Pistorius se quiebra al explicar c¨®mo mat¨® a su novia
El atleta ha contado entre l¨¢grimas los detalles de la madrugada en que mat¨® a Reeva. ¡°Yo estaba atontado por ella¡±
Oscar Pistorius se derrumb¨® este martes al entrar en los detalles de aquella madrugada de febrero de 2013 en que mat¨® a su novia, Reeva Steenkamp, y se dio cuenta que ella hab¨ªa sido la v¨ªctima de sus disparos y no el intruso que, seg¨²n ¨¦l, pod¨ªa haber irrumpido en el domicilio. ¡°No quer¨ªa creer que detr¨¢s de la puerta estaba Reeva. Abr¨ª y ella no respiraba¡±, dijo entre l¨¢grimas. Como ya hizo hace un a?o en su declaraci¨®n jurada, el velocista volvi¨® a declararse totalmente enamorado de la joven.
Conducido por las preguntas de su abogado, Pistorius explic¨® que aquella noche la pareja se fue a la cama hacia las 9 de la noche, un horario com¨²n para los sudafricanos, y como hac¨ªa siempre tom¨® todas las medidas de seguridad habituales en ¨¦l. As¨ª, a pesar de que era una noche muy calurosa (febrero es pleno verano austral), cerr¨® las ventanas, activ¨® la alarma, aunque no funcionaba bien, coloc¨® un bate de b¨¦isbol cerca de la puerta y su pistola al lado de la cama.
A Pistorius, v¨ªctima de anteriores delitos, le preocupaba no solo su propia integridad sino tambi¨¦n la de la chica. Por eso, asegur¨®, que cuando de madrugada se despert¨® por unos ruidos que le pareci¨® que proven¨ªan de un peque?o lavabo con la puerta cerrada y vio la ventana abierta del ba?o completo, asumi¨® que hab¨ªa un ladr¨®n. ¡°Es el momento en que todo cambi¨®. Quer¨ªa interponerme entre el intruso y Reeva¡±, asegur¨® ante el tribunal. En diversas ocasiones, el atleta admiti¨® que sinti¨® ¡°miedo¡± tanto por ¨¦l como por la joven.
As¨ª que corriendo todo lo que pudo volvi¨® a su habitaci¨®n con las manos ante ¨¦l para guiarse en la total oscuridad de la casa, cogi¨® el arma y, sin colocarse sus piernas ortop¨¦dicas, dispar¨® contra la puerta. ¡°Dispar¨¦ cuatro tiros¡±, asegur¨® antes de arrancar a llorar. Tiros que resultaron letales para Steenkamp.
Solo dej¨® de disparar cuando se percat¨® de que el posible intruso conocer¨ªa su posici¨®n por la trayectoria de las balas. En ese momento, empez¨® a gritar a su novia para que llamara a la polic¨ªa pero no obtuvo respuesta, aunque s¨ª escuch¨® una especie de susurro en el interior del lavabo.
Fue entonces cuando se dio cuenta de su error, siempre seg¨²n su versi¨®n, y sali¨® al balc¨®n para gritar ¡°ayuda, ayuda, ayuda¡±. Este auxilio es b¨¢sico para la defensa, ya que desautoriza los testimonios de vecinos del mismo complejo que en el tribunal aseguraron haber escuchado una discusi¨®n y los gritos de una mujer tras el tiroteo. Seg¨²n el equipo de Pistorius, todas las voces pertenecen al atleta, que ¡°chilla como una mujer¡±.
Es el momento en que todo cambi¨®. Quer¨ªa interponerme entre el intruso y Reeva¡±
Pistorius volvi¨® a la habitaci¨®n para colocarse las pr¨®tesis, coger el bate de b¨¦isbol para intentar derribar la puerta, concienciado ya de la realidad, aunque hab¨ªa confiado que la chica ¡°se hubiera escondido detr¨¢s de las cortinas demasiado asustada¡±. Pero la chica ya ¡°no respiraba¡±, record¨®.
En la sesi¨®n, Pistorius tambi¨¦n se refiri¨® a su relaci¨®n con Steenkamp, a la que conoci¨® a principios de noviembre de 2012, cuatro meses antes de su muerte. Sin embargo, a pesar del poco tiempo que llevaban juntos, el paral¨ªmpico insisti¨® en que ten¨ªa decidido comprar una casa en Johannesburgo para compartir con ella, que recibi¨® bien la invitaci¨®n, asegur¨®. ¡°Yo estaba atontado por ella¡±, confes¨®. Adem¨¢s, el velocista le asesor¨® sobre contratos en agencias de modelo y le ofreci¨® ayuda para que sus padres consiguieran la costosa licencia de alcohol para el bar que pretend¨ªan abrir.
La jornada tambi¨¦n dio de s¨ª para que Pistorius, con la ayuda de su abogado, diera m¨¢s detalles de una historia de amor rec¨ªproca, llena de buenos momentos y planos de futuro, como el ir a vivir juntos a una casa que el atleta estaba decidido a comprar. La polic¨ªa reconoce que el 90% de la correspondencia cruzada entre la pareja recuperada de sus tel¨¦fonos m¨®viles son los t¨ªpicos de una relaci¨®n de enamorados, llenos de expresiones cari?osas. Sin embargo, en un largo whatsapp, la joven afea a su novio unos celos injustificados y le llega a escribir que a veces le asusta como la puede tratar. Pistorius quit¨® importancia al mensaje de Steenkamp tres semanas antes de morir. ¡°A Reeva no le costaba nada apuntar sus sentimientos y escribirlo todo¡±, se justific¨®.
Aunque hay un canal de televisi¨®n de 24 horas sobre el juicio, las partes acordaron que no ofreciera im¨¢genes de la declaraci¨®n de Pistorius, as¨ª que solo el p¨²blico y la prensa acreditada en la sala de vistas pudo observar c¨®mo el atleta se quitaba las dos pr¨®tesis para quedarse en sus mu?ones y recorrer un par de metros hasta la puerta de su propio lavabo, que el tribunal traslad¨® los primeros d¨ªas para ayudar en la reconstrucci¨®n de los hechos y las explicaciones de los peritos.
De momento, el atleta sudafricano est¨¢ contestando a su abogado y cuando este termine ser¨¢ el turno de la Fiscal¨ªa, que lo acusa del asesinato premeditado de la joven, la madrugada del 14 de febrero de 2013 en la casa de Pistorius, en Pretoria. Ma?ana, sigue la declaraci¨®n.
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