Vientres ilegales con hijos legales
Los Estados que proh¨ªben esta pr¨¢ctica, como Espa?a, se ven obligados a inscribir a los menores para protegerlos
![Silvia Blanco](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F14492539-930e-4047-bb69-ff2d412d7c5a.jpg?auth=90144b8c8493f10b21099708e05fb31b5c9455ee725c7d27ae499df2e120ccd1&width=100&height=100&smart=true)
La historia de las m¨¢s de treinta familias espa?olas que permanecen en Kiev porque no logran un pasaporte para regresar con los reci¨¦n nacidos por vientre de alquiler ha reabierto el debate sobre esta pr¨¢ctica. Pero tambi¨¦n ha dejado al descubierto la paradoja que convierte a los Estados donde est¨¢ prohibida, como Espa?a, en una especie de cooperadores involuntarios de una industria que rechazan. El Gobierno socialista se ha mostrado en contra de los vientres de alquiler, y la Embajada de Kiev los desaconseja rotundamente. Pero que no sea legal en Espa?a no impide que cada a?o haya cientos de parejas dispuestas a ponerse en manos de una serie de intermediarios de distinta fiabilidad para, a cambio de dinero, lograr ser padres. Y tampoco impide que, una vez nacidos los beb¨¦s, Espa?a acabe por reconocer ¨Ccon mayor o menor rapidez, con m¨¢s o menos problemas- que son hijos de sus padres y, por tanto, espa?oles.
¡°Algunos lo llaman gestaci¨®n subrogada pero se trata de una utilizaci¨®n del cuerpo de las mujeres, de una compraventa que es particularmente grave porque se usa el cuerpo de las mujeres m¨¢s pobres¡±, argumenta la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo. ¡°El deseo de paternidad de hombres y mujeres es entendible, pero el deseo no es un derecho. Sin embargo, las mujeres y ni?os s¨ª tienen derechos. Y los derechos est¨¢n por encima de los deseos y los intereses¡±. Esta firme oposici¨®n se encuentra con una realidad que llega, en primer lugar, a los consulados en el exterior. A ellos acuden los padres con los beb¨¦s para poder obtener la documentaci¨®n de los menores y volver a casa. El de Kiev ha empezado a desbloquear la situaci¨®n dando citas a las familias, despu¨¦s de haberlas paralizado desde julio, debido al "especial cuidado" del consuldo al tramitar los expedientes tras recibir informaci¨®n de "posibles casos de tr¨¢fico de menores".
Estados Unidos y Ucrania son los destinos preferidos por los espa?oles para iniciar un proceso de vientre de alquiler. El primero lo permite en algunos Estados, es rico, tiene un s¨®lido sistema legal y un juez avala la filiaci¨®n. El segundo trata de recomponerse tras un periodo convulso, un enfrentamiento con Rusia y un rescate del FMI, y no interviene ning¨²n juez en el proceso.? En Estados Unidos un vientre de alquiler cuesta m¨¢s del doble que en Ucrania: hasta 120.000 euros frente a 60.000 como m¨¢ximo. Del otro lado del mostrador, existe un procedimiento para registrar a los beb¨¦s si est¨¢n en Estados Unidos, porque tienen una sentencia de filiaci¨®n. Pero no existen unas directrices claras si esta escena sucede en el consulado en Ucrania, donde hay que gestionar cientos de casos cada a?o y cada semana llegan nuevos, coloc¨¢ndolo en la necesidad de reconocer una realidad que Espa?a rechaza y con una "considerable carga de trabajo", explica Ana Miramontes, abogada especializada en este tipo de procesos. ¡°En Ucrania hab¨ªa un desbordamiento del consulado, que ya llevaba retrasos importantes en las inscripciones antes de la paralizaci¨®n¡±.
El hecho de que la inscripci¨®n en el registro de los beb¨¦s nacidos en el extranjero por vientre de alquiler no est¨¦ suficientemente regulada a?ade incertidumbre a un proceso de por s¨ª arriesgado, y preocupa entre las autoridades estatales, encargadas de velar por los derechos de los menores y los de las mujeres que se embarazan para terceros. La Fiscal¨ªa General del Estado ha encargado un estudio sobre ¡°la problem¨¢tica jur¨ªdica derivada del nacimiento mediante gestaci¨®n subrogada¡±, se?alan fuentes de este departamento.
Las cosas no est¨¢n menos enredadas en los registros. ¡°Es necesario no dejar desprotegidos a estos ni?os. Creo que as¨ª nos lo impone la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Lo ideal ser¨ªa tener un Tratado internacional, pero dada la dificultad para alcanzarlo, al menos hay que tener una normativa clara para hacer la inscripci¨®n de los ni?os en el extranjero y precisar su r¨¦gimen de filiaci¨®n. Deber¨ªa ser de mayor rango que la existente hasta la fecha, una mera instrucci¨®n administrativa¡±, explica Iv¨¢n Heredia, profesor de Derecho Internacional Privado en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. ?l era subdirector de Registros y Notariados cuando se redact¨® ese documento (2010), que supon¨ªa una opci¨®n legal pero s¨®lo v¨¢lida para algunos casos: aquellos en los que hubiera una decisi¨®n judicial previa sobre la filiaci¨®n en el pa¨ªs donde se lleva a cabo el proceso, como ocurre con los de Estados Unidos, algunos de Canad¨¢ o Grecia. Y no es un proceso autom¨¢tico, est¨¢ sometido a la ponderaci¨®n del encargado del registro. El resto tiene que transitar caminos m¨¢s enrevesados. En Ucrania, por ejemplo, los padres hasta ahora presentaban una documentaci¨®n, acud¨ªan al consulado con la mujer que llev¨® a cabo el embarazo y llevaban una prueba de ADN, unas aportaciones que serv¨ªan para que el encargado del registro pudiera tomar una decisi¨®n sobre la filiaci¨®n, pero en ning¨²n reglamento el ADN figura como requisito, por ejemplo. Otra opci¨®n es salir con un pasaporte ucraniano para el beb¨¦ y luego ir a un juicio de filiaci¨®n en Espa?a. En opini¨®n de la abogada Ana Miramontes, ¡°el no regular con claridad la inscripci¨®n lleva a buscar los huecos legales y los pa¨ªses donde sea posible, a veces con Estados fr¨¢giles, sin estructura para ejercer controles, e insospechados, como Kenia¡±. En cambio, para Alicia Miyares, portavoz de No somos vasijas, la paralizaci¨®n del registro en Kiev ha puesto de relieve "el fraude legal con el que se quiere registrar a los beb¨¦s nacidos por esta pr¨¢ctica".
Espa?a no considera legales los vientres de alquiler pero ha tenido que buscar soluciones para proteger a los beb¨¦s. Una sentencia del Tribunal Supremo de 2014 ilustra la situaci¨®n. Como explica Heredia, ¡°se dict¨® en el marco de un amplio disenso entre los magistrados. La Sala primera considera que la inscripci¨®n de ni?os nacidos en el extranjero mediante gestaci¨®n subrogada siempre violar¨ªa el orden p¨²blico espa?ol. Sin embargo, el propio Tribunal da una salida a los padres y a los menores y admite v¨ªas alternativas de inscripci¨®n en el Registro para evitar dejar a los beb¨¦s en un limbo, con problemas para acceder a la sanidad, a la educaci¨®n o a sus derechos sucesorios y para garantizar su permanencia en el n¨²cleo familiar ya constituido¡±. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos s¨®lo meses despu¨¦s conden¨® a Francia por no inscribir a un beb¨¦ en similares circunstancias. Con los a?os quienes llevan a cabo esta pr¨¢ctica? han ido obteniendo derechos: en 2016 el Supremo les reconoci¨® el de la baja por paternidad y maternidad.
¡°Esto es imparable. Nadie puede prohibir a un espa?ol irse a otro pa¨ªs a llevar a cabo un proceso que es legal all¨ª¡±, afirma Franco Antonio Zenna, abogado especializado en casos mediante este tipo de gestaci¨®n. Espa?a tiene varias opciones para permitir los vientres de alquiler -desde el modelo belga, muy restrictivo, que proh¨ªbe que sea comercial y exige numerosos controles y requisitos a todos los implicados, pero sin regularlo espec¨ªficamente, al estadounidense, muy regulado y abiertamente mercantil- pero pocas para frenarlos por completo. Heredia pone el ejemplo alem¨¢n. ¡°All¨ª la gestaci¨®n subrogada no solo est¨¢ prohibida, sino que incluso se sanciona penalmente. Pero el Supremo alem¨¢n en 2014 admiti¨® la inscripci¨®n de un ni?o nacido en California mediante esta t¨¦cnica, al tomar como referente esencial la protecci¨®n del inter¨¦s superior del menor¡±.
Uno de los problemas es que la oferta est¨¢ en unos pa¨ªses y la demanda, en otros, como explica Cristina Gonz¨¢lez Beilfuss, profesora de Derecho Internacional privado de la Universidad de Barcelona. ¡°Si uno quisiera abogar por una prohibici¨®n total, necesitar¨ªa ponerlos de acuerdo a todos, y eso parece muy dif¨ªcil¡±. Ella forma parte del grupo de expertos de la Conferencia de la Haya para tratar de establecer un Tratado que enmarque legalmente esta pr¨¢ctica en el mundo. Llevan desde 2015 y todav¨ªa est¨¢n en una fase embrionaria. ¡°Una opci¨®n ser¨ªa regular de un modo que dirigiera la demanda hacia destinos lo m¨¢s garantistas y seguros posible para el ni?o, haciendo m¨¢s exigente el registro de los menores nacidos en pa¨ªses donde apenas hay regulaci¨®n o garant¨ªas¡±, apunta. Sin una soluci¨®n internacional, la paradoja se mantiene y contin¨²a la demanda, que aterriza en cualquier pa¨ªs que lo permita y se esfuma de los que lo van restringiendo, siguiendo la l¨®gica -esta s¨ª, bien clara- de una industria global.
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