El Gobierno admite la ineficacia del sistema de control de la Universidad

"Las universidades han aprendido a pasar favorablemente las evaluaciones de las agencias de calidad y as¨ª es muy dif¨ªcil detectar irregularidades". Esta es la respuesta del secretario general de Universidades, Jos¨¦ Manuel Pingarr¨®n, a por qu¨¦ los mecanismos de control de los campus espa?oles no est¨¢n funcionando de forma efectiva. Dar trato de favor a determinados alumnos, permitirles cursar t¨ªtulos presenciales de forma online o entregar trabajos fuera de plazo son solo algunas de las irregularidades que han salido a la luz con el caso Cifuentes o la reciente dimisi¨®n de la exministra de Sanidad Carmen Mont¨®n.

Detr¨¢s se esconde un problema de fondo: los organismos como la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n (Aneca) no est¨¢n dise?ados para fiscalizar la actividad de las universidades, y el resto de mecanismos de rendici¨®n de cuentas de esas instituciones ¡ªcuya autonom¨ªa est¨¢ blindada por la Constituci¨®n¡ª o no est¨¢n funcionando en absoluto, como se?alan algunos expertos como el catedr¨¢tico de la Universidad de Santiago Jos¨¦ Carlos Bermejo, o, como m¨ªnimo, est¨¢n dejando huecos por los que se cuelan esas pr¨¢cticas corruptas.

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M¨¢steres del absurdo

Pingarr¨®n admite que los procedimientos de control de la calidad universitaria a trav¨¦s de las agencias de calidad como la Aneca son "muy burocr¨¢ticos" y "poco eficaces", como muestra el hecho de que la inmensa mayor¨ªa de las peticiones para implantar o renovar una carrera (grado, m¨¢ster o doctorado) se aprueban: el 99,3% de grados y el 98,89% de m¨¢steres. "Los procedimientos actuales conducen a que pr¨¢cticamente todos los t¨ªtulos se eval¨²en favorablemente; las universidades han aprendido a superar esas evaluaciones y los departamentos que se encargan de ello se han profesionalizado", opina el secretario general de Universidades. "Es necesaria una renovaci¨®n de los procedimientos, no solo de la Aneca".

Por ello, a finales de este mes el Ministerio de Ciencia ¡ªresponsable de los campus¡ª ha convocado una mesa con las comunidades aut¨®nomas, los sindicatos y los estudiantes para tratar la reforma del decreto que ordena las ense?anzas universitarias. All¨ª, Pingarr¨®n prev¨¦ plantear una posible reforma de las funciones de las agencias de evaluaci¨®n.

Ahora mismo, la Aneca y las otras 10 agencias auton¨®micas de calidad no son ¨®rganos de fiscalizaci¨®n, insiste el director de la Aneca y exrector de la Universidad de la Rioja, Jos¨¦ Arn¨¢ez Vadillo. Lo que hacen, a?ade, es garantizar unos m¨ªnimos y asegurarse de que se cumplen los requisitos t¨¦cnicos de los programas.

Aprobaci¨®n y seguimiento

Para que una universidad ofrezca un t¨ªtulo oficial, primero tiene que tener el visto bueno de esas agencias, que eval¨²an toda la documentaci¨®n que les env¨ªa el campus: su dise?o, planes de estudios, recursos humanos o instalaciones, entre otros. Si, sobre el papel, todo est¨¢ bien, se le aprueba o suspende. M¨¢s tarde, se hace un seguimiento de los t¨ªtulos hasta que pasados cuatro a?os (en el caso de los m¨¢steres, seis en el de grados y doctorados) tienen que renovar la acreditaci¨®n oficial del t¨ªtulo. A partir de ah¨ª, ese procedimiento se repite c¨ªclicamente cada cuatro y seis a?os.

Ese ¨²ltimo proceso s¨ª incluye una visita de expertos a los campus. En ella, un grupo de cuatro o cinco expertos ¡ªelegidos para cada ocasi¨®n y seg¨²n los t¨ªtulos por las agencias de una bolsa de profesores voluntarios¡ª revisan las instalaciones, entrevistan a algunos profesores y alumnos, recogen m¨¢s documentaci¨®n.

La parte del seguimiento entre la aprobaci¨®n inicial y la renovaci¨®n es la que suscita m¨¢s cr¨ªticas. Seg¨²n el marco normativo de la Aneca, las instituciones no est¨¢n obligadas a emitir anualmente memorias sobre la actividad de los programas. ?nicamente deben hacerlo una vez en ese periodo de cuatro o seis a?os. Ah¨ª se pierde la pista de c¨®mo se est¨¢n impartiendo esos programas. "La mayor¨ªa de universidades no solicitan ese seguimiento anual para sus t¨ªtulos, y cuando al cabo de cuatro a?os acuden los evaluadores no se analizan de forma exhaustiva todos los t¨ªtulos, solo algunos de ellos. Se cumplen unos m¨ªnimos documentales y entrevistas, pero eso no garantiza ir al detalle", considera el director general de Universidades.

Esa misma opini¨®n la comparte Joaqu¨ªn Prats, catedr¨¢tico de la Universidad de Barcelona y exdirector de la agencia de acreditaci¨®n catalana (AQU, por sus siglas en catal¨¢n), que remarca que una de las grandes diferencias con la Aneca es que la catalana s¨ª exige en su reglamento la elaboraci¨®n anual de las memorias de los t¨ªtulos para su revisi¨®n. "El seguimiento es fundamental para garantizar que se cumplen los est¨¢ndares. Aunque las universidades presionan para que se reduzca la burocracia, en ese punto no se puede ceder", apunta.

"La Aneca no sirve absolutamente para nada. Lo que hace son controles formales. Es un control vac¨ªo. Y las visitas, yo las he vivido: vienen los se?ores y se les pregunta: 'Y si no se cumplen los criterios, ?qu¨¦ pasa? ?Se cierra la titulaci¨®n?'. Y te contestan: 'No. Se le cambia el nombre", asegura el catedr¨¢tico de Santiago Jos¨¦ Carlos Bermejo, autor entre otros, del libro Rectores y Privilegiados, cr¨®nica de una universidad.

Arn¨¢ez rechaza de plano esa visi¨®n. Asegura que las agencias s¨ª cumplen su cometido de garantizar unos m¨ªnimos en los procedimientos y los planes de estudio, con sistemas exactamente iguales que en el resto de pa¨ªses europeos. Aunque admite que es casi imposible que descubran casos como el de la Rey Juan Carlos. "Las irregularidades tienen que detectarse sobre el terreno y nuestros evaluadores solo entrevistan a un n¨²mero reducido de alumnos y profesores. Puede haber fallos que no se detecten", acepta. Arn¨¢ez considera que para asegurar la calidad de los programas es necesario que las propias universidades utilicen bien sus herramientas de control interno. "Yo no creo en una superagencia que lleve a cabo un control fiscalizador de todo el proceso. En el sistema universitario cada uno tiene que asumir su responsabilidad", a?ade.

Responsabilidad

El secretario general de Universidades no avanza en qu¨¦ sentido ir¨¢ su propuesta de renovaci¨®n y mejora de las agencias de calidad. Coincide con Arn¨¢ez, en todo caso, en la responsabilidad de cada miembro del sistema debe tener. Adem¨¢s, est¨¢ convencido de que, en un entorno tan gigantesco e inabarcable como la universidad, solo los controles internos pueden garantizar que las posibles irregularidades se detecten r¨¢pido. "Creemos plenamente en la autonom¨ªa universitaria, pero requiere autocontrol". Por ello, cree que una iniciativa que puede ayudar mucho a mejorar las cosas es la extensi¨®n de la acreditaci¨®n institucional, un nuevo procedimiento iniciado en enero de este a?o que, en lugar de verificar los t¨ªtulos, se centra en acreditar los centros que integran las universidades. "Mide que los controles internos sean efectivos y reduce la burocracia". De momento, solo cuatro universidades espa?olas han empleado este sistema, seg¨²n datos de la Aneca.

Pero el profesor Bermejo ¡ª representante de ese extendido grupo de cr¨ªticos que ven las universidades como organizaciones enfermas de endogamia y corrupci¨®n¡ª pone en duda las posibilidades de ¨¦xito. Opina que, si las supervisiones externas no funcionan (ni las agencias de calidad ni la fiscalizaci¨®n por parte de las c¨¢maras de cuentas, que no se hacen de forma regular ni sistem¨¢tica), mucho menos lo har¨¢n los controles internos. Para empezar, "porque los rectores tienen todo el poder, el ejecutivo, el legislativo y el judicial", explica. La imagen se completar¨ªa, seg¨²n su descripci¨®n, con otros peque?os centros dispersos de poder (departamentos, facultades...), regidos tambi¨¦n por profesores elegidos por sufragio, en los que se crean entramados de intereses propios mientras se diluyen las responsabilidades.

El principal contrapeso en ese contexto ser¨ªan los consejos sociales de las universidades, en los que participan representantes de la sociedad (pol¨ªticos, sindicatos, empresarios). Una de sus principales funciones es aprobar cada a?o los presupuestos que presenta el equipo de Gobierno con el rector a la cabeza. Sin embargo, muchos informes ¡ªdel Ministerio de Educaci¨®n o del Tribunal de Cuentas¡ª han insistido en la ¨²ltima d¨¦cada en las dificultades que tienen los consejos para ejercer esas labores de control por falta de informaci¨®n y de medios. Por ejemplo, un exmiembro de la gerencia de una gran universidad p¨²blica asegura que la contabilidad de los campus es tan complicada y tan distinta de cualquier otra, que ni los empresarios las entend¨ªan y las acababan aprobando a ciegas.

Francisco Garc¨ªa, vicerrector de la Universidad de Lleida y responsable del grupo de trabajo sobre calidad de la Conferencia de Rectores (Crue) defiende la postura opuesta, no porque no crea que las cosas se pueden hace mejor, sino porque cree que la situaci¨®n general es ya muy buena, que esos sistemas de contrapesos internos funcionan (los departamentos, las facultades, el claustro de profesores, el consejo de gobierno, el consejo social) y tambi¨¦n los externos. El presidente de la Crue, Roberto Fern¨¢ndez, rector de la misma universidad, la de Lleida, resume as¨ª la situaci¨®n generada tras el esc¨¢ndalo de los m¨¢steres en la Rey Juan Carlos: "Los rectores no nos oponemos, en absoluto, a la implantaci¨®n de m¨¢s controles para garantizar la excelencia de los trabajos acad¨¦micos; bienvenidos sean. Pero me gustar¨ªa recalcar que ya hay una enorme cantidad. Prueba de ello es que, dentro de un colectivo total de 200.000 trabajadores universitarios, no hay ning¨²n rector ni decano ni gerente procesado".

Adem¨¢s, el rector insiste en calificar el de la Rey Juan Carlos como un "caso particular" que no puede ni debe empa?ar la imagen de toda la universidad. Y advierte a los pol¨ªticos que la utilizan "en sus disputas partidistas" lo que est¨¢ en juego: "A la sociedad espa?ola le ha costado mucho conseguir esta Universidad".