¢mite su recurso de amparo. ¡°Hacemos nuestros ejercicios de lectura global (con dibujos y letras) y trabajamos los n¨²meros¡±, explicaba. La familia no quiso hacer declaraciones ayer tras conocer la sentencia, pero seg¨²n Itziar Fern¨¢ndez, coordinadora de Solcom, la ONG que les ha apoyado en toda su batalla legal, tiene intenci¨®n de llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ¡°Las evaluaciones psicopedag¨®gicas est¨¢n bien cuando se utilizan para analizar las necesidades de un alumno, pero se pervierten cuando se usan para justificar una exclusi¨®n escolar¡±, advierte Fern¨¢ndez.
¡°La no escolarizaci¨®n de Daniel es probablemente la opci¨®n menos deseable¡±, opina el catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad de Sevilla Jes¨²s Palacios. ¡°Si el debate se establece en torno a principios jur¨ªdicos abstractos (derecho a la elecci¨®n de centro educativo, derecho una educaci¨®n integrada...), es menos probable que se resuelva adecuadamente que si se establece en torno a las necesidades concretas de Daniel y la mejor forma de atenderlas. Que esas necesidades se atiendan mejor con los apoyos profesionales adecuados, parece tan fuera de duda como que el contacto de Daniel con chicos y chicas de su edad sin necesidades especiales le resultar¨ªa beneficioso (adem¨¢s de beneficiar a esos chicos y chicas)¡±, a?ade. El especialista cree que los padres har¨ªan bien en continuar la batalla en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero, entretanto, que el ni?o est¨¦ escolarizado.
El caso de Daniel planea sobre cuestiones tan delicadas como dif¨ªciles de resolver, pues gira en torno al derecho a la educaci¨®n ¡ªque es de los menores y no de sus padres¡ª y el derecho a la integraci¨®n educativa de las personas con discapacidad, recogida en la Convenci¨®n de la ONU firmada en 2006, y ratificada por Espa?a en 2008. Esta dice que ¡°los Estados asegurar¨¢n un sistema de educaci¨®n inclusivo a todos los niveles, as¨ª como la ense?anza a lo largo de la vida¡±.
A ella se han aferrado durante todo el proceso tanto la familia de Daniel como Solcom. Tambi¨¦n el profesor de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Gerardo Echeita, que opina que la sentencia de Constitucional ¡°supone un paso atr¨¢s muy grande¡±. ¡°Un derecho, en principio, no tiene restricciones y no puede estar condicionado a los recursos disponibles¡±, dice en referencia a esas medidas ¡°razonables¡± de las que habla el fallo del alto tribunal y tambi¨¦n la Convenci¨®n de la ONU.
En el Pa¨ªs Vasco,
todos los alumnos
con discapacidad
est¨¢n integrados
De hecho, existen estudios ¡ªpor ejemplo, el reflejado en el art¨ªculo Vulnerables al silencio. Historias escolares de j¨®venes con discapacidad, firmado en 2010 por la profesora de la Universidad de Sevilla Anabel Mori?a¡ª que han puesto de manifiesto que, sin los apoyos adicionales ni los recursos adecuados, muchas veces la integraci¨®n real no llega a producirse en los colegios e institutos ordinarios, de tal manera que los propios alumnos van a preferir los espacios separados de educaci¨®n especial porque los sentir¨¢n menos traum¨¢ticos y hostiles. Aquel trabajo, sin embargo, no ensalzaba la v¨ªa del centro especial, sino que reclamaba poner en marcha esos recursos necesarios para que la integraci¨®n verdaderamente funcione.
Lo mismo opina Echeita: ¡°Ya s¨¦ que una cosa son las metas que hay que perseguir y otra es el d¨ªa a d¨ªa de los centros, pero si trabajamos en la direcci¨®n contraria nunca vamos a mejorar el sistema¡±, se?ala.
Tambi¨¦n reclama esa meta Itziar Fern¨¢ndez. ¡°En el Pa¨ªs Vasco todos los ni?os de seis a 12 a?os van a colegios ordinarios, independientemente de su grado de discapacidad. Se les asignan recursos y profesionales de apoyo o se crean aulas especiales para los que tienen m¨¢s necesidades, pero siempre dentro de un centro ordinario. Eso demuestra que si hay voluntad pol¨ªtica y se ponen los medios necesarios, es posible la inclusi¨®n total¡±, comenta.
Si el trastorno es grave,
se necesita un profesor
y atenci¨®n individual
Juan Jos¨¦ L¨®pez, director del colegio especializado en autismo Leo Kanner, coincide en que el fin ¨²ltimo debe ser la inclusi¨®n total, pero eso no siempre es posible. ¡°En una d¨¦cada hemos pasado del concepto de integraci¨®n al concepto de inclusi¨®n. Eso quiere decir, en efecto, que se debe propiciar una escolarizaci¨®n en colegios ordinarios, pero tambi¨¦n implica disfrute de la educaci¨®n, sentido de pertenencia y adaptaci¨®n. Y esto depende de cada ni?o. Si hay trastornos del lenguaje, si necesita una persona constantemente a su lado, posiblemente no conseguir¨¢ m¨¢s que aislarse del grupo. En estos casos, se considera mejor para el alumno que asista a centros especiales¡±, asegura. ¡°Eso no significa que el alumno deba atravesar toda su etapa educativa en un centro especial. Se hacen evaluaciones cada curso, de manera que un ni?o puede entrar a los tres a?os y a los seis ser trasladado a un centro ordinario¡±, precisa.
L¨®pez entiende que haya reticencias entre los padres a que sus hijos vayan a centros especiales. ¡°Antes eran meros centros asistenciales, y eso echaba para atr¨¢s a las familias, pero ahora son centros educativos en toda regla, con los mismos planes que los colegios ordinarios. Lo ¨²nico que cambia es que los alumnos cuentan con una red de apoyo individualizada, adaptada a sus necesidades especiales de aprendizaje. Las familias que saben esto no rechazan, en general, la escolarizaci¨®n en este tipo de colegios¡±, afirma.
Mar¨ªa Isabel Bayonas, presidenta de la Asociaci¨®n de Padres de Personas con Autismo, cree que los padres deben tener en cuenta la opini¨®n de los expertos a la hora de escolarizar a sus hijos. ¡°Yo misma soy madre de una persona con autismo, y toda la vida he luchado por que mi hijo tuviera la mejor atenci¨®n. Ahora tiene 47 a?os y cuando era peque?o y lo echaron de siete colegios. Tuvimos que informarnos en el extranjero y empezar a crear aqu¨ª centros especializados¡±, relata.
¡°En cuanto un menor
entra en un aula especial,
se hace invisible¡±
En general, la proclamada tendencia a la integraci¨®n general en centros ordinarios ¡ªen los textos legales espa?oles desde los a?os noventa del siglo pasado¡ª est¨¢ respaldada por las cifras. De los casi 150.000 alumnos con discapacidad en el sistema educativo espa?ol (con datos del curso 2011-2012), la gran mayor¨ªa (117.385) estudian en centros ordinarios. Y normalmente, familias y Administraciones suelen llegar a acuerdos razonables sobre las necesidades de los menores, pero hay casos, como el de Daniel, en que no.
¡°Nosotros siempre hemos querido velar por los derechos del ni?o y para ello hemos seguido las recomendaciones de los equipos de psicopedagogos que han dicho que iba a estar mejor atendido en un centro de educaci¨®n especial¡±, asegura por tel¨¦fono Pilar Gonz¨¢lez, directora general de Innovaci¨®n Educativa y Formaci¨®n del Profesorado de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de Castilla y Le¨®n. Y a?ade: ¡°S¨¦ qu¨¦ es un tema complicado, y nunca hemos buscado el enfrentamiento con la familia¡±.
Otro caso similar al de Daniel es el de Rub¨¦n, un ni?o de 14 a?os con s¨ªndrome de Down. Llevaba ocho a?os estudiando en un colegio p¨²blico de Le¨®n cuando la Delegaci¨®n Provincial de Educaci¨®n decidi¨® trasladarlo a un centro especial. Sus padres se negaron y el ni?o lleva tres cursos sin escolarizar. En lugar de eso, acude a sesiones de apoyo y logopedia que suponen unos 500 euros al mes, adem¨¢s de seguir estudiando en casa. Los padres est¨¢n, como los de Daniel, imputados por un delito de abandono familiar y se encuentran a la espera de que el Tribunal Constitucional acepte su recurso de amparo.
Si no se ponen medios
suficientes, se puede
conducir al aislamiento
¡°Todo empez¨® en cuarto de primaria. Rub¨¦n ten¨ªa 10 a?os¡±, relata Alejandro. ¡°No ten¨ªa ning¨²n problema, estaba totalmente integrado con sus compa?eros. Pero, sin previo aviso, Rub¨¦n empez¨® a estar raro, arisco... No sab¨ªamos qu¨¦ le pasaba¡±. La respuesta la obtuvieron gracias a los padres de los compa?eros de su hijo. ¡°Nos contaron que un nuevo profesor agred¨ªa verbalmente a Rub¨¦n e incluso le amenazaba con tirarlo por la ventana de un segundo piso¡±. Se quejaron a la direcci¨®n del colegio, pusieron una denuncia por malos tratos, vejaciones y discriminaci¨®n, y poco tiempo despu¨¦s el maestro en cuesti¨®n ¡°se dio de baja y no volvi¨® a aparecer¡±. Pero la situaci¨®n no mejor¨®.
¡°El curso siguiente pusieron a otro profesor que tampoco aceptaba a mi hijo en su clase. Lo echaba del aula y le dec¨ªa a la profesora de apoyo que no hac¨ªa falta que fuera a ayudarlo¡±, cuenta el padre. ¡°Los dem¨¢s profesores callaron. No hicieron nada para mejorar la situaci¨®n. Fue una gran decepci¨®n, teniendo en cuenta adem¨¢s que yo era miembro del Consejo Escolar y estaba muy implicado en el centro¡±. El resultado fue que la Consejer¨ªa decidi¨® su traslado a un centro de educaci¨®n especial. ¡°Es un clar¨ªsimo caso de discriminaci¨®n y maltrato¡±, opina Calleja. ¡°Y estamos dispuestos a acudir tambi¨¦n al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si hace falta¡±.
Los padres de Rub¨¦n rechazan el modelo educativo de los centros especiales porque supondr¨ªa para su hijo ¡°una gran regresi¨®n a nivel formativo, pero sobre todo en su grado de socializaci¨®n¡±, que, seg¨²n opina Alejandro, ¡°es lo fundamental¡±. El psic¨®logo y la logopeda de Rub¨¦n coinciden con esa valoraci¨®n. ¡°Acude a un grupo de apoyo con otros ni?os que tienen s¨ªndrome de Down y se relaciona muy bien con ellos. Pero es importante que interact¨²e con ni?os sin discapacidades en un ambiente lo m¨¢s normalizado posible porque en un futuro tendr¨¢ que hacerlo¡±, apunta Mar¨ªa Carande, la logopeda. ¡°Integrar a los ni?os con discapacidad en un sistema educativo inclusivo es lo mejor para ellos, pero tambi¨¦n para sus compa?eros¡±, completa Miguel ?ngel Gonz¨¢lez Casta?¨®n, el psic¨®logo. ¡°Los ni?os aprenden que hay que ayudar a los compa?eros que tienen problemas y se sensibilizan m¨¢s con estos temas¡±, opina. ¡°En cuanto un ni?o entra en colegios de educaci¨®n especial, se hace invisible para la sociedad. Cercenan su desarrollo. Ya no existe¡±.
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